viernes, 21 de octubre de 2022

Tertulia 26/10/2022



 

 

Elio Antonio de Nebrija (Lebrija 1444-Alcalá de Henares 1522) fue un humanista español destacado por ser  el autor de la primera gramática castellana publicada en 1492 y del primer diccionario latino-español y español-latino. Fue además historiador, pedagogo, gramático, traductor, exégeta, docente, catedrático, filólogo, lingüista, lexicógrafo, impresor, editor, cronista real, escritor y poeta. Tiene una producción muy extensa que abarca más de medio siglo.



 

ANTONIO GARCIA VELASCO es doctor en Filosofía y Letras, especializado en Filología Hispana y Profesor Titular del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Málaga.

Su dedicación a la literatura es completa y prolífica teniendo en su haber numerosas publicaciones sobre  poesía (“Fuego sordo” 1975,” Marchamar andalusí” 1977,” Se rompe hasta la vida cotidiana” 1980, “Des(h)echa la ciudad” 1980, “Ulises desangrado” 1982, “Demonolatrias” 1985, “Amor compiuter” 1987, “Un libro para el gozo” 1994, “Internos” 1994, “Psilocibina” 1998, “Las heridas del amor” 2000, finalista en el premio Andalucía de la Crítica, etc.), narrativa: “Lejano siglo XX y Altos vuelos”, Literatura infantil: “El libro olvidado” 1988, “Un príncipe encantador” 1998, libros de enseñanza, métodos de comentarios de texto, estudios filológicos con procedimientos informáticos, ensayos (“Las cien mil palabras de la poesía de Lorca 1999, “Buhos del 98” 1999, “La mujer en la literatura medieval española” 2000, La poesía de Emilio Prados” 2000, “El lenguaje de los cuentos infantiles” 2005, “La poesía de Luis Cernuda” 2005).


miércoles, 19 de octubre de 2022

Tertulia del 19/10/2022

                                     "EL PAPEL DE LOS SINDICATOS EN EL SIGLO XXI"

       



FERNANDO MUÑOZ CUBILLO durante su exposición que realizó ante un aforo de 30 asistentes.

domingo, 16 de octubre de 2022

JERARQUIA

                                     JERARQUÍA Y LIBERTAD

 

            Los elementos vivos no necesitan metro ni reloj para la supervivencia ya que los cálculos en la Naturaleza se hacen por comparación y los humanos no son una excepción. La autoestima es la conclusión que cada cual saca de las múltiples comparaciones que realiza automáticamente en el entorno personal. Por eso la envidia, como señala la Biblia, tiene epicentro doméstico debilitándose a medida que afloja el afecto. La exhibición que se hace para definir el rango es actividad previa a la comparación. Las plantas pugnan por ser las más altas, los animales por ser los más fuertes y los humanos por ser los más poderosos. Se entiende que al aumentar la complejidad en la escala animal aumenta la dificultad para establecer la jerarquía, ya que, cuanto más complicado es un sistema más diferencias presentan las unidades que lo componen. La democracia es una apuesta de consenso. Como sistema político conciliador ofrece el poder a quien obtiene más adhesiones expresadas en elecciones libres. El que casi nunca consiga encontrar a las mejores personas demuestra que no es absolutamente necesario serlo para gobernar. Si en baloncesto se aplican algoritmos que predicen la probabilidad de acierto de cada jugador en sus pases, cortes y tiros de media o larga distancia, no debería ser difícil desarrollar alguno destinado a vaticinar conductas políticas, aunque, en general, no se necesite ser adivino para intuir el cumplimiento de las promesas electorales.

            La materia que de acuerdo con la teoría de la relatividad es densidad de energía, tiene tendencia natural a expandirse como dicen que hace el Universo (a pesar de la gravedad). Esa tensión, detectada de alguna manera por el subconsciente, determina las coordenadas personales. Tenemos un yo porque afuera todo es distinto y tiende a la dispersión. Pero los individuos además de ser pertenecen a una especie obligada a ensayar estrategias que le permitan ensanchar la vida; lo que genera tensión entre la gestión de futuro de la especie y la necesidad de presente del individuo. De ahí, que el interés de especie sea altruista mientras que el de individuo es egoísta. La religión sembró la moral individualista en la que se apoya el capitalismo para justificar la desigualdad al adoptar un código de presente utilizando como combustible el equívoco concepto de libertad (sustantivo abstracto como velocidad o amor).

            Todo tipo de organización, desde colonias de bacterias a comunidades humanas, son sistemas complejos adaptativos obligados a sacrificar grados de libertad individual para alcanzar el acoplamiento funcional del conjunto. Pero si la escala de valores es subjetiva, el establecimiento de la jerarquía dependerá más de intereses personales que de posibles beneficios generales, obviando que la vida es materia organizada, condición que limita la libertad.

Estando el Caballero de la Triste Figura hospedado en el palacio de los duques, cansado quizá de sufrir con paciencia las burlas a las que le sometían, ofrece el famoso alegato contra la esclavitud, actividad que en su tiempo era negocio de poderosos bendecido por la Iglesia. Me refiero al conocido párrafo que empieza: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”. Pero, una cosa es denunciar la explotación humana y otra reconocer los límites reales de la libertad. En el episodio de la Ínsula Barataria, Cervantes deja claro la diferencia entre libertad de pensamiento y libertad de acción: Haciendo ronda nocturna el gobernador Panza detiene a un mozuelo de buen aspecto que al no querer aclarar los motivos por los que se encuentra zanganeando de noche lo amenaza con hacerlo dormir en la cárcel.

-          “¡Por Dios -dijo el mozo-, así me haga vuestra merced dormir en la cárcel como hacerme rey!

-          Pues ¿por qué no te haré yo dormir en la cárcel? -respondió Sancho-. ¿No tengo yo poder para prenderte y soltarte cada y cuando que quisiere?

-          Por más poder que vuestra merced tenga -dijo el mozo- no será bastante para hacerme dormir en la cárcel.

-          ¿Cómo que no? -replicó Sancho-. Llevadle luego donde verá por sus ojos el desengaño, aunque más el alcaide quiera usar con él de su interesal liberalidad, que yo le podré pena de dos mil ducados si te deja salir un paso de la cárcel.

-          Todo eso es cosa de risa -respondió el mozo-. El caso es que no me harán dormir en la cárcel cuantos hoy viven.

-          Dime, demonio -dijo Sancho-, ¿tienes algún ángel que te saque y que te quite los grillos que te pienso mandar echar?

-          Ahora, señor gobernador -respondió el mozo con muy buen donaire-, estemos a razón y vengamos al punto. Presuponga vuestra merced que me manda llevar a la cárcel y que en ella me echan grillos y cadenas y que me meten en un calabozo, y se le ponen al alcaide graves penas si me deja salir, y que él lo cumple como se le manda. Con todo esto, si yo no quiero dormir, y estarme despierto toda la noche sin pegar pestaña, ¿será vuestra merced bastante con todo su poder para hacerme dormir, si yo no quiero?”

Vale.

 

                                                            Salvador Perán Mesa

                                                   El Ateneo Libre de Benalmádena

                                                      “benaltertulias.blogspot.com”