domingo, 19 de junio de 2022

Maureen O'hara

MAUREEN O´HARA “La indomable”

 

Era una mujer bellísima: pelirroja, con ojos verdes y conocida como ”la Reina del Technicolor”. Así, a bote pronto, podríamos pensar que era una de tantas Vamps que inundaron el universo de la época dorada de Hollywood, al menos se ajustaba al arquetipo. Nada más lejos de la realidad. Maureen, nacida en Irlanda en 1920 unía a su atractivo físico otros aspectos menos glamurosos y aún menos compatibles con el modus operandi ―es decir, el comportamiento depredador de la industria del cine y de sus jerifaltes― ya que era dueña de un indomable carácter, una gran independencia, gran profesionalidad y una concepción del oficio (nunca aceptó que la doblasen en las escenas arriesgadas) que chocó de inmediato con lo que se cocía tras las cámaras. Uno de sus biógrafas, Audrey Malone, escribió que fue “amada por su naturalidad" y su falta de divismo. Lo cierto es que mantener sus puntos de vista le llegaría a pasar una gran factura, como más adelante se verá.

            Durante su adolescencia, allá en su Irlanda natal, Maureen, una atlética jovencita, más alta de lo normal, compaginaba su amor al canto y la danza con el deporte: especialmente el fútbol. Para todo ello demostraba talento, hasta el punto, como afirman sus biógrafos, de intentar convencer al padre, propietario de un club de fútbol, para formar una liga femenina. A los 14 años, sin abandonar la escuela, ingresó en una compañía de teatro (Abbey Theater) para estudiar arte dramático y canto. En 1936 se convirtió en la alumna más joven graduada de la Guildhall School of Music.​ Al terminar sus estudios decidió ir a Londres para iniciar una carrera como actriz, y en uno de los castings causó impresión al famoso actor y director Charles Laughton, quien la convenció para que se dedicase a la actuación, cambiándole su apellido FitzSimons por el de O´Hara.

Su primera película como protagonista junto a Laugthon fue La Posada de Jamaica, dirigida por Alfred Hitchcock en 1939. No podría tener mejores padrinos. Con18 años se trasladó a Hollywood donde rodaría con su amigo Laugthon las películas Esmeralda, la zíngara (1939) dirigida por William Dieterle y Esta tierra es mía (1943) de Jean Renoir. John Ford la dirigió en varias películas como Río Grande (1950), El hombre tranquilo (1952), Escrito bajo el sol (1957) o Cuna de los héroes (1955). En todas ellas formó pareja con el que se convertiría en un gran amigo: John Wayne, de origen irlandés, como ella. Serían la pareja de actores preferida de Ford. Trabajó también con actores de primera fila como Tyrone Power, Anthony Quinn, Douglas Fairbanks Jr., Errol Flynn, Henry Fonda, por citar algunos nombres.

Se casó en tres ocasiones, las dos primeras con compañeros de profesión y la última con un militar, pionero de la aviación y dueño de una aerolínea. Los dos primeros matrimonios fueron un fiasco. El primero, con George H. Brown, se realizó a bordo del barco que la llevaba a Hollywood. Era su productor y, coinciden los biógrafos, ella fue coaccionada. Dos años después el matrimonio fue anulado por no haberse consumado. El segundo marido fue con el productor y director Will Price, quien la dirigió en Trípoli (1950). El matrimonio duró diez años y se rompió porque la adicción al alcohol de él hizo imposible la vida familiar. De este matrimonio nació su única hija, Bronwyn Brigid, también actriz y diseñadora. En honor a su madre lanzó una colección de ropa llamada “The Red Collection” y además cambió legalmente su apellido Price paterno por el de su madre.

Tras su divorcio, Maureen mantuvo una larga relación con un millonario mexicano llamado Enrique Parra. No llegaron a casarse. Finalmente, en 1968 se casó con el militar y piloto de aviación Charles S. Blair que murió en accidente aéreo y dejