domingo, 10 de enero de 2021

ELOGIO DE MANUEL AZAÑA

                                                  ELOGIO DE MANUEL AZAÑA

 

La inauguración, por el rey, en la Biblioteca Nacional en Madrid, el 17 de diciembre de 2020, de una muestra sobre Manuel Azaña Díaz, otrora presidente de la Segunda República Española, marca un hito en la reivindicación de la figura más importante de la historia de España en el siglo XX, oscurecida de forma intencionada por una larguísima dictadura y una desagradecida transición, así como en el reconocimiento de un régimen político con el que se identificó plenamente y que en sus manos elevó al país a las más altas cotas de democracia, libertad y progreso aún no superadas.

 

1.- EL CONTEXTO HISTÓRICO.

A comienzos del siglo XIX la historia de España se convulsiona fuertemente frente a la injerencia extranjera representada por la intromisión de la hegemonía napoleónica. La cohesión popular desencadena una guerra abierta a los franceses y elabora, en ausencia de su rey secuestrado,  una Constitución propia, la de 1812, que abole el poder absolutista de los monarcas. La vuelta del rey Fernando VII, supone una vuelta al absolutismo y una nueva reacción popular esta vez frente a su propio rey al que doblega en principio durante “el trienio liberal” y bajo el que se doblega en la sanguinaria y sangrienta  “década ominosa”.

Antes de morir el rey aprueba la “Pragmática Sanción” que permite gobernar a su hija Isabel II, menor de edad, anteponiéndola a los derechos de su hermano Carlos María Isidro que combate la decisión desencadenando la primera guerra carlista y haciendo necesaria la alianza de la reina, regente en este momento, con los constitucionalistas de 1812, hasta ahora duramente perseguidos, pero que de ahora en adelante ocuparán alternativamente el poder, un poder que concede la reina según es influida por los vientos populares, la presión de los pronunciamientos  militares de los espadones de turno, o los favores de la camarilla real.

A partir de la Constitución de 1837 que liquida de forma definitiva el absolutismo real, los gobiernos se suceden a través de las  derrocaciones  y restauraciones monárquicas, repartiendo el poder entre el rey y las cortes  basándose en un sistema electoral amañado. El rey designaba al jefe del gobierno y este controlaba las elecciones a su gusto, de forma que los plebiscitos confirmaban siempre al gobierno elegido que nunca los perdíó.

Este sistema de elecciones fraudulentas “facilitaba” siempre mayorías absolutas de los dos grandes partidos y no permitía a los pequeños de tipo regionalista o independentistas ninguna opción de participar en la política. De esta forma transcurrió plácidamente el reinado de Alfonso XIII que fue sumando al descontento popular  el de las nuevas formaciones cívicas como los sindicatos, hasta que un descontrol manifiesto que no podía acallarse con el nombramiento de un nuevo gobierno (hubo más de treinta durante su reinado), se controló con la dictadura de Primo de Rivera en 1923 y a continuación con la dictablanda del general Berenguer, y a la postre con el rechazo de la monarquía y la instauración de la II República.

 

2.-NACIMIENTO  Y FORMACIÓN

Manuel Azaña Díaz nace el 10 de enero de 1880 en la calle Imagen nº 3 de Alcalá de Henares (Madrid) siendo su padre Esteban Azaña Catarineau alcalde constitucional de su ayuntamiento.

Entró a formar parte de una familia acomodada, ilustrada y liberal en la que tanto su abuelo como su bisabuelo habían sido notarios  con fuertes raíces liberales, lo mismo que su padre fallecido cuando contaba once años dejándolo huérfano al cuidado de unas tías suyas dado que su madre había fallecido dos años antes.

Estudió en el Colegio Complutense y en el Instituto Cardenal Cisneros y a partir de los 13 años ingresó en el Real Colegio de Estudios Superiores de El Escorial regentado por los monjes agustinos en donde cursó cuatro años (1893-97) con aprovechamiento y buenas notas siendo recordado como un alumno excelente y religioso. Se licenció como alumno libre en Derecho en la Universidad de Zaragoza, doctorándose en Madrid con una tesis sobre “La responsabilidad de las multitudes”.

En 1900, con 20 años, Azaña se incorpora como pasante al bufete de Don Luis Díaz  Cobeña y comienza a escribir artículos en la revista “Gente vieja” bajo el amparo familiar de su tío Félix Díaz Gallo bajo el pseudónimo de Salvador Rodrigo. En 1902 lee su discurso de ingreso en la Academia de Jurisprudencia, con 22 años. En 1909 obtiene por oposición la plaza de letrado de la Dirección General de los Registros y del Notariado. Y en 1911 obtiene una beca de La Junta Para Ampliación de Estudios para estudiar en Paris y a su vuelta, en 1913 es elegido para secretario primero del Ateneo de Madrid, labor a la que se entrega con gran dedicación y eficacia administrativa hasta 1920. Vuelve a Francia en 1916 y en 1919 viajes que acrecentaron su formación y dejaron en él una profunda admiración y afecto por este país.

En 1918 se presenta por primera vez a unas elecciones como candidato del partido reformista por el distrito de Puente del Arzobispo de Toledo que pierde, y lo vuelve a intentar en 1923 y vuelve a perder.

 En 1920, Azaña funda la revista “La pluma” que rápidamente se sitúa en el centro de la vida literaria nacional, a la vez que colabora en varios periódicos nacionales, y en 1923 pasa a dirigir “España” una revista de contenido político que da acogida  a sus ideas liberales. En 1927 publica “El jardín de los frailes”, novela autobiográfica que refleja sus años en El Escorial y que muchos críticos han calificado como la mejor novela española del siglo XX. Obtiene, así mismo, el Premio Nacional de Literatura por su “Vida de Don Juan Valera”. Simultáneamente su capacidad oratoria se empieza a escuchar en el Ateneo de Madrid.

 

3.-LA SEGUNDA REPUBLICA

El 18 de junio de 1930, Azaña es elegido presidente del Ateneo de Madrid. Es un intelectual formado y posiblemente el único político del momento que tiene un proyecto de estado perfectamente articulado en su cerebro  en beneficio de su país. Preside el primer gobierno del bienio “azañista” consiguiendo una fórmula equilibrada de partidos republicanos y socialistas leales al régimen republicano, evitando a los enemigos de la república (monárquicos y católicos de derechas) que demostró una estabilidad asombrosa pues fue el que más duró durante la etapa republicana, consiguiendo avanzar  en la aprobación de las reformas necesarias: el estatuto de Cataluña, la reforma agraria, la reforma de la enseñanza, la reforma del ejército y el voto femenino.

Contra todos los mitos servidos por la propaganda, Azaña se demuestra como un gran legislador y como un experto gobernante, ambas facetas inseparables de su personalidad como literato e intelectual que destaca en el gobierno de intelectuales que formaron aquel parlamento.

Los discursos parlamentarios de Azaña son razonamientos profundos, didácticos y convincentes que publicaría posteriormente en 1934. También desde el primer momento comienza a llevar a cabo un diario en el que va anotando todas las incidencias por las que atraviesa. No existen contradicciones entre los discursos y sus diarios   lo que demuestra su honestidad y falta de doblez.

La caída de Azaña permite la entrada en el gobierno de los enemigos de la república que comienzan a deshacer la obra construida y a permitir la organización de los grupos  ultraderechistas como falange, (fundada en 29 de octubre de 1933) así como el descontento de los partidos de extrema izquierda que se insurreccionan dando lugar a la revolución de Octubre de 1934 que el gobierno reprimió con extrema dureza, aprovechando incluso la situación para encarcelar injustamente al propio Azaña como supuesto colaborador de un posible levantamiento en Cataluña.

Pese a todas las dificultades Azaña no se arredra y comienza a rehacerse para alcanzar de nuevo el gobierno. En 1935 publica “Mi rebelión en Barcelona” un libro del que se debieron hacer hasta 25.000 copias en pocas semanas. Pero como él decía “un buen discurso es una pieza única que no admite repetición ni copia y vale más a la reputación de un hombre que una docena de libros”, y permite el contacto directo con los seguidores, pues las elecciones se ganan con “razones y votos”.

El 26 de mayo de 1935 reunió en el campo de Mestalla en Valencia a 60.000 personas. Y el 14 de julio del mismo año, en el campo de Lasesarre en Baracaldo a más de cien mil. Y el 20 de octubre  siguiente, en el campo de Comillas en Madrid en un escenario preparado al efecto reunió a 400.000 personas que acudieron de todos los sitios de España para escucharlo. El país estaba con Azaña y le seguía.

Reorganizado en su estrategia política consigue ganar las elecciones de Febrero de 1936 para alcanzar a continuación la Presidencia de la República. Es el momento culminante del triunfo de Manuel Azaña y de su país. España tiene abierto ante sí el camino de las reformas que necesita para llegar a ser un país moderno, laico, libre y  democrático.

 

4.-UN FUTURO CEGADO

Los enemigos de la República no estimaron la oportunidad que esto significaba, y a las razones y votos de Azaña opusieron sus balas y sinrazones con las que se eliminó a miles de republicanos en un vil intento de exterminar a toda una clase política.

Azaña refractario a todo tipo de violencia se encuentra desbordado y superado como se muestra en su último discurso del 18 de Julio de 1938 en el que pide “Paz, Piedad y Perdón” para todos los españoles. Todavía en un postrer esfuerzo de lucidez intelectual escribe “La velada en Benicarló”, una crónica de la historia de la guerra,  en la que nos deja las bases de su pensamiento político, su concepto de la política como algo razonable y su idea del estado como motor del progreso, dejando sentadas para un futuro las bases morales de la gobernabilidad, afianzando su imagen de hombre de razón y de liberal insobornable que nunca perdió su amor a España y a la libertad.

Azaña cruzó la frontera francesa a pie el 5 de febrero de 1939, acompañado de familiares y algunos colaboradores próximos. El 27 de febrero Francia reconoce al nuevo gobierno de los vencedores y Azaña dimite como presidente de la República comenzando un  periplo por suelo francés perseguido por la Gestapo alemana y la policía franquista que ansiaba su secuestro para llevarlo a Madrid y presentarlo como responsable máximo de todo lo ocurrido.

Aislado y sin dinero recala en Montauban donde es acogido por un grupo de exiliados  españoles. El embajador de México, país que nunca abandonó a la república española, alquiló unas habitaciones en el Hotel du Midi como extensión de la embajada mejicana protegidas a salvo de agresiones y secuestros, en donde pasó los últimos cincuenta días de su vida, y en donde murió el 3 de Noviembre de 1940, a los 60 años de edad.

Varios cientos de personas acompañaron su féretro, cubierto por la bandera mejicana al prohibir expresamente el gobierno francés la exhibición de la bandera republicana, hasta el cementerio de Montauban, en donde hoy día las autoridades municipales tienen marcado el itinerario interior para llegar hasta su tumba y facilitar así la visita de los muchos republicanos españoles que acuden a rendirle su postrer homenaje y en donde aguardan desde hace 80 años el feliz momento de su repatriación.

 

Jesús Lobillo Ríos

Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena   

 

5.-BIBLIOGRAFIA

1.-Manuel Azaña: “En el poder y en la oposición” (dos tomos). Espasa Calpe. Madrid 1934.

2.-Manuel Azaña:  ”Mi rebelión en Barcelona”. Espasa Calpe. Madrid 1935.

3.-Manuel Azaña: “Discursos en campo abierto”. Espasa Calpe Madrid 1936.

4.-Juan Marichal: “La vocación de Manuel Azaña” Cuadernos para el diálogo. Madrid 1968.

5.-Manuel Azaña:  ”La velada en Benicarló (Diálogo de la guerra de España)”. Castalia 1974.

6.-Manuel Azaña: “El jardín de los frailes”. Alianza 1981.

7.-Manuel Azaña: “Diarios 1932-1933”. Crítica 1997.

8.-Joseph Pérez: “Historia de España”. Crítica 1999.

9.-Gerald Brenan: “El laberinto español”. Ruedo Ibérico 1977.

10.-Javier Tussel: “Las elecciones del frente popular”. Cuadernos. Madrid 1971.      

11.-Manuel Tuñón de Lara: “La II República (dos tomos). Siglo XXI. Madrid 1976.

12.-Miguel Artola: “La España de Fernando VII”. Espasa Calpe. Madrid 1999.

13.-Salvador de Madariaga: ”España”. Espasa Calpe. Madrid 1989.

14.-Paul Preston: “El holocausto español”. Debate. Barcelona 2011.