domingo, 25 de octubre de 2020

MIGUEL DELIBES

                                                            MIGUEL  DELIBES

El 17 de Octubre de 1920 nació el escritor Miguel Delibes Setién en Valladolid, ciudad en la que, asimismo, murió el 12 de Marzo de 2010 a los 89 años de edad. Se cumple por tanto en este Octubre de 2020 el centenario de su nacimiento y representa  una ocasión propicia para no olvidar a este escritor personalísimo, hombre de carácter fuerte, serio e inaccesible pero de trato cordial y sencillo que nunca se valoró a sí mismo, y que definió la novela como la triple conjunción de un hombre, un paisaje y una pasión.

Su educación y primeros pasos tienen lugar en un ambiente ilustrado en una familia en la que era el tercero de ocho hermanos. Su padre, Adolfo Delibes era Catedrático de Derecho de la Escuela de Comercio de Valladolid, institución fundada en 1887 como Escuela Elemental de Comercio y evolucionada a Escuela Superior de Comercio (1902), a Escuela Universitaria de Estudios Empresariales (1972) y a Facultad de Comercio en la actualidad. Su abuelo materno Miguel María de Setién fue un destacado abogado y político carlista.

Cursó el bachillerato en el Colegio de Lourdes (carmelitas) terminándolo en 1936 y enrolándose en la marina sublevada durante la guerra civil sirviendo en el crucero Canarias. Terminada la contienda vuelve a Valladolid ingresando en la Escuela de Comercio, pasando al terminar el ciclo de estudios a la Facultad de Derecho y simultáneamente a la Escuela de Artes y Oficios local, lo que le valió que le contrataran como caricaturista en “El Norte de Castilla” en el que además escribía las crónicas cinematográficas. En 1943, a los 23 años, obtiene la cátedra de Derecho Mercantil y comienza a dar clases en la Escuela Superior de Comercio. En 1946 se casa con Ángeles de Castro,  y comienza su carrera literaria.

En 1947 publica “La sombra del ciprés es alargada” (una reflexión sobre el pesimismo  que acompaña al autor que se confiesa melancólico y triste) que fue Premio Nadal, en 1949. En 1950 publica  “Aún es de día” en donde describe una historia realista de personas defraudadas por la pobreza y la falta de ilusiones, un espejo de la España del momento que le crea problemas con la censura, problemas que aumentaron cuando en sus clases enjuicia el triunfo de los llamados “nacionales” al que él mismo había contribuido. En 1950 publica “El camino” en el que narra el descubrimiento por un niño, que vive en un pueblo triste y sin futuro, de la vida en el momento de tener que marcharse a estudiar fuera.

En 1952 lo nombran subdirector del periódico y sus desencuentros con la censura aumentan. En 1953 publica “Mi idolatrado hijo SisÍ”, (una sátira moral contra el egoísmo, la soberbia y el clasismo) en 1954 “La partida”, en 1955 “Diario de un cazador”, maravillosa exaltación del mundo rural con sus aflicciones sociopolíticas del momento, (Premio Nacional de Narrativa), en 1956 “Un periodista descubre América”, en 1957 “Siestas con viento sur” (Premio Fastenrhat), en 1958 “Diario de un emigrante” otra crítica social profunda de su momento histórico (en este mismo año fue nombrado director del periódico), y en 1959 “La hoja roja” donde un funcionario rememora su vida al borde de la jubilación.

A partir de 1960 comienza su apogeo literario, marcado por su viaje a Alemania donde visita varias universidades y sigue publicando (“Historias de Castilla La Vieja”, “Por esos mundos” y “Las ratas” una descarnada crítica de las condiciones de vida de su tierra, que fue Premio Nacional de la Crítica).

Sus divergencias con el ministro Manuel Fraga provocan su dimisión de la dirección del periódico y se marcha 6 meses a Estados Unidos como profesor invitado en la Universidad de Maryland. A su vuelta publica “Cinco horas con Mario”, “USA y yo”, “Parábola de un náufrago” y “Un año de mi vida”.

