domingo, 17 de marzo de 2024

Elecciones y emociones

ELECCIONES Y EMOCIONES

 

Ahora que Karlota (con perdón) nos ha traído unas aguas, que han sido bastante bien recibidas, nos embarga un buen nivel de emociones, que ya pensábamos dormidas. Siempre se ha dicho que de ilusiones también se vive, pero queremos que las ilusiones sean justificadas con emociones y no nos hagan perder los estribos y caernos de los caballos o del nido delante de los tractores.

Podemos pensar, aunque sea algunos días bajo los paraguas, este año de tantas elecciones, que lo que más necesitamos son emociones y que nos resulten más amistosas, más agradables y más que sólo deseables.

En este turbulento mar de dudas y elecciones, podemos encontrarnos con los inquisidores de antaño, que nos empañen las ilusiones con sentimientos totalmente anticatárticos, que no nos permitan despojarnos de tantas tétricas vestiduras, que nos entristezcan aún más las diferentes fiestas democráticas con las cercanas llamadas de las urnas.

Es verdad que cada cual juega su papel con su papeleta, pero las papeletas, que nos sitiarán este año por todos los costados, serán tan distintas y diversas, que no podemos dejarnos llevar por el hastío, cuando, precisamente, nos estamos jugando el porvenir. No podemos, descuidadamente, dejarnos llevar de dudosas y hasta falsas ganancias pretéritas por incompletas o incumplidas, que tantos dolores de cabeza nos están acarreando, porque entre todos hemos labrado mal el campo de la inteligencia y la razón.

Con nuestra inteligencia emocional por bandera debemos participar votando favorablemente en bien de todos y no solamente para beneficio de unos pocos, que tienen el apoyo de los que nunca tienen ni han tenido ganas de que se participe y se vote en masa. Podemos recordar que, en Galicia, una vez no se llegó ni al 48% de participación. Pues bien, en el caso de que algún partido consiguiera el 51% de los votos, con esa participación, no representaría ni el 25% del electorado.

Con el poco margen democrático que se nos concede y nos queda, prácticamente, con las elecciones, no podemos renunciar a acercarnos a votar, pero, eso sí, con verdadero conocimiento de los compromisos a los que tenemos derecho y que se detallan en programas políticos claros y definidos y no empujados por el escandaloso mercado de las descalificaciones y de los insultos con que tantos años nos llevan torpedeando, de día y de noche, por la falta de proyectos y porque partidos que nos han gobernado, a veces, se muestran demasiado respetuosos dándole una mano de cal para blanquearse sus casillas, cosillas y tinglados.

Tenemos que abandonar a su mala suerte los sentimientos negativos y catastrofistas, que a todo trance y a todas horas, se nos inoculan desde todos los medios y por todos los rincones que carecen de alma.

Después de estos últimos años de instigaciones y no de investigaciones, queremos que nos aclaren los palos sociales y laborales que nos dieron los que nos hablan de buena gestión y que pretenden, a todo trapo, que nos lo creamos.

Podemos recordar que el PP nos subió el IVA al 21% (para crecerse), que creo el impuesto al sol (para que no nos quemáramos y que arruinó a cantidad de empresas), que nos impuso el impuesto a los premios de la lotería (no fuera que nos enriqueciéramos excesivamente), que vació la caja de las pensiones y solo subió las pensiones ridículamente un 0.25% y que nos clavó,además, a los jubilados con el copago farmacéutico, que constitucionalmente llevó a cabo una amnistía fiscal a los ricos, que regaló a los bancos 60.000 millones de euros, porque no los hemos recuperado...

Podemos hablar entre nosotros, que somos más, de muchas cosas y ver con claridad que, además, la ley electoral que tenemos es demasiado conservadora y poco representativa.

Podemos ver claro, así, que si no hay una fuerte participación y con conciencia de hacernos entre todos un favor a la mayoría currante de esta España (única, grandiosa y liberal) no podremos salir de la fosa que unos pocos nos han preparado y que nos creemos que no existe.

Si es buena gestión atropellar a la mayoría o no denunciar ya claramente la malísima gestión de los herederos de la dictadura, seguiremos equivocándonos, incluso otros ochenta años.

 

                                         JOSEMARIA BARRIONUEVO GIL

                                            El Ateneo Libre de Benalmádena

                                               “benaltertulias.blogspot,com”                                                                              

domingo, 10 de marzo de 2024

Lista Gris de Hollywood

La década maldita de Hollywood

(La histeria anticomunista)

 

En mayo de 1945 finalizó la Segunda Guerra Mundial, casi cinco años de catástrofe que, lejos de una verdadera paz, y casi sin tregua, dio paso a lo que en Historia se conoce como Guerra Fría, una peligrosa lucha por la supremacía entre dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS, una etapa de algo más de 40 años que se mantuvo latente hasta el colapso de la Unión Soviética en 1991.

Fue en este contexto, durante su primera década, cuando el conflicto ideológico entre ambos países emerge, y se generaliza, y el “miedo al comunismo” se hace viral y se expande entre la población de Estados Unidos para dar paso a una “paranoia global” de temor o sospecha que oliera a “rojo”. Es, ahora, cuando surge lo que conocemos como “Caza de brujas” que, bajo la dirección del senador republicano Joseph MacCarthy (1908-1957) dio lugar a una de las etapas más negras de la historia de aquel país, entre final de los años 40 y los 50 del pasado siglo. En este estado de general obsesión, el punto de mira del macartismo se dirigió, especialmente, hacia la industria del cine, corazón de esa enorme y poderosísima “arma” de difusión de ideas, al Hollywood de escritores, guionistas, actores, artistas, intelectuales, en suma, que podrían expandir ideas “disolventes” y “antipatrióticas” a todo el país (ideas en las antípodas de la nueva política conservadora). En 1946 el triunfo republicano en las elecciones del congreso de 1946, había tomado el control de las Cámaras del Congreso y del Senado. En resumen, entre 1947 y 1957, aproximadamente, ser blacklisted (estar incluido en la “Lista Negra” de Hollywood) significaba para un cineasta no sólo la imposibilidad de trabajar sino, en muchos casos, la condena al ostracismo social, como le sucedió a la guionista y dramaturga Lillian Hellman* (1905-1984) o al polifacético actor y cantante negro Paul Robeson (1898-1976), legendario activista por los derechos civiles, que hizo famosa la canción: Ol' Man River (una canción popular compuesta por Jerome Kern* en 1927). Ambos, decididos antifascistas, coincidieron en España durante la Guerra Civil; Lillian como documentalista y Paul como brigadista de la Lincoln.

