Errol Flynn (1909-1959)
(Cuando
la realidad supera la ficción)
Su nombre era Errol Leslie Thomson Flynn
y había nacido en la isla de Tasmania (Australia). Fue un actor de la edad de
oro del cine de Hollywood, famosísimo mundialmente por sus papeles de galán y
aventurero en la gran pantalla[1]. El
director Irving Rapper (1898-1999) dijo de él: «Tuvo el mundo entero en la
palma de sus manos y no supo aprovecharlo».
Errol era hijo del
oceanógrafo y biólogo irlandés Theodore Thomson Flynn (1883-1968). De la madre
se tienen apenas un par de datos: que se llamaba Lily Mary Young y que se casó
con Theodore en 1909. De la información que nos llega a través de la autobiografía
de Errol, Memorias de un vividor publicada en español en 2009, sabemos
que desde niño manifestó un carácter rebelde y poco convencional. En uno de los
pasajes del libro llega a decir que a los siete años su madre le llamaba
«demonio en pantalón corto››, y que el recuerdo principal que guardaba de su
infancia era «el de unas nalgas martirizadas». Para mayor escarnio, fue
expulsado de varios colegios hasta que finalmente marchó para Inglaterra donde,
gracias a la influencia y el prestigio del padre, pudo matricularse en los más
importantes colegios de Londres y París, por lo que pudo disfrutar de una
educación exquisita.
Si bien fue un mal
estudiante, destacó en varios deportes, algo que le vino de perlas cuando
comenzó su carrera en el cine. Sobre esta cuestión se recuerda una anécdota que
viene a demostrar su desparpajo. Durante el rodaje de la película The
perfect specimen, rodada en 1937, participaba en una escena de boxeo,
tan convincente, que dejó pasmado al equipo de rodaje, así que nadie dudó de
sus palabras cuando afirmó que había representado a su país en los JJOO de Ámsterdam
en 1928 como boxeador[2],
lo que no era cierto. Como tampoco era cierto que sus antepasados habían
formado parte de la tripulación de la «Bounty›› cuando dio vida al Christian
Fletcher, en una de las versiones de Rebelión a bordo. Fueron algunas de
las muchas mentiras que han acompañado su leyenda. También se aficionó al
teatro y trabajó como corresponsal durante la Guerra Civil de España, donde
llegó en 1937 (esto está comprobado), haciendo reportajes que no pudo publicar,
en principio, vetado por el magnate (pronazi) de la comunicación Randolf Hearst
(1863-1951), para quien trabajaba, y que publicó después gracias al apoyo de Eleanor
Roosevelt (1884-1962). La prensa de la época publicó que portaba un cheque,
fruto de una colecta realizada entre la progresía hollywoodiense, de un millón
y medio de dólares para la compra de ambulancias, medicinas y víveres para los
republicanos.
Espíritu inquieto, trabajó
de todo: marinero, periodista, pescador, friega-platos. Pasó varios años como
buscador de oro en Nueva Guinea, haciendo de prospector minero… entre otros
trabajos; sin embargo, no tuvo suerte y adquirió numerosas deudas y para
pagarlas trabajó como peón en una plantación de cocos. No fue esta su última
aventura, pero finalmente vendió sus propiedades en 1933 y, tras otro fiasco,
decidió estudiar interpretación en Inglaterra. Posteriormente viajó a los
Estados Unidos, donde trabajó en teatro hasta que un cazatalentos de la Warner
lo fichó. Tenía todo el potencial para convertirse en una estrella: era
atractivo y tenía una personalidad arrolladora, una mezcla fascinante. Fue
considerado el sucesor natural de Douglas Fairbanks (1883-1939),
conocido como «El rey de Hollywood››.
Sus primeras
apariciones en el cine fueron en papeles secundarios, hasta que en 1935
protagonizó su primer éxito: El capitán Blood, y al año siguiente otros
dos éxitos: La carga de la brigada ligera, un western clásico (de los
muchos que protagonizó)[3] y
el mayor de todos: Robin de los bosques (1938), todos dirigidos por
Michael Curtiz, con la actriz Olivia de Havilland (la Melania Hamilton de Lo
que el viento se llevó) como su partenaire. Entre sus películas destacamos,
por su relación con España, El burlador de Castilla (1948) como el
aventurero español Don Juan de Mañara y Fiesta (1957), con escenario
español, y guion basado en la novela homónima de Hemingway. Su última aparición
fue en Cuban Rebels Girls (1959).
Publicó las novelas Beam
Ends y Sowdown y su autobiografía, como ya hemos apuntado; algunos
guiones: Las aventuras de Errol Flynn, A mi manera. La leyenda de
Errol Flynn (para TV), Cuban Rebel Girls, The Story of William
Tell, La taberna de Nueva Orleans. Se casó tres veces con otras
tantas actrices (Lili Damita, Nora Eddington y Patrice Wymore) y tuvo cuatro
hijos, de los cuales sólo el mayor siguió la carrera de actor (sin éxito) por
lo que se dedicó al foto-reportaje. Desgraciadamente, murió mientras cubría la
guerra de Camboya.
En sus memorias, Errol
dejó escrito que el mundo le había convertido en un «símbolo fálico universal››.
Finalmente, este actor, que nunca consintió que nadie le doblara en las escenas
peligrosas, murió solo y olvidado de todos los que lo habían encumbrado. Tenía solo
50 años, pero los forenses afirmaron que su cuerpo se hallaba tan deteriorado
por el alcohol y las drogas que representaba el de un hombre de 70.
Rosa
M. Ballesteros García
Vicepresidenta del
Ateneo Libre de Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”
[1] El American Film Institute
lo nominó el 18.º héroe en la historia del cine estadounidense por su papel de
Robin Hodd.
[2] El equipo olímpico australiano
estaba formado por 18 atletas. En estos Juegos se despidió el famoso nadador y
actor de cine Johnny Weissmüller (Tarzán) tras ganar la medalla de oro de los
100 metros.
[3]
Otros famosos Westerns en los que intervino: Dodge City (1939), Camino
de Santa Fe (1940) o San
Antonio (1945).
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