RESISTENCIA
A LOS ANTIBIÓTICOS
Los antibióticos son sustancias químicas que causan la muerte
de las bacterias o, en su defecto, inhiben su crecimiento. Estas sustancias son
producidas de forma natural por bacterias y hongos, principalmente, que viven
en el suelo. Y los microorganismos que las producen las utilizan como armas
químicas para competir entre ellos o como moléculas de señalización
para comunicarse entre ellos y promover la coordinación entre diferentes
individuos. En la naturaleza, los antibióticos cumplen diversos papeles
ecológicos. Un uso indiscriminado y descuidado, junto al abuso o mal
uso que hemos ido haciendo de los antibióticos desde la segunda mitad del
siglo pasado, tanto en la salud humana como en la ganadería, han
contribuido a la pérdida de potencia o eficacia de los mismos. Con este
comportamiento se ha favorecido la aparición, a nivel mundial, de las superbacterias.
Así ya hoy en día nos enfrentamos a bacterias que se han hecho inmunes no solo
a uno, sino a varios antimicrobianos (bacterias multirresistentes). Incluso hay
bacterias resistentes a todos los antibióticos existentes (bacterias
panresistentes). No se trata de microorganismos
nuevos sino “mejorados”, que han evolucionado y se han adaptado para sobrevivir
al ataque del enemigo, los antibióticos. La resistencia bacteriana es un
fenómeno natural. Sin embargo, es importante recordar que somos muy
responsables de su incremento actual por el uso que hacemos de estos fármacos,
con la modificación que hacemos del ambiente donde se desarrollan las
bacterias.
Las enfermedades virales no son susceptibles de tratamiento
con los antibióticos, ya que estos se dirigen a las membranas bacterianas (de
características diferentes a las de los virus) o a los procesos internos que
les permita la vida (que no existen en los virus). Pero como las infecciones
virales pueden alterar las defensas naturales y adaptativas del huésped, con los
virus hay mayor probabilidad de contraer enfermedades bacterianas secundarias,
que solo se pueden tratar con antibióticos. Por todo esto, también el Covid-19
ha tenido su contribución en el recrudecimiento del problema de la resistencia
bacteriana.
La resistencia, como hemos dicho, es un fenómeno de
adaptación que tienen los distintos microorganismos, y en el caso que nos
ocupa, las bacterias, que les confiere una ventaja natural frente al medio
natural en el que se encuentran. Para ello, son capaces de desarrollar
diferentes mecanismos de resistencia o modificaciones, algunos de ellos
heredados y otros adquiridos (de los que las bacterias tienen capacidad), ambos
transmisibles. Se trata de mutaciones genéticas que les permiten la
convivencia (a las bacterias), en un mundo de antibióticos: GENES DE
RESISTENCIA, con la creación o aparición de BACTERIAS RESISTENTES:
- Mecanismos
de Inactivación con modificación del metabolismo, que consiste
en la producción de enzimas que inactivan a los antibióticos.
- Mecanismos
de Interrupción con modificación del punto diana sobre el que
actúa el antibiótico.
- Transferencia
Parental (heredada), que la bacteria transmite a su progerie en
su división para la creación de descendencia.
- Transferencia
Horizontal (adquirida), entre los que encontramos por
diferentes vías:
◦
Con intervención de otras bacterias: intercambio,
recombinación o por el fenómeno de conjugación, que tiene lugar
por medio de plásmidos (estructuras genéticas circulares y por ello más
estables e individuales), pero que requiere también la intervención de otras
bacterias.
◦
A partir de virus: transducción
(virus que interactúa o infecta a las bacterias vehiculizando dichos fragmentos
genéticos de resistencia).
◦
Del medio ambiente: transformación
(incorporación de genes directamente del medio).
Cuando suministramos un antibiótico para uso humano o
veterinario, este solo se metaboliza parcialmente y, en consecuencia, gran
parte del antibiótico administrado se excreta a través de la orina y las heces.
Así los antibióticos y los productos de su degradación acaban en el medio
ambiente, convirtiéndose estas estructuras o elementos, en contaminantes
emergentes, que alteran, no solo el funcionamiento de los diferentes
ecosistemas en los que se encuentran, sino que son parte de las vías de
exposición (agua, suelo), que a través de diferentes vectores de diseminación finalizan en el ser humano. De
esta manera tanto las bacterias resistentes como sus genes se han convertido en
un problema global. Tanto en su producción como en su diseminación, intervienen
muchos factores:
- Uso en
salud humana:
- Prescripción
- Automedicación
- Mala utilización o interrupción
- Mercado ilegal, fraudulento (medicamentos
caducados, falsificados,…)
- La dieta, en su influencia sobre la
microbiota (alimentos procesados y ultraprocesados)
-...
- Uso en
ganadería (tratamiento y engorde)
En principio, los productos de origen animal
no deben ser consumidos hasta que el animal haya metabolizado el fármaco y hay
un tiempo establecido entre la administración y el sacrificio para su consumo.
Pero aun así es posible encontrar residuos en carnes, huevos y leche (en Europa
la EFSA establece las directrices a aplicar).
(Interconexión Intestino animal-Intestino
humano)
- Aguas
residuales, depuradoras...
- Residuos
orgánicos, lixiviados, estiércol o pruines...
- Alimentos,
también de origen vegetal (por el paso a suelo de los contaminantes)…
- ...
Sin embargo aunque los niveles estén dentro de la normativa
vigente y sean incluso indetectables, lo cierto es que estamos continuamente
expuestos a residuos de antibióticos.
“La
salud humana, la de los animales y la del ambiente, están íntimamente
relacionadas”
Los antibióticos liberados al ambiente (agua, suelos),
ejercen una presión selectiva sobre las bacterias ambientales promoviendo,
como hemos visto, la diseminación de genes. Pueden encontrarse en cualquiera de
los diferentes ECOSISTEMAS, entre los que existe un importante y
continua interconexión; entre ellos pueden circular los distintos
microorganismos, incluidos los patógenos, de forma que la salud de un
ecosistema condiciona la de cualquiera de los otros y viceversa.
“One Health” (una sola salud)
El uso extensivo de antibióticos, que produce una rápida
producción y propagación de resistencias, plantea altos riesgos para la salud
humana y la salud ambiental. Y son un peligro potencial por la influyente
capacidad que tiene en alterar tanto el microbioma humano, el
microbioma animal, como el microbioma ambiental y los reservorios
(como el medio hospitalario), estrecha e íntimamente relacionados e
interconectados.
Por todo ello y para elaborar la forma de combatir la
influencia de las bacterias resistentes en los distintos aspectos sobre los que
ejercen su influencia, se necesita una batería de medidas, entre las que
se incluyen:
- Técnicas
- Nuevas terapias: otras moléculas con
capacidad antimicrobiana; inhibidores de los mecanismos de resistencia; uso de
bacteriófagos (virus bacterianos, FAGOS), para combatir infecciones
bacterianas; la dieta (por su influencia en la microbiota intestinal) etc.
- Aspectos ligados a la producción animal
- Tratamiento de aguas
- ...
- Socioeconómicas
- Sistemas de vigilancia
- Regulación
- Intervención
- y medidas Políticas
Lo preocupante, en el momento actual, de las infecciones por
bacterias en la que aparecen resistencias, es que
- Requieren
tratamientos más prolongados
- La
toxicidad (por el tratamiento)
- Estancia
más prolongada en el hospital, que sigue siendo el reservorio principal
por la presencia de pacientes graves tratados con múltiples fármacos.
Las infecciones por bacterias resistentes o
multirresistentes son una de las mayores amenazas para la Salud Pública. Tanto
en costes de vidas como por el gasto económico derivado. Y aunque las
consecuencias se observan sobre todo en el entorno clínico (más dramático), el
problema de su diseminación tiene su origen en el medio ambiente, entendiendo
como tal: los entornos agrícolas, ganaderos y urbanos. Y esto plantea un reto
integral.
“Es difícil imaginar una era posterior a los antibióticos
en la que no podamos emplearlos. Pero la resistencia a estos medicamentos es
cada vez más habitual entre las bacterias patógenas y se está convirtiendo en uno
de los principales problemas de Salud Pública, amenazando en convertirse en
una pandemia incluso mayor que la covid”. “Una pandemia que ya se denomina pandemia
silenciosa”.
María
Piedad Sánchez Casado.
Licenciada en Medicina
“benaltertulias.blogspot.com”