Otros profesionales, como Dalton Trumbo (1905-1976), considerado como el más prestigioso guionista de aquellos años, sufrió cárcel, acusado de ser comunista y haberse negado a delatar a ninguno de sus compañeros. Al salir de prisión tuvo que sobrevivir escribiendo bajo seudónimo, como otros muchos. Fue rehabilitado públicamente gracias al actor Kirk Douglas* (1916-2020). Trumbo firmó el guion y apareció (de nuevo) en la lista de créditos de la famosa película Espartaco (1960), protagonizada y producida por Douglas, conocido también por sus simpatías izquierdistas. Trumbo fue también muy popular por haber formado parte de “Los diez de Hollywood”, profesionales varios condenados por desacato al Congreso, salvo en el caso del director Edward Dmytryk* (1908-1999), también encarcelado, que más tarde se retractó y colaboró con el Comité de Actividades Estadounidenses (HUAC). Un congresista de Misisipi John E. Rankin (1882-1960), miembro de la HUAC, declaró durante una rueda de prensa que “una de las tramas más peligrosas que se han instigado para el derrocamiento de este Gobierno tiene su sede en Hollywood”.

En este mismo orden de cosas, otros profesionales tuvieron que optar por un exilio, forzados por las circunstancias, y por su izquierdismo. Entre otros, el guionista y actor Jules Dassin* (1911-2008), exiliado en Europa y, finalmente ubicado en Grecia. Se casó con la actriz griega Melina Mercouri; el director Joseph Losey (1909-1984), exiliado en Inglaterra; Lionel Stander* (1908-1994), fundador del Sindicato de Actores, exiliado durante muchos años en Europa o el mismísimo Charles Chaplin (1889-1977). Se produjeron, incluso, casos de suicidio, como el del actor Philip Loeb (1891–1955) o la muerte por infarto del actor John Garfield* (1913-1952), protagonista de la primera versión de El cartero llama siempre dos veces (1946).

Por otra parte, estos recelos ya existían, desde 1938, cuando se crea el llamado Comité de Actividades Antiamericanas (HUAC), pero el senador McCarthy, si bien no participó directamente en sus actividades, si fue el impulsor de lo que se ha generalizado como macartismo, como ya hemos anticipado, y personaje protagonista de la famosa “Lista Negra”, en la que se vieron implicadas varios cientos de personas sospechosas de colaborar con el PC. Pero no solo las personas, también se censuraron más de 30. 000 libros, retirados de bibliotecas y librerías. Por citar un par de ejemplos, las novelas Robin Hood o Espartaco del escritor Howard Fast* (1914-2003).

Finalmente, esta “Lista Negra” estuvo también apoyada por una “Lista Gris”, una versión “suave” de la anterior. Los incluidos en ella tuvieron problemas para trabajar en el cine. Sin embargo, los más castigados fueron los llamados “Diez de Hollywood”. Según relata en un libro Patricia Bosworth, hija de uno de los abogados defensores, Bartley Crum (1900-1959), también perseguido, aquéllos que figuraban en la lista negra, además de escribir con seudónimo, tenían que cobrar en dinero negro, no podían abrir cuentas y sus conversaciones telefónicas eran espiadas por el FBI, como lo fue también su padre. A Dalton Trumbo, por ejemplo, hasta 1975, un año antes de morir, no se le hizo entrega del premio por su guion de la película El bravo (1956) y hasta 1993 la Academia no le otorgó la estatuilla por Vacaciones en Roma (1953). Utilizó hasta una decena de seudónimos distintos.

A todos los represaliados citados podríamos sumar a los directores Billy Wilder* (La tentación vive arriba, Con faldas y a lo loco); Otto Preminger* (Éxodo, El Cardenal);

Fritz Lang* (Perversidad, Sólo se vive una vez) o el actor Melvyn Douglas, famosísimo coprotagonista, junto a Greta Garbo, de la película Ninotchka. Junto con su mujer, la actriz Helen Gahagan (1900-1980), formó parte del Comité Antinazi de Hollywood junto a otros profesionales como Dorothy Parker*[1], Ernst Lubitsch*, Gloria Stuart, Mervyn LeRoy*, F. Scott Fitzgerald o Chico Marx*. Durante años, Douglas formó parte de la “Lista Gris” a la que ya hemos aludido. Y con ellos, destacados actores que apoyaron a este grupo, como Lauren Bacall*, Henry Fonda, Gene Kelly, Edward G. Robinson*, entre muchos otros. En el lado opuesto, el entonces director Walt Disney, el actor Ronald Reagan o un joven Richard Nixon. Estos últimos llegaron a la presidencia del país.

 

Como colofón, unas palabras del famoso periodista Edward R. Murrow, emitidas durante su programa See it now (9 de marzo, 1954):

 

… Su principal logro [del senador McCarthy] ha sido el de confundir a la opinión pública, entre las amenazas del comunismo. No debemos confundir desacuerdo con deslealtad. Debemos recordar siempre que una acusación no es una prueba y que una condena depende de la evidencia y del debido proceso de la ley. [...] No caminaremos con miedo, el uno del otro.

 

Nota: Todos nombres acompañados de (*) son judíos.

Películas que abordan el tema:

The front (Martin Ritt,1976),

Guilty by Suspicion (Irwin Winkler, 1991),

Buenas noches, y buena suerte (George Clooney, 2005),

Trumbo (Jay Roach, 2015).