En 1973 es elegido miembro de la Real Academia Española y de la Hispanic Society of América. En 1974 fallece su mujer, con la que había tenido siete hijos, 18 nietos y dos bisnietos, hecho insuperable que marca profundamente su vida. Sigue publicando “Las guerras de nuestros antepasados” y “El disputado voto del señor Cayo” (donde señala de manera magistral la diferencia entre la política y el pueblo).

A partir de 1980 llegan los homenajes y reconocimientos. Publica “Los santos Inocentes” (extraordinaria denuncia de la relación humana entre opresores y oprimidos) y recibe el homenaje del “VII Congreso Internacional de Libreros”, al año siguiente recibe el “Premio Príncipe de Asturias de las Letras”, en 1983 “Doctor Honoris Causa” por la Universidad de Valladolid, en 1984 “Premio de las Letras de la Junta de Castilla y León” y “Libro de Oro” de los libreros españoles. En 1986 “Caballero de las Artes y las Letras” de la República Francesa, “Hijo Predilecto de Valladolid”, “Doctor Honoris Causa por la UCM”, y en 1990 por la Universidad del Sarre (Alemania), en 1991 “Premio Nacional de las Letras Españolas”, Homenaje de la Universidad de Málaga en el “V Congreso de la Literatura Española Contemporánea” y en 1991 se celebra el “Encuentro con Miguel Delibes” en Madrid en el que se estudió su obra a través de siete conferencias y cuatro mesas redondas.

En 1998, con 79 años, publica su última gran novela “El hereje” un homenaje a Valladolid que fue Premio Nacional de Narrativa. Se crea la “Cátedra Miguel Delibes” con sede en las universidades de Valladolid y Nueva York para difundir la literatura española. En 2007 recibe el “Premio Quijote” de las Letras Españolas, y se crea “El Centro Cultural Miguel Delibes”.

En 2010 a los 89 años de edad falleció en su domicilio de Valladolid como consecuencia de un cáncer de colon diagnosticado 12  años antes. Incinerado y sepultado en el Panteón de Hombres Ilustres de Valladolid a donde se trasladaron así mismo las cenizas de su esposa. El  Ayuntamiento crea la “Biblioteca Miguel Delibes” y a final de ese mismo año se constituye la “Fundación Miguel Delibes” de cuyo legado forman parte los libros del escritor, unos 10.000 volúmenes reunidos a lo largo de su vida.

La obra de Delibes, se contextualiza en la postguerra y por tanto en plena dictadura, y supone la toma de posición de un auténtico cronista en la sombra que a través de un costumbrismo realista, superior a todo lo publicado en ese momento, fustiga y critica con dureza las difíciles circunstancias que se vivían tras la guerra civil, pobreza, miseria, miedo, desesperación, etc. evidenciando un compromiso ético con los valores humanos que él circunscribe a la España rural y específicamente a la castellana sin perder nunca de vista el trasfondo social.

Sus personajes son realistas, sencillos y naturales, que pueden identificarse con él mismo, cumpliendo el axioma de que el estilo es el hombre, en su propio apego al terruño y a las tradiciones, en cuyas raíces asienta una cultura milenaria basada en un individualismo esencial como valor humanístico frente a la masificación y deshumanización de la vida moderna de las grandes ciudades. Nos anticipa cuestiones como la España despoblada, el ecologismo o el progresismo aunque su marchamo es de narrador, costumbrista, antes que de pensador.

Su narrativa es escueta, simple, directa y sencilla. En él lo importante es tener algo que contar, algo que denunciar y luego resolver la forma en que hay que contarlo para que llegue al lector que es la labor más difícil del novelista, lo demás depende de la personalidad, la formación y los recursos del escritor. Todas sus obras tienen un calado social profundo, a veces casi oculto por su empática forma de escribir, que permiten valorar  una capacidad y valía insuperables.

Es sin lugar a dudas uno de los escritores más importantes de nuestro siglo XX y uno de los principales referentes de la literatura en lengua española.

 

Jesús Lobillo Ríos

Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena