AÑO
DE INVESTIGACION RAMON Y CAJAL
La ciencia es cultura, pero es sobre
todo un camino hacia la modernización, el progreso y la Cultura (con mayúsculas),
que se alcanza siendo un gran científico. Todos los grandes científicos han
sentido la necesidad de compartir su cultura con sus coetáneos, pero no todos
han disfrutado de la posibilidad de llevarlo a cabo. Cajal reúne ambas
vertientes, no solo fue un gran estudioso, investigador y académico, reconocido
ampliamente y merecidamente celebrado, sino que pudo, además, complacerse
divulgando, como el gran sabio que era,
su capacidad de trabajo en beneficio de su país, lo que le convirtió en profeta
en su tierra, una faceta oscurecida para nosotros en su conocimiento y
valoración que el gobierno pone ahora de relieve declarando este año de 2022
como año de investigación Ramón y Cajal.
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934),recibió
el Premio Nobel de Medicina en 1906, en unión del italiano Camilo Golgi, es
decir, empleó los primeros cincuenta años de su vida en formarse a sí mismo, lo
que no tiene nada de baladí si entendemos que procedía de un ambiente rural en
el que su padre (Justo Ramón Casasús) había aprendido a leer a la edad de 16
años, siendo pastor, y a fuerza de voluntad se hizo médico rural, llegando a
ser profesor interino de Disección y Osteología en Zaragoza, un duro camino
inicial que Santiago se ahorraría opositando a la Sanidad Militar al
licenciarse en Medicina con 21 años y siendo destinado a Cuba de donde volvería
a los dos años para obtener plaza de Ayudante de Anatomía en Zaragoza amparado
en los buenos oficios de su progenitor.
Desde este momento, Cajal,
realiza un recorrido ascendente en la docencia universitaria que le lleva desde
la dirección del Museo Anatómico de Zaragoza, plaza que gana por oposición,
hasta la obtención de la Cátedra de Histología en Madrid. En el ínterin, se
suceden los fracasos a las cátedras de Zaragoza y Granada, y los éxitos de las
de Valencia y Barcelona, y por fin la de Madrid en la que sucede a su maestro
el Profesor Aurelio Maestre de San Juan, a la que accede en 1892 a los cuarenta
años de edad, pero simultáneamente, ha abundado y engrosado el trabajo que comenzó
adquiriendo a plazos su propio microscopio y microtomo, que le permitieron
llegar a demostrar, con la doble impregnación del método de tinción
cromoargéntico de Golgi, su teoría neuronal, por la que las células nerviosas
se unen por contigüidad pero no por continuidad. Todo ello lo presenta en
Berlín en 1898, lo que le hace ser conocido y famoso en todo el mundo
científico, permitiéndole conseguir, en su patria, un laboratorio bien equipado y el nombramiento
de director del “Instituto de
Sueroterapia, Vacunación y Bacteriología Alfonso XIII”, en 1900, y multitud de
distinciones honoríficas de todo el mundo.
Inicia en este tiempo su segundo
gran recorrido ascendente culturalmente, al
sentir la necesidad de sacar a su país del atraso en que lo ve sumido
porque “se ha dormido en el sueño de la ignorancia cultivando la religión y el
arte que son actividades preferentes de pueblos primitivos”. Se involucra
activamente en la marcha cultural del país. Su estrella se elevará aún más al ser
reconocido con el Premio Nobel de Medicina en 1906 y aunque no consintió nunca
en aceptar el Ministerio de Instrucción Pública, sí que se comprometió en la
dirección del Instituto Nacional de Higiene, ya mencionado y al que trajo a
trabajar a personalidades tan eminentes con Gustavo Pittaluga, y en la presidencia
de la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE),
fundada en 1907 siguiendo el marco de la Institución Libre de Enseñanza, cargo
que ostentó hasta su muerte en 1934, y cuyos presupuestos defendió como una
necesidad nacional ineludible desde su
puesto de senador vitalicio para el que había sido designado.
La JAE fue liderada en todo momento por un pequeño
grupo de intelectuales que, presididos por Ramón Y Cajal, agrupó a su
secretario el pedagogo José Castillejo, al entomólogo Cándido Bolívar, al
físico Blas Cabrera y al neurólogo Luis Simarro. A través de un activo programa
de intercambios de profesores y alumnos becados o pensionados permitió la
transmisión de ideas y proyectos con los centros más capacitados del mundo, tanto
europeos como americanos, y no se limitó a ser perfeccionista de cuadros
dirigentes, porque, así mismo, creó un entramado de centros y laboratorios en
los que las experiencias adquiridas se desarrollaron, como fueron el Instituto
Nacional de Ciencias Físico-Naturales, el Centro de Estudios Históricos, el
Museo de Ciencias Naturales, el Museo Antropológico, el Real Jardín Botánico,
la Estación Biológica de Santander, la Estación Alpina de Biología de
Guadarrama, la Misión Biológica de Galicia, la Comisión de Investigaciones
Paleontológicas y Prehistóricas, el Instituto-Escuela y la Residencia de
Estudiantes, entre otros.
Los mejores intelectuales y
científicos del momento trabajaron y se desarrollaron gracias a su labor, como
fueron Rafael Altamira, Odón de Buen, Américo Castro, Miguel Catalán, Duran
Reynals, Cruz Gallástegui, María de
Maestu, Enrique Moles, Tomás Navarro Tomás, Juan Negrin, Severo Ochoa, Pio del
Rio Hortega, Julio Rey Pastor, etc., etc.
Ramón y Cajal convirtió, sin duda
alguna, a la JAE en el organismo que más impulsó el desarrollo de la cultura española,
contribuyendo a la tan ansiada modernización del país, que puso a España en la
cima de la vida intelectual y científica, en una auténtica edad de plata de
nuestra cultura que será conocida para siempre como la era Cajal, el gran logro
de los últimos treinta años de su vida, los mejores y más provechosos de la existencia
del genio.
Nada pervive de la ingente obra
que desarrolló Cajal, que fue desarbolada y arrasada por completo por la
dictadura, que calificó sus acciones como un
apostolado del diablo y sus ideas como altamente perniciosas. Lo que nos
queda es el recuerdo de su trabajo y de su tesón, su legado a través del
cual deberemos continuar nuestra vida
científica y nuestra modernización cultural, siguiendo las huellas del más
eminente de los científicos que hemos tenido.
Jesús Lobillo Ríos
Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”