 

                                          Rosa María Ballesteros García

                              Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena

                                             “benaltertulias.blogspot.com”



[1] Parker apoyó al Frente Popular durante la Guerra Civil en España. Fue miembro del Comité de Refugiados Antifascistas y del Comité de Artistas Cinematográficos de Ayuda a la República Española.

domingo, 3 de marzo de 2024

Gonzalo Pando Rivero

                                                   GONZALO PANDO RIVERO

        MÉDICO, INTELECTUAL, HUMANISTA Y COMANDANTE DEL EJÉRCITO REPUBLICANO

 

La defensa de la democracia y la libertad ante la invasión fascista que supuso la sublevación militar que dio lugar a nuestra guerra civil, propició la aparición de movimientos y personas, como el que hoy nos ocupa, que conocedores de la importancia de las ideas en juego no dudaron ni un solo instante en luchar con todas las posibilidades de su entereza y su formación contra el hundimiento de la patria en la ignominia. Es momento de conocerlos y reconocer su esfuerzo.

Gonzalo Florentino Benito Pando Rivero nació en 1899 en el pueblo asturiano de Villaviciosa. Su abuelo había sido un prestigioso notario y su padre, de clase acomodada, estudió Farmacia que nunca llegó a ejercer, pero fue elegido alcalde  del pueblo el mismo año que nació Gonzalo. Primos suyos fundaron la conocida industria de la sidra “El Gaitero”. Un tío paterno llamado Jesús fue abogado y un fecundo escritor. Otro de sus tíos, José, estudió medicina en Valladolid, fue director de Sanidad Marítima y destacó por su labor en la Cruz Roja, y en la fundación del Colegio de Médicos de Madrid y del Colegio de Huérfanos de Médicos, por todo lo cual Villaviciosa le nombró hijo predilecto. Ya fallecido, Gonzalo se casaría con una hija suya.

La madre de Gonzalo, María, tuvo un total de 16 hijos y heredó una gran fortuna que  su tío Alonso Rivero había amasado en Cuba en donde llegó a ser comandante del escuadrón de caballería cubano en 1855, claro antecedente militar de nuestro protagonista.

Con tres años, en 1902, toda la familia se muda a Santiago de Compostela, en donde Gonzalo estudia el Bachillerato y en 1917 comienza a estudiar Medicina pero al ser  sorteado (1921) para cumplir su servicio militar, es destinado al regimiento de infantería Zaragoza con el que marcha a África  participando en la batalla de Annual donde es herido y remitido al Hospital de Orihuela (hechos que nunca reveló). En 1923 está de vuelta en Santiago y en 1927 termina la carrera con 28 años. Otros dos hermanos fueron médicos y otro notario.

El Dr. Pando inicia su carrera profesional como médico rural en el Valle de Lana (Navarra) y después en Dolores (Alicante)  y Escamilla (Guadalajara) y por último en Rascafría (Sierra de Madrid). En todos estos pueblos Gonzalo conoce la situación de precariedad y miseria en la que viven los trabajadores y sus familias, es decir, sus pacientes, entre los que comienza a desarrollar una labor sociopolítica de educación animándolos a organizarse y a defender sus derechos. La proclamación de la II República llena de alegría todas las calles de los pueblos que esperan un cambio significativo en sus vidas.

En 1932, se casa con su prima Asunción Pando Baura, maestra de primaria (cuya mano acababa de pedir el escritor Ramón J. Sender) y se marchan ambos a ejercer en Rascafría, entregándose a la labor en pro de los desfavorecidos. Tras la victoria del frente popular en 1936 se afilía tanto al PCE como a la UGT. Al estallar la guerra civil la influencia de Gonzalo Pando en el pueblo es enorme, y las familias y las agrupaciones depositan en él su confianza.

Pando, sin posibilidad de consultar con nadie, moviliza a todos los hombres de izquierda, desarma a los sospechosos de adhesión a la rebelión, y junto con otros comunistas que se les unieron desde Villalba, con unas cuantas pistolas y escopetas subieron a hacerse con las alturas del Reventón y el mirador del Nevero, controlando a las fuerzas fascistas que pretendían acceder a Madrid desde La Granja.

Esta partida de esforzados antifascistas se unió al famoso 5º Regimiento que comandaba el gaditano Juan Guilloto León, alias “Modesto”, y cuyo origen se encuentra en las milicias obreras antifascistas creadas como protección para dirigentes comunistas y socialistas por iniciativa del PCE, fundado en 1920, y de las JSU. Tenían su sede en el colegio-convento de los salesianos en el barrio de Estrecho de Madrid, y se desarrollaron mucho en los primeros meses de la guerra llegando a contar con 70.000 combatientes, mandos instruidos (que podían ser elegidos por la tropa), alto nivel de disciplina, incorporación de comisarios políticos que explicaban a los soldados “el porqué y el paraqué” combatían y sistema de instrucción y enseñanza que pretendían erradicar el analfabetismo de los soldados.

Entre Modesto  y Pando fundaron una de sus unidades que cobró especial fama, el Batallón Taelman, denominado así, en honor de Ernesto Taelman, presidente del partido comunista alemán encarcelado por Hitler que lo mandó fusilar en 1944. Cuando Modesto fue ascendido y pasó a mandar una división,  este destacado batallón quedaría a las órdenes del comandante Pando.

Con este  célebre batallón, Pando, se enfrentaría a las tropas marroquíes y legionarias en el paraje de Los Alijares, alrededores de Toledo a finales de 1936, en una cruenta batalla con muchas bajas que no tendría un claro vencedor. Pero poco después toman Torrejón de Velasco, ocupan Villaverde y toman el “Cerro Rojo” (el Cerro de los Ángeles), participando en el contraataque de Aravaca formando parte ahora de la brigada al mando de Enrique Lister.

Tanto Líster como Modesto eran personajes de extracción obrera (cantero y aserrador respectivamente) que habían recibido instrucción militar en la Unión Soviética (ambos terminarían la guerra con el grado de general), mientras que Pando era de familia acomodada y de formación universitaria que leía tanto de política como de filosofía o medicina. La unión entre ellos se llevó a cabo por sus convicciones políticas y su deseo de combatir el fascismo y defender la libertad y la democracia en su país. Eran  admirados y queridos por sus soldados.

En febrero de 1937, Pando, participa en la batalla del Jarama que consiguió impedir el aislamiento de Madrid, y en marzo siguiente en la batalla de Guadalajara impidiendo definitivamente el cerco de la capital republicana mediante una gran victoria sobre las divisiones fascistas italianas enviadas por Mussolini. Ambas batallas tuvieron un cronista excepcional en la persona del escritor Ernest Hemingway.  En el mes de Mayo siguiente desalojan a los franquistas del Palacio de Sisla, al sur de Toledo en pleno campo de maniobras de la Academia Militar.

En Julio de 1937 el Dr. y Comandante Pando participa en su último y cruento combate, la batalla de Brunete, la más sangrienta de la guerra, en la que es herido  gravemente y evacuado al Escorial el 25 de julio, a la vez que la famosa fotógrafa judío-polaca Gerda Taro arrollada por un tanque. Ambos fueron asistidos en el Hospital Militar asentado en el antiguo Convento de los Sagrados Corazones.

Gonzalo Pando Rivero falleció el 31 de Julio de 1937 y fue enterrado en el Cementerio de El Escorial el 1 de Agosto causando un hondo sentimiento nacional por la pérdida del jefe del glorioso Batallón Taelman, médico, humanista, comunista y luchador por la igualdad y la  libertad de España.

El 11 de Enero de 1939 en el Diario del Ministerio de Defensa Nacional se anuncia su ascenso a Mayor desde el día siguiente a ser herido.

En 1983 muere su mujer Asunción Pando en Madrid

 

                                                                Jesús Lobillo Ríos

                                         Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                     “benaltertulias.blogspot.com”

 

Bibliografía

Ana M. Afzali, Ph.D.-“Gonzalo Pando Rivero: de médico a comandante republicano de la guerra  civil española”. Edición de la autora. 2022.  

domingo, 25 de febrero de 2024

La contrarreforma del cine español

LA CONTRARREFORMA DEL CINE ESPAÑOL

Como se sabe, en 1895 los hermanos Lumière presentaban al mundo las primeras imágenes en movimiento: había nacido el cinematógrafo. Esta primera experiencia había tenido lugar en París, pero España, dada la situación política y económica, no permitía desarrollar esta tecnología. Sin embargo, y a pesar de todas las carencias, algunos audaces y modernos españoles se subieron al carro de la modernidad para rodar sus primeras películas documentales. Si los franceses se estrenaron con Llegada de un tren a la estación de la Ciotat, documental rodado en 1895, el aragonés Eduardo Jimeno, dos años después, filmaría el documental Salida de la misa de doce del Pilar de Zaragoza y Fructuoso Gelabert rodaba ese mismo año otro documental: Riña en un café. Pocos años después, Ángel García Cardona y Antonio Cuesta dirigían la primera película española con argumento, un melodrama titulado El ciego de la aldea (1907). Por otra parte, recordamos que estas iniciativas surgieron en Cataluña gracias, por un lado, a la proximidad geográfica y por otro que Barcelona se había convertido en una de las ciudades más industrializadas, con la burguesía más moderna y más público obrero que en Madrid, porque el cine estaba pensado, en principio, como divertimento popular y de masas. Entre estos primeros cineastas, aparecen los nombres de los catalanes Fructuoso Gelabert y Alberto Marro y del aragonés Segundo de Chomón.

            Por otro lado, durante esta primera etapa de cine mudo en España, los argumentos incluyen zarzuelas, sainetes, españoladas, dramas y comedias, porque este nuevo invento había conseguido ya, durante la década de los años 20, despertar curiosidad entre muchos intelectuales y también en las clases más acomodadas. Será ya, coincidiendo con el triunfo de la República, cuando el cine mudo dio paso al cine hablado, cuya primera proyección El cantor de Jazz se había producido en Hollywood en 1927 (la película llegó a Madrid en versión muda en 1929 al carecer de los equipos de proyección sonoros). En enero de 1930 se estrenan las dos primeras películas españolas sonoras Fútbol, amor y toros, dirigida por Florián Rey y El misterio de la Puerta del Sol, dirigida por Francisco Elías Riquelme.

Y la industria del cine se irá consolidando, de forma que en 1932 surge en Valencia la Compañía Industrial del Film Español (CIFESA) como distribuidora exclusiva de la industria cinematográfica americana. Durante las décadas de 1936-1939 se asiste a una edad de oro del cine hablado. Posteriormente, tras la implantación de la dictadura se aplicarían normas de presión para regular la producción cinematográfica. Por ejemplo, por cada cuatro películas extranjeras se exigía la exhibición de una película española, que debía caracterizar la defensa de los valores de la raza, de la patria, del caudillaje, de la familia y la tradición religiosa y moral, evitando por lo tanto temas tan espinosos como la guerra y la política. Títulos de los años 40 como Raza (con guion de Franco bajo el seudónimo de “Jaime de Andrade”), ¡A mí la Legión!, Alma de Dios, Marianela o Un alto en el camino, vienen a corroborar lo dicho. Actores como Alfredo Mayo, Aurora Bautista o Ana Mariscal se convierten en las estrellas de la época.

            Los años 50, época considerada como la década dorada de la comedia, es también la etapa de esa “Contrarreforma” a la que aludimos en el título con figuras tan relevantes para nuestro cine como Luis García Berlanga y Juan Antonio Barden, tildados de raras avis por los estudiosos del cine. Ya dijo Baudelaire que la comedia es una cosa muy seria. El estreno del drama Surcos (1951), de José Antonio Nieves Conde, supuso la evidencia de este choque de mentalidades. Unos años más tarde, Nieves Conde no ceja en el empeño, a pesar de ser censurado, dirigiendo un drama social familiar con el problema de la vivienda como trama central: El inquilino, con Fernán Gómez y María Rosa Salgado. Como se ha escrito, las penurias de la clase media-baja serán la preocupación constante de los directores de los años 50. Títulos como Esa pareja feliz, de Bardem y Berlanga (1951) de nuevo con Fernán Gómez y Elvira Quintillá y El pisito, de Marco Ferreri (1959) con López Vázquez y Mary Carrillo, son ejemplo de lo dicho, y también guiños proto-feministas que denuncian el generalizado machismo social con Calle Mayor (1956) de Bardem, extraordinaria película que merece un artículo aparte, con una también extraordinaria protagonista: la británica Betsy Blair.

A mediados de los años 50 (1955) se habían producido unas jornadas organizadas por el director de cine Basilio Martín Patino (Conversaciones de Salamanca)​ a las cuales acudieron críticos, directores, representantes del sector intelectual, organismos del propio Estado. Estas jornadas, jornadas de reflexión y análisis sobre la cuestión del sector, a todos los niveles, tras el paréntesis de la Guerra Civil, tuvieron como resultado una etapa que se conoce como “cine metafórico” en que los cineastas, que querían hacer un cine más realista, intentaban por medio de metáforas (cine metafórico), burlar la tremenda censura de la época. La fórmula se materializó en películas a las que se sumaría después el director Carlos Saura.

La década del 60, con el desarrollismo y la apertura al exterior representa un período importante del desarrollo económico de España. La influencia de lo extranjero y la modernización no son suficientes, en principio, para que el ojo avizor del gobierno y su censura aflojaran y gracias a la creatividad del cine metafórico de Berlanga y Bardem (contrarreforma), adjetivado también como simbolismo, parabólico o de la alusión se pudieron sortear las restricciones que continuaron hasta los años setenta, pero esta ya es otra historia que finalizará en 1978 con la eliminación de la censura que tanto había contenido la industria cinematográfica.

 

                                   Rosa M. Ballesteros García

                        Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena

                                  “benaltertulias.blogspot.com”

domingo, 18 de febrero de 2024

Amparo Poch Gascón

                                                      AMPARO POCH GASCON

                         MÉDICO, FEMINISTA, ESCRITORA, LIBERTARIA Y ANTIFASCISTA

 

De ideología liberal y revolucionaria, dedicó su vida a la medicina, poniendo en marcha programas de educación sanitaria para mujeres, luchando por la equiparación cultural, y la libertad sexual de las mismas frente a la opresión masculina en todos los terrenos. Murió en Francia, sola, olvidada, después de haber sido borrada de los archivos académicos como una vergüenza familiar.

Nació en Zaragoza en 1902, la primera de cuatro hermanos habidos de la familia de un militar sargento de pontoneros, que se opuso a que estudiara medicina “por no ser carrera propia de mujer”, por lo que estudió Magisterio entre 1917 y 1922 terminándola con premio extraordinario en la sección de ciencias, para a continuación matricularse en la Facultad de Medicina, licenciatura que terminó en 1929 con matrícula de honor en las 28 asignaturas de que constaba, consiguiendo al año siguiente el Premio Extraordinario de Licenciatura en un examen competitivo frente a seis colegas en el que desarrolló el tema “Valor diagnóstico del líquido cefalorraquídeo”. Fue la segunda mujer que culminó la licenciatura en esta Facultad.

Ejerció como vicesecretaria del Colegio de Médicos de Zaragoza hasta 1934, año en que marchó a Madrid. Comenzó a pasar consulta en una habitación de su propia casa con condiciones especiales para las obreras, desarrollando programas de prevención de la enfermedad y promoción de la salud, así como de cuidados de la sanidad infantil, editando en 1931 una Cartilla de Consejos a las Madres que fue galardonada en el segundo concurso de premios del Doctor Borovio de Protección de la Infancia, por su valor divulgativo y de prevención.

En 1935 abrió una consulta médica para mujeres en el barrio del Puente de Vallecas en Madrid y trabajó en la Mutua de Médicos de la CNT del Sindicato Único de Sanidad al que pertenecía. En 1936 funda, con dos amigas, la Revista Mujeres Libres, una revista para mujeres y escrita por mujeres que vetó la colaboración masculina, y en la que se reivindicaba la educación y la capacitación profesional como premisas determinantes para la emancipación de la mujer de la esclavitud, la ignorancia y la sumisión sexual.

Sus programas divulgan cómicos episodios que achaca al “Sanatorio del Optimismo”, firmados por la “Dra. Salud Alegre”, a la que secundan los doctores “Buen Apetito”, “Buen Humor”, “Sueño Feliz”, “Amor Humano” y “Guasa Viva”, y las enfermeras “Fantasía”, “Ilusión”, “Risa”, y el microbio “Reflexión”, que siguen siendo un modelo de difusión para la promoción de la salud.

Esta agrupación se fusionó en 1936 con el Grupo Cultural Femenino de Barcelona organizando cursillos de enfermeras y puericultoras, y abrió una escuela de chóferes para adiestrar a las mujeres en el manejo de ambulancias y tranvías. Llegó a contar con más de 20.000 afiliadas.

Fundó y presidió el Grupo Ogino que dio a conocer este sistema anticonceptivo. En 1932 escribió “La vida sexual de la mujer”. Fue partidaria del divorcio o la separación cuando el amor se acaba, y defendió la unión libre sin papeles ni documentos. Defendió la igualdad de oportunidades y de trato entre hombres y mujeres y fue partidaria de la coeducación.

Entre 1936 y 1937 trabajó en el Ministerio de Sanidad con Federica Montseny como directora de Asistencia Social. Y a final de 1937 asumió la dirección de la “Casal de la Dona Treballadora” donde se capacitaba a las mujeres obreras con un programa cultural, profesional y social, que bajo su dirección pasó de tener  150 alumnas a 911. Como miembro de la Junta de Protección de Huérfanos de Defensores de la República colaboró en los programas de instrucción de medidas de salvamento y coordinó los programas de colonias y granjas escuelas para los niños refugiados.

