MARÍA
LUISA ELÍO BERNAL Y ALICIA RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ:
DOS
PROFETAS LEJOS DE SU TIERRA
En el presente
artículo nos proponemos dar a conocer la vida de dos mujeres, dos artistas
españolas que tienen muchas cosas en común, prácticamente desconocidas en
nuestro país por varias razones: en primer lugar, las dos eran muy jóvenes,
María Luisa, pamplonesa, era una adolescente de 11 años y la malagueña Alicia
apenas había cumplido los 4 cuando ambas se vieron arrastradas al exilio que,
como consecuencia, trajo consigo los horrores de nuestra Guerra (In) Civil. En
segundo lugar, ambas se formaron y se educaron en un país de acogida, como fue
México, país que adoptaron como suyo y en el que llegaron a ser reconocidas
como artistas e intelectuales: a María Luisa, el Nobel Gabriel García Márquez
le dedicó su obra maestra Cien años de
soledad; Alicia, activista social, Presidenta del Comité Internacional de “Bandera
de la Paz”, fue nominada candidata al Premio Nobel de la Paz en 1997.
1.
María Luisa Elío (1926-2009): La mujer a quien García Márquez dedicó Cien años de soledad.
María Luisa Elío
Bernal fue una pamplonesa que siendo aún adolescente tuvo que exiliarse con su
familia a México al finalizar la Guerra (In) Civil en 1939. Su padre, un
terrateniente católico y republicano, había repartido sus tierras entre sus
jornaleros: lo que se dice una mala persona (perdonen el sarcasmo). No
obstante, el 19 de julio, es decir al día siguiente del golpe, fue detenido y
encarcelado. Hasta tres veces anunciaron su muerte a la familia, si bien logró
escapar y vivir escondido hasta que pudo huir y reunirse con la familia en
Francia. Su vida, así como la de su mujer, Carmen Bernal, merecen sendos
artículos dedicados, pero en este caso vamos a concentrarnos en la menor de sus
hijas, María Luisa.
Después
de que el padre fuera detenido María Luisa, con su madre y sus dos hermanas
trataron de pasar a Valencia, a casa de unos familiares, dando un rodeo por
Francia. No tuvieron suerte, fueron detenidas en la frontera y tuvieron que
pasar unos meses en Elizondo. Por fin pudieron llegar a Valencia, pero por poco
tiempo, ya que la retirada del gobierno republicano las obligó a un nuevo
traslado: Barcelona, hasta que en enero de 1939 la ciudad fue tomada por el
ejército franquista. Como tantos cientos de miles de españoles y españolas, pasaron
a pie por el puerto de Le Perthus en dirección a París, donde se reunió la
familia con el padre, que había estado en un campo de concentración nazi. En
febrero de 1940 zarparon a bordo de un barco rumbo a México. Allí asistió a la
Escuela Juan Ruiz de Alarcón y a la Academia Hispano Mexicana para estudiar
bachillerato. Ambas instituciones estuvieron financiadas, fundamentalmente, con
recursos mexicanos y ayudas de los republicanos españoles que seguía el método de
la Institución Libre de Enseñanza, proyecto pedagógico inspirado en el Krausismo.
Una
vez instalada la familia, María Luisa empezó a estudiar teatro con el director
japonés Seki Sano (“padre del teatro de México”), que había llegado como refugiado
de la Segunda Guerra Mundial y luego entraría a formar parte del grupo “Poesía
en voz alta”, un movimiento teatral vanguardista, donde se dieron cita los
escritores jóvenes más importantes del país como Carlos Fuentes, Juan García
Ponte o Antonio Alatorre y también españoles como el poeta zamorano León Felipe
o el cántabro José de la Colina, escritor y director de cine, así como
escritoras como la dramaturga mexicana Elena Garro o Leonora Carrington, una
pintora antifascista británica, amiga de Picasso y Dalí.
María
Luisa, mujer polifacética, actuó en diversas obras de teatro como La hija de Rappaccini, de Octavio Paz
(Premios Nobel y Cervantes) y fue también escritora, especialmente de
reportajes en diversas revistas, aunque publicó también un par de obras del
género memorialista: Tiempo
de llorar y Cuaderno de
apuntes en carne viva, publicadas en México (años después también en España
en 2001). Escribió cuentos y realizó lecturas en el Ateneo Español de México,
una institución fundada por los exiliados españoles, lugar de reunión de la
intelectualidad española en aquel país. También trabajó en el cine mexicano como
actriz de cine y escritora de guiones junto a su marido, el también escritor y
cineasta Jomí García Ascot. Entre los dos dieron luz al film En el balcón vacío, la única película
que el exilio español republicano realizó sobre sí mismo, financiado por amigos
que llegaron a subastar dos cuadros de pintores famosos. Otras películas en las
que intervino: No matarás, Internado para señoritas, La guerra de los pasteles, El Jagüey de las ruinas o un documental
sobre la pintora exiliada Remedios Varo.
María
Luisa volvió en 1970, dos años después de divorciarse, a la ciudad que la vio
nacer, pero la experiencia resultaría tan frustrante que inspiraría su primer
libro de memorias. Siguió viviendo en México, participando activamente en la
vida cultural acompañada de amigos y compañeros de exilio y generación como
Ramón Xirau, Emilio García Riera o José de la Colina.
2.
Alicia Rodríguez: del exilio, a candidata al Nobel de la Paz
Alicia
Rodríguez Fernández nació en 1935 en Málaga. Su padre, el
cordobés Marcial Rodríguez, era profesor de música. De ideas progresistas, fue
durante su juventud presidente de la Federación Universitaria de Estudiantes.
Militante de Izquierda Republicana, llegó a ser gobernador interino de Málaga.
La madre se llamaba Gloria Fernández y tenía un hermano y dos hermanas que
también actuaron en cine. Con apenas cuatro años la familia emigró a Francia y
luego a México a consecuencia de la Guerra Civil Española.
Alicia comenzó su vida de actriz cuando
a los cinco años ganó un concurso infantil para interpretar a la perrita Pipa
en la obra teatral «Pinocho y Pipa en el país de los cuentos», personaje que
poco después llevó al cine en la primera película en color del cine mexicano: Cucuruchito y Pinocho, con guion de la
escritora exiliada Magda Donato y con varios actores españoles exiliados, como
Francisco Jambrina, Alfredo Corcuera, Enrique García, Amparo Villegas o Maruja
Grifell. Continuó su carrera en el cine con películas como El secreto de la solterona, por la que ganó un Ariel a la mejor
actuación infantil. En la década de los cuarenta intervino en otras películas
como: Más allá del amor, Sinfonía de una
vida, Mamá Inés, Una sombra en mi destino, Caminos de sangre, El jagüey de las
ruinas o Entre hermanos, todas
ellas entre un total de más de cincuenta. En los años 50 debutó en televisión,
donde tuvo una larga carrera, y también en radio y teatro, donde actuó con
varios actores españoles allí exiliados, como Magda Donato o Manolo Fábregas.
De
1952 a 1970 fue la Primera Dama Joven de los Teleteatros del actor y director
español exiliado Ángel Garasa, a quien consideraba su maestro. También ha grabado varios discos de
canciones y poemas, además de tener un doctorado en letras de la Universidad Autónoma
de México, donde ganó el título Magister Honoris Causa. Alicia es la Presidenta
Mundial del Comité Internacional de la Bandera de la Paz, organismo no
gubernamental de las Naciones Unidas. Por su labor en pro de la Cultura de la
Paz, fue la primera mujer mexicana y española, posee ambas nacionalidades,
nominada al Premio Nobel de la Paz de 1997. Ha escrito tres libros: Encuentra tu misión, Una niña hacia el destierro, en el que
relata un apasionante episodio de su niñez sucedido durante la Guerra Civil
Española y Transfórmate en Bandera de la
Paz.
Rosa María
Ballesteros García
Vicepresidenta del Ateneo
Libre de Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”
“ateneolibredebenalmadena.com”