sábado, 30 de octubre de 2021

NOTICIAS DEL ATENEO



El pasado lunes 25 de Octubre a las 19 horas, el Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena impartió una conferencia en el Rectorado de la Universidad de Málaga invitado por la Asociación de Profesores Jubilados de dicha Universidad (ASPROJUMA) con un aforo de 40 asistentes.

jueves, 28 de octubre de 2021

                                               TERTULIA DEL 27 DE OCTUBRE DE 2021

"LA DIFICULTAD PARA LLEGAR A LA ELITE MUNDIAL DE LOS DEPORTES DE FONDO"

                                                               "EL CASO TRIATLON"



EMILIO FERNANDEZ RODRIGUEZ en un momento de su exposición que reunió un aforo de 20 asistentes.

 

domingo, 24 de octubre de 2021

DIRIGIR CON UN SOLO OJO

DIRIGIR CON UN SOLO OJO

Rosa M. Ballesteros García

rosaballesterosgarcia@gmail.com

 

La tecnología 3D es utilizada en medios audiovisuales, como el cine. Depende de dos imágenes, una para cada ojo, y ambas se combinan en el cerebro de quien las ve, produciéndose entonces una capa extra de profundidad. Es decir que si sólo se tiene un ojo, teóricamente es muy difícil dedicarse al oficio de director de cine[1]. Sin embargo, tenemos pruebas de que varios profesionales de la industria cinematográfica hicieron magníficas películas a pesar de este hándicap. Todos ellos eran tuertos. Todos trabajaron en producciones de Hollywood, si bien dos de ellos: Fritz Lang (1890-1976) y André de Thot (1912-1979) se iniciaron en sus países de origen antes de exiliarse a los Estados Unidos ―el primero en Alemania; el segundo en Hungría― empujados por el auge del nazismo. Los restantes: Raoul Walsh (1887-1980), John Ford (1894-1973), Nicholas Ray (1911-1979) y Sam Fuller (1912-1997) nacieron en USA (como primera generación). En total son seis los profesionales que presentamos, todos ellos elementos clave para la historia del cine en general, y para el norteamericano en particular.

Iniciamos la serie con el más veterano, Raoul Walsh, quien perdió su ojo (concretamente el derecho) en un “accidente laboral”, es decir, durante uno de sus rodajes mientras localizaba exteriores.  En su currículo encontramos unas ciento cincuenta películas como director, destacándose en géneros como el western[2] y el cine de aventuras; varias decenas como actor y otras tantas como productor y escritor[3]. Hijo de emigrantes irlandeses, con antepasados españoles ―su padre y tres hermanos se habían fugado previamente de la cárcel, presos por sus actividades subversivas contra el gobierno inglés― el futuro director, cuyo verdadero nombre era Edward Walsh, nació en Nueva York. Desde su más tierna infancia fue amigo de aventuras y, sin esperar a finalizar la escuela se embarcó para Cuba y desde allí viajó a México, donde trabajó como domador de caballos. Sin embargo, sus inicios en el cine fueron a través de uno de sus hermanos, ya iniciado en este negocio, y su primer papel fue el de un mafioso en The Detective's Stratagem, producción muda de 1913. Tras varios papeles secundarios el legendario David W. Griffith le contrató como ayudante de dirección para la épica El nacimiento de una nación (1915) dándole la ocasión de repetir, de nuevo al margen de la Ley, como asesino del presidente Abraham Lincoln. Se casó tres veces, la primera con una famosa actriz del mudo, Miriam Cooper (1891-1976). Su primera película sonora como director fue El mundo al revés (1929) y uno de sus mayores éxitos: Murieron con las botas puestas (1941). Durante la II Guerra Mundial, rodó películas de guerra muy populares. Dirigió a grandes actores y actrices como Gregory Peck, Gary Cooper, Clark Gable, John Wayne (quien le debe su nombre artístico), entre otros. Su amor por la profesión la mantuvo hasta el final. Contaba el famoso escritor Norman Mailer que para dirigir la película basada en su novela Los desnudos y los muertos (1958) sacaron a Walsh de la cama enfermo, prácticamente desahuciado. Fue también uno de los 36 profesionales de la pantalla que en 1927 fundaron la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood. Su último trabajo, ya septuagenario fue, cómo no, un Western: Una trompeta lejana (1964). Dejó una biografía: Cada hombre en su tiempo y dirigió a la mítica actriz Theda Bara en una primera versión de Carmen (1915).

Otro clásico es John Ford (¿hay alguien que no haya visto La diligencia?). Irlandés de origen como Walsh, introducido, como Wals en la industria del cine por uno de sus hermanos había nacido en el Estado de Maine, su nombre era Jonh Martin Feeney y utilizó varios nombres artísticos[4]. Comenzó trabajando en oficios varios: regidor, doble de acción, asistente, entre otros, hasta debutar como actor extra coincidiendo con Walsh y Miriam Cooper en El nacimiento de una nación. No sería esta la única coincidencia con Walsh. Su primera película como director fue The Tornado (1917), un Western mudo en la que también figura como guionista, con su hermano Francis como protagonista. Ford, como su colega Walsh, formó parte de los servicios cinematográficos de la Armada realizando documentales. Incluso fue herido en batalla. Firme antinazi[5], en 1937 se alistó en el Comité cinematográfico de Ayuda a la República Española para ayudar a los republicanos combatientes en la Guerra Civil Española (1936-1939). Se encargó personalmente de enviar una ambulancia con las Brigadas Internacionales. Coincide también con su colega en haber mantenido amistad con indios americanos. Dos no-coincidencias con su colega Walsh: su discapacidad visual fue el resultado de una operación de cataratas mal curada y que siendo el director que más Oscar acumula, ninguno de ellos es un Western[6].

Siguiendo el criterio cronológico continuamos con el actor y director Fritz Lang. Nacido en la antigua Austro-Hungría y nacionalidad alemana, como Friedrich Christian Anton Lang, las películas de su primera época en el cine alemán mudo contribuyeron al expresionismo cinematográfico. Dirigió películas mudas, hoy ya clásicas como Metrópolis (1927) o M. el vampiro de Düsseldorf (1931). A mediados de los años 30 se exilió en Hollywood, donde desarrolló una intensa carrera, especialmente con títulos del llamado género negro. Como sus anteriores colegas ya citados sirvió en el ejército durante la llamada Gran Guerra de 1914, donde fue herido en 1916, año en el que durante su convalecencia comenzó a escribir guiones de cine. Al contrario de los dos anteriores, fue a la universidad y estudió arquitectura y bellas artes. Convertido en una estrella en Alemania, en 1932 recibió la propuesta de Joseph Goebbels de hacerse cargo de la dirección de los estudios de cine más importantes de Alemania (UFA), una oferta como la recibida por el también director alemán Kaspar Granhofer. En ambos casos fue rechazada por el mismo motivo: ambos eran judíos y antinazis[7]. En ambos casos, la respuesta del poderoso Goebbels fue la misma: “Nosotros decidimos quién es ario y quién no”. En ambos casos pusieron tierra por medio, Lang huyó a Francia, donde hizo algunas películas, dejando a su segunda esposa en Alemania, la también actriz y escritora Thea con Harbou, declarada pro-nazi. Poco después dio el salto a Hollywood, donde dirigió varias decenas de películas hasta que la mano negra del Comité sobre Actividades Antiamericanas le empujó a viajar de nuevo a Europa, donde dirigió películas como El tigre de Esnapur (1958), La tumba india (1959) o Los crímenes del Dr. Mabuse (1960), su última película. Como su colega Walsh, perdió su ojo derecho en un accidente laboral mientras rodaba en 1922 El doctor Mabuse.

Nicholas Ray, otro gran cineasta, nació en Wisconsin y fue el menor de cuatro hermanos. Se llamaba Raymond N. Kienzie y su madre trabajaba en el mundo del espectáculo. También estudió arquitectura, como Lang, en la Universidad de Chicago hasta 1932 que se trasladó a Nueva York y cambió su nombre por el de Nicholas Ray. Durante la Gran Depresión de 1929 Ray estuvo trabajando en el Federal Theatre Project (que formaba parte de la Works Progress Administration puesta en marcha por Roosevelt). Se unió al folclorista Alan Lomax, viajando con él a través de la América rural, recogiendo música del folklore tradicional y conociendo a prestigiosos intérpretes como Pete Seeger[8].​ Esta música estaría presente en muchas de sus películas. Se unió después a un grupo de teatro donde conoce al famoso director Elia Kazan, quien le contrata como ayudante para la primera película de aquel en Hollywood: Lazos humanos (1945). La primera película como director de Ray fue Los amantes de la noche (1948) y al año siguiente dirigió a quien sería su mujer: Gloria Grahame en El secreto de una mujer. A lo largo de su carrera dirigió actores de la talla de Bogart, Wayne, Heson, Niven, O´Toole o Anthony Quinn y actrices como Ava Gardner o Joan Crawford, por citar algunos nombres. Sin embargo, ninguna de estas celebridades hizo huella en él como el malogrado James Dean, a quien dirigió en Rebelde sin causa, y con quien le unían varios lazos; por ejemplo:  ambos habían tenido una infancia desgraciada y eran dos adultos introvertidos. La prematura muerte en accidente de Dean, una semana antes del estreno, marcó para siempre a su director. Dirigiendo en 1963 en España 55 días en Pekín sufrió un infarto y ello fue el fin de su carrera, y un camino sin retorno entre el alcoholismo y la ludopatía. Se casó en cuatro ocasiones. Dos de sus esposas fueron actrices; Gloria Grahame y Betty Utey. Su última mujer, Susan Ray escribió un ensayo con el título de La autobiografía de Nicholas Ray y el escritor de cine Diego Galán publicó un jugoso artículo en la revista Triunfo en 1979 titulado: “Muere Nicholas Ray, el tuerto rebelde”, donde lo califica de “extraño contradictorio y sugestivo (…) a quien la censura franquista había vetado en varias ocasiones”[9]. Por citar un par de títulos: Bigger than life (Más poderoso que la vida), estrenada en 1956 y nominada al león de oro y We cant´go home again (Nunca volveremos a casa) en 1973. Lo cierto es que Nicholas no era tuerto, pero fingía serlo y se colocaba un parche en el ojo derecho si bien a veces, tras una de sus resacas, se lo colocaba en el izquierdo.

Se le conoce por su nombre artístico André de Toth, pero su nombre real era Sasvári Farkasfalvi Tóthfalusi Antal Mihály Tóth Endre. Nació en Hungría y estudió Derecho en su país. André de Toth, a quien debemos piezas tan significativas de su buen saber hacer como Los crímenes del museo de cera (1953), El rifle Springfield o Pacto de honor. Sin embargo, como alguno de los colegas ya citados, se inició como escritor de teatro, y de ahí al mundo del cine, trabajando como escritor, asistente de dirección, actor y finalmente director: Toprini Nász, Öt ora, ambas de 1939. En Europa dirigió algunas películas, pero la Segunda Guerra Mundial interrumpió su carrera. Huyendo del conflicto huyó a Inglaterra, donde trabajó como asistente de su compatriota Alexander Korda. En 1942 se trasladó a Estados Unidos. Trabajó en películas de género, como el western (Carson City, 1952), cine de acción (Mercenarios sin gloria, 1968), espionaje (Pendiente de un hilo, 1960), policiaco (Hidden Fear, 1957) o terror, como Los crímenes del museo de cera. Otros títulos de algunas de sus películas americanas: Aguas turbias, Semilla de odio (1944), Furia del trópico (1949). Toth se casó en siete ocasiones (y tuvo 19 hijos). Su esposa más famosa fue la estrella de los años cuarenta Verónica Lake. Comprometido antinazi dirigió None Shall Scape en 1944. Toth dirigió en 1947 un western: La mujer de fuego, a propuesta de John Ford, cuya protagonista femenina era Veronica Lake, quien sería su mujer. Una de sus últimas películas es Mercenarios sin gloria (1968), un canto pacifista que puede resumirse en una de sus frases: “La guerra es un negocio delictivo. La peleo con delincuentes”.

Finalizamos esta nómina de 6 con el director Sam Fuller, nacido en Massachusetts, e hijo de inmigrantes judíos; sus padres fueron Benjamin Rabinovitch (ruso) y Rebecca Baum (polaca). Su carrera profesional la inició como reportero para el New York Graphic y después como escritor de novelas y guiones. Como varios de sus compañeros participó en la Segunda Guerra Mundial, participando en varios países: África, Sicilia, Normandía, Bélgica y Checoslovaquia, siendo varias veces condecorado. Su experiencia militar le sirvió para algunos de sus películas, especialmente en Uno Rojo, división de choque (1980) o Casco de acero (1951). Su debut como director fueron dos westerns: I Shot Jesse James seguido por Baron of Arizona (1950). En 1982 dirigió una película antirracista: White Dog que no pudo ser vista hasta 1991. En 1983 Fuller se mudó a Francia, donde rodó Les voleurs de la nuit (1984) y Street of No Return (1989). Su último trabajo fue, La madonne et le dragon (1990). También trabajo en varias producciones como actor. Su última aparición fue en1997: The End of Violence, del mencionado Wim Wenders. Estuvo casado en dos ocasiones, una de ellas la actriz y escritora Christa Lang. Su hija, Samantha Fuller, es también actriz, escritora y directora de cine, como también la hija de esta y nieta, Samira Fuller. En 1957 fue guionista y director de la película Yuma, protagonizada por Sara Montiel.

                     EL ATENEO LIBRE DE BENALMADENA

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[1] Eso parecía, aunque según nuevas investigaciones se podría ver simplemente a través de un agujero pequeño.

[2] Rodando en 1928 uno de ellos titulado En el viejo Arizona perdió el ojo,

[3] Rodadas durante la época muda y posteriormente en el cine hablado.

[4] Pappy, Coach, Uncle Jack, The Admiral, The Liberal Democrat at Republic Jack.

[5] En 1938 defendió el bloqueo a la Alemania nazi y es nombrado miembro de la Liga Hollywoodiense Antinazi. Cuando EE.UU. entró en la guerra capitaneó un grupo de cineastas que pidieron a Franklin Roosevelt el boicot a la Alemania nazi y fundó un grupo de gente de Hollywood al servicio de la Armada Americana, llamado Naval Field Photographic Unit.  

[6] Sus títulos: El delator (1935), Las uvas de la ira (1940), ¡Qué verde era mi valle! (1941) y El hombre tranquilo (1952).

[7] En el caso de Lang, aunque el padre era católico, la madre era judía (aunque convertida), lo que le convertía a él en judío, porque el judaísmo se hereda por vía materna.

[8]Toda su obra se basa en compromiso social y de defensa de los derechos humanos, lo que le valió una persecución política (estuvo en prisión 1 año) por parte del Comité de Asuntos Antiamericanos en 1951.

[9] Residió dos años en España. Llegó a final de 1959 y se marchó en 1962. Aquí rodó Rey de reyes y 55 días en Pekín.