En Febrero de 1939 cruza la frontera y obtiene un permiso para vivir en Nimes, Francia, pero no para trabajar, lo que la obliga a recurrir a la economía sumergida pintando tarjetas, pañuelos, haciendo bolsos o plegando sobres “todos los días y fiestas hasta la una de la madrugada”. En 1945 se traslada a Toulouse en donde hay cerca de 20.000 refugiados españoles, entre los que empieza a pasar consulta médica de forma clandestina hasta que la entrada en vigor del Estatuto Jurídico de los Españoles le permite trabajar en las consultas de Medicina General y Ginecología de la Cruz Roja y algunas clínicas privadas. Nunca dejó de prestar su asistencia médica en el SIA (Solidaridad Internacional Antifascista) en el Comité Nacional de Toulouse.

En 1965 se le diagnosticó un cáncer cerebral y quiso volver a Zaragoza con su familia, pero sus hermanos la rechazaron por ser una persona que había sido la ignominia de su casa. Su expediente académico, tanto en la Escuela de Magisterio como en la Facultad de Medicina había sido borrado y arrancadas sus páginas. Falleció en 1968 en Toulouse y a su entierro asistieron más de 200 españoles. Solo tenía en su cartilla de la Caja de Ahorros 16 francos con 29 céntimos.

En 2002, centenario de su nacimiento, el rector de la Universidad de Zaragoza descubrió una placa con su nombre en el Paraninfo Universitario. Zaragoza le dedicó una calle. En 2008 se inauguró un centro de salud con su nombre, y en 2018 puso otra placa en el edificio de la calle en que vivió. En 2021 una calle de Toulouse recibió su nombre.

 

                                                                 Jesús Lobillo Ríos

                                          Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                    “benaltertulias.blogspot.com”    

 

Bibliografía.-

Bernal Triviño A. Diario Público.2018

Miqueo C. Real Academia de la Historia

domingo, 11 de febrero de 2024

Maruja Mallo

MARUJA MALLO (1902-1994)

 

No cabe duda que Maruja Mallo fue, en palabras de la profesora Shirley Manghini: “La mujer más excepcional del mundo vanguardista español de su época y hasta años recientes, la más desconocida”. Federico García Lorca la describió como sigue: “Maruja Mallo, entre Verbena y Espantajo toda la belleza del mundo cabe dentro del ojo, sus cuadros son los que he visto pintados con más imaginación, emoción y sensualidad”.

Nacida en Galicia, su familia se estableció en Madrid en 1922 y ese mismo año comenzó sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, junto a su hermano Cristino. A través de otro hermano, Justo, conoció a sus compañeros de la Residencia de Estudiantes, entre otros: Dalí y Moreno Villa. Apunta Manghini que la incorporación de Maruja al trío Buñuel-Lorca-Dalí: “convirtió al grupo en cuadrangular”, generándose entre los cuatro una intensa colaboración personal e intelectual. Abundando en ello, la historiadora del arte Estrella de Diego describe en clave de polisexualidad la dinámica del grupo.

La Guerra Civil la empujó fuera de España. En 1937, vía Lisboa, y ayudada por Gabriela Mistral, se instaló en Buenos Aires. Ese mismo año se edita su monografía: Lo popular en la plástica española a través de mi obra. Allí estrechó lazos de amistad con Ramón Gómez de la Serna, también exiliado, y casado con la argentina Luisa Sofovich, a quien dedicó el libro Maruja Mallo, publicado en edición bilingüe por Losada (Buenos Aires) en 1942. En 1939 pronunció varias conferencias en la Universidad de Santiago de Chile. En la capital bonaerense decora Maruja el cine “Los Ángeles” y expone en Viña del Mar (Chile) en 1945. La política del populista Perón la empujó de nuevo, esta vez en sentido contrario. En 1946 expuso en Río de Janeiro, en Nueva York y en Bolivia. En 1957 expone en Buenos Aires de nuevo y en 1961, en Madrid, en la Galería Mediterráneo. Ese año, el Museo de Arte Contemporáneo adquiere su cuadro “Estrella de Mar”. A partir de 1962 viaja a España, por primera vez desde su exilio, instalándose definitivamente en 1965.

Este es, a grandes rasgos, el escenario que vio crecer y madurar la obra de una mujer físicamente menuda, vivaracha, alegre; voluntariosa e irónica. Es esta última la característica más recurrente con que la definen sus críticos y amistades. Esa “brujita joven” o “Sibila” quien afirmaba que “el oficio debía estar siempre al servicio de las ideas” y gustaba definir su pintura como una obra de síntesis. (arte útil VS arte por el arte). Ana Vázquez de Parga describe su camaleónica facilidad para adaptarse a las diferentes propuestas artísticas como muy natural, casi inconsciente, gracias a que con “su mirada de lince, su olfato de cazador, atrapa todo lo que escucha y va a su alrededor”.

La artista se instaló definitivamente en España en 1965: “Mis amigos estaban desterrados o enterrados [escribe] y yo sola en el Hotel Palace y las galerías llenas de pintura informalista que es un estilo totalmente franquista...” Como describió María Escribano: “Maruja no llegaba quejicona y rencorosa, sino sólo con una razonable dosis de mala leche”.

Hasta 1979 no se le presenta la ocasión de una muestra antológica: “Moradores del Vacío”, obras pintadas durante los años setenta, y una serie de ocho litografías, homenaje a la Revista de Occidente de la misma época.

Maruja creyó sobre todas las cosas en el Arte, único amante al que se mantuvo fiel hasta el final de sus días, quizás, desengañada de todo lo demás, como Carmen de Burgos quien, en su Autobiografía, escribió lo siguiente: [...] y yo que creía buena a la humanidad toda, vi sus pequeñeces, sus miserias [...] y sentí el dolor de los pesares ajenos, y lloré con los oprimidos y envidié los mundos donde no habitan los hombres [...] Y así sufriendo y amando [...] entre lágrimas y goces se formó mi espíritu de hoy [...] Viajé [...] estudié [...] me adularon y me zahirieron [...] Hoy sólo creo en el arte y acepto el amor como bella mentira, una forma más perfecta de la amistad.

Como le ocurrió a Carmen de Burgos, Maruja Mallo, a pesar de su indiscutible popularidad en España durante los años veinte y treinta, un silencio ominoso cayó sobre ella durante el franquismo. Afirma Manghini que no fue sólo a causa de su exilio o al hecho de ser mujer, sino sobre todo porque era una mujer “transgresora” en su vida y en su obra.

 

                               Rosa M. Ballesteros García

                  Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena

                              “benaltertulias.blogspot.com”

domingo, 4 de febrero de 2024

El emirato cordobés de Creta del siglo X

                               EL EMIRATO  CORDOBÉS  DE CRETA  DEL  SIGLO  X

El famoso historiador británico Edward Gibbon (1737-1794) refiere en su monumental “Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano”, que, en el siglo IX, “una banda de andaluces voluntarios, descontentos con el clima o el gobierno de España se aventuraron al mar en una guerra que, dado que no superaban las veinte galeras,  solo cabe calificarla de piratería”. Sin embargo, dicha banda, con esta exigua hueste contribuyó a la fundación de la ciudad africana de Fez, señorearon el Mediterráneo, dominaron Alejandría y crearon un emirato en la isla de Creta que subsistió durante ciento treinta y ocho años. Este evidente contraste entre capacidad y resultados, incitan fuertemente nuestra curiosidad por conocer más sobre los orígenes, formación y objetivos de esa “banda de piratas andaluces”, cuya fascinante historia ha sido calificada como una auténtica odisea protagonizada por los “rabadíes” o habitantes del rabal, cuya aventura, iniciada durante el emirato andalusí de al-Hakam I (770-822), vamos a recordar aquí de la mano de su máximo estudioso el periodista cordobés Manuel Harazem  (Manuel León Figueroa 1956-2020).

Nada más iniciado el Emirato Omeya de Occidente en 756, con la entronización de Abd al-Rahman I, (el príncipe omeya superviviente fugado de la matanza de los abasíes de Damasco), comenzó el desarrollo de su capital, Córdoba, que, superando las estrechas limitaciones de sus murallas romanas, dio en la construcción de arrabales  (la axerquía=al este de la Medina) que contuvieran la numerosa población que hicieron de ella la mayor ciudad de su tiempo. Uno de estos arrabales, quizás el más importante y populoso, fue el Arrabal de “Sacunda” situado al otro lado del rio Guadalquivir, frente a la Mezquita y al Palacio del Emir, con una extensión calculada de más cien mil metros cuadrados, cuidadosamente planificados, y que debe su nombre a una posible deformación arabizante de su primitiva raíz latina de “segunda” por estar en la segunda milla de la Vía Augusta, unida a la Medina por el Puente que construyeran originariamente los romanos. Su población debió exceder en mucho  a los 30 ó 40 mil habitantes y debió estar compuesta por muladíes, clases populares, artesanos, comerciantes y agricultores e incluso hombres de leyes como los alfaquíes. Su principal comercio era atender las demandas de los habitantes del alcázar.

En 796 hereda el trono el tercer emir omeya, al-Hakam I, que desde el primer momento hubo de sortear problemas para conseguir su estabilidad dando muestras sobradas de sus métodos brutales para controlar a la población. Al año de su nombramiento se encontró con la disidencia de la clase aristocrática toledana que solucionó mediante la llamada “Jornada del Foso” en la que los nobles disidentes fueron invitados a una fiesta en el palacio del gobernador y decapitados y arrojados a un foso según llegaban. Poco después, año 806, tuvo conocimiento de un complot para derrocarlo en la misma Córdoba, y haciéndose con la lista de sus componentes mandó ejecutar a sus 72 integrantes. Encrespada la población cordobesa se levantó contra su tiránico emir en el año 818, hundida bajo los exagerados impuestos que requerían los costes defensivos palatinos, e inermes ante la hambruna desarrollada por aquellas fechas. La “revuelta del arrabal”, aunque fuera protagonizada por Sacunda, arrastró a todos los arrabales de la ciudad y estuvo a punto de derribar al emir que gracias a la utilización de su guardia (los famosos mercenarios reclutados en la frontera norte apodados “los mudos” porque no sabían hablar árabe), que vadeando el rio más arriba sorprendieron por la retaguardia a los asaltantes, dominando la situación.

La venganza del emir fue terrible. Durante tres días “Sacunda” estuvo sometida al pillaje de los soldados que asesinaron y robaron a placer. Trescientos notables fueron crucificados y expuestos en el puente, pero no satisfecho aún, mandó arrasar por completo el arrabal y  prohibió cualquier tipo de construcción en adelante en el lugar, y a los que quedaron vivos los desterró lejos de Córdoba con duras condiciones como ir en pequeños grupos, limitar la cantidad de enseres y pertenencias, etc. lo que los expuso al bandolerismo reinante y a todo tipo de penalidades. Tras estos hechos al-Hakam I se ganó para siempre el apodo de “el del arrabal” (al-Rabadi).

El exilio, vendido como un perdón por parte del emir, fue llevado  a cabo con premura y desorganización, constituyendo una auténtica dispersión de la que no se han conservado datos fiables, pero sí numerosas noticias contrastables entre sí. Una parte de ellos marchó a Toledo, protagonizando el exilio más corto, menos numeroso y  del que tenemos menos noticias, integrándose una minoría en la sociedad toledana, entre la que se cuenta al alfaquí de origen bereber Yahya ibn Yahya (769-848), difusor en Al-Andalus de las enseñanzas maliquies, que fue posteriormente perdonado, y otra continuando su lucha permanente contra el emir llegando a organizarse y llamando a un jefe rebelde Muhair al-Qatil para que los capitanease, al menos hasta que fue apresado y probablemente ejecutado.

El segundo grupo de exiliados compuesto por varios miles de familias se dirigieron a África a unos 500 km de Córdoba a la zona central del actual Marruecos en donde se estaba desarrollando en aquel momento  la ciudad de Fez, producto de la fundación de la primera dinastía islámica del Magreb a cargo de Idris un personaje islámico huido de Bagdad que conforma un relato parecido al del omeya cordobés, y cuyo sucesor Idris II ofrece a los exiliados asentamiento,  que estos aprovechan para desarrollar allí su cultura, de forma que la ciudad dividida por un río presenta una planicie oriental que se denomina aún, Ribera de los Andaluces, en la que se reproduce un urbanismo y costumbres cordobesas, y otra planicie occidental que ocuparían los aglabies representantes africanos de los abbasies de Damasco que tenían su capital en Cairuan y cuya zona se denominó de los Qarawanis.

Pero sin duda el tercer grupo de exiliados es el más numeroso e importante. Se calcula que entre quince y treinta mil familias formaron este núcleo que alcanzó las costas levantinas embarcando posiblemente en Pechina (Almería) y haciéndose a las aguas del mar Mediterráneo que al sur presentaba en Africa (Ifriquiya) el dominio de los idrisies y más hacia oriente el de los abasíes, enfrentados a los omeyas. Y al norte los bizantinos herederos de los romanos. Las diversas fases de relación hegemónicas entre estos poderes hacen del antiguo “Mare Nostrum” un mar descuidado, falto de control y vigilancia y por tanto asiento ideal para piratas, corsarios y bucaneros que se mantienen robando y traficando con esclavos que obtienen en unas costas y  venden en otras.

Es más que posible que nuestros exiliados se sumen de alguna manera a estas partidas de facinerosos pese a que su perfil es puramente urbano y civilizado y en absoluto se les puede calificar de “gentes de mar”, que se vieron involucrados en esta aventura. El puerto principal de tráfico parece ser que fue el de Alejandría en donde debieron aposentarse en gran número y por mucho tiempo, antes incluso de la llegada de nuestros exiliados. La muerte del califa abbasí de Bagdad, Harún al Rashid (766-809) sumió al estado en una guerra civil que solo se solucionó con la victoria de su hijo al-Mamum (786-833) que no comenzó a reinar hasta el 813 y bajo su mandato envía al general Ibn Tahir a liberar Alejandría que llevaba muchos años en poder de “los andaluces” lo que consigue, en 827,  negociando con ellos su marcha a tierras que no fueran abasíes, es decir a la isla de Creta mediante un estipendio económico. Creta estaba igualmente poco vigilada dado el conflicto bizantino que existía entre Miguel II (770-829) y el general Tomás El Eslavo, al que derrotó y ejecutó en 823.

El punto de unión e identificación de todos estos datos se encuentra en la figura del caudillo que dirigía al grupo de andaluces, que todos los cronistas, sin excepción,  identifican con Abu Hafs, que era natural de Fahs al Ballut (el llano de las bellotas, actual Valle de los Pedroches ) y que pertenecía a “qul al rabadhin” muy posiblemente “al arrabal=arrabalero”, y al que califican también como “al galiz” que suele traducirse como “el gordo”, pero que también alude al carácter rugoso o escabroso que se aplica a las gentes agrestes y que hoy día es gentilicio de los habitantes de Pozoblanco  (capital actual del Valle): tarugo. Es decir, que Abu Hafs, el arrabalero, tarugo del Valle de los Pedroches fue el líder que acaudilló a las gentes del arrabal en su desembarco en la isla de Creta en 827.

Esta isla representaría la tierra deseada en la que, por fin, nuestros errabundos exiliados encontraron acomodo fundando en su costa norte, en la actual Heraklion, una ciudad que denominaron “Rabdh al-Jandaq”, un nombre que nos recuerda a sus fundadores y a su origen, pero que no significa nada para quien no conozca su historia, pues puede traducirse literalmente como “Arrabal del Foso”, que fue destruida y arrasada posteriormente por el general bizantino Nicéforo Focas, pero cuyo estudio arqueológico permite aún hoy día descubrir las cicatrices de sus primitivas murallas y su mezquita. Fundaron un estado árabe con la forma de emirato tras alcanzar un equilibrio de poder entre los piratas habituales, los exiliados andaluces y la población autóctona, independiente del califato abbasí y del omeya mediante la práctica de una tolerancia como la que fue proverbial en la península ibérica.

Estabilizado el emirato practicaron relaciones comerciales con todos los países vecinos, incluido el califato de Damasco donde al parecer el hijo y sucesor de Abu Hafs, Suayb, estudió adquiriendo la condición de intelectual que le faltaba a su padre y predecesor, convirtiendo a su vez al nuevo emirato en un foro cultural en el que se sabe que enseñó el jurista cordobés Abu Abd al Malik Marwan. Se labraron pues un espacio cultural, comercial y militar, sobre todo naval como lo demuestra el rechazo hasta en tres ocasiones de los ataques de la flota imperial bizantina, pero por fin en 960 Rabdh al-Jandaq fue sitiada por las tropas de Nicéforo Focas que la rindieron por hambre durante ocho meses. Los habitantes que no murieron en la defensa fueron obligados a convertirse al cistianismo o expulsados de nuevo.

La numismática nos ha demostrado la correlativa sucesión sin sobresaltos de diez emires desde su fundador el pedrocheño Abu Hafs en 827, todos ellos orgullosos de su procedencia como lo patentizaron en su nombre y calificativos hasta el último derrocado en 961: Abd al-Aziz ibn Suaib al-Qurtubi, es decir, el cordobés.

                                                                 Jesús Lobillo Ríos

                                         Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                   “benaltertulias.blogspot.com”

     

 Bibliografía.-

Edward Gibbon.-“Decadencia y caída del Imperio Romano”. Atalanta 2012

Manuel Harazem.-“La odisea de los rabadies”.Editado por el autor. Córdoba 2017

Eduardo Manzano Moreno.-“Conquistadores, emires y califas”. Critica 2011

Vassilios Cristides.-“Relaciones entre Creta bizantina y los omeyas de Siria y al-Andalus” en “El 

                                     Esplendor de los Omeyas cordobeses”. Exposición en M. al-Zahra 2001

Claudio Sanchez-Albornoz.-“La España Musulmana”. Espasa-Calpe 1974

Antonio Jaen-Morente.-“Historia de Córdoba”. Librería Luque. Córdoba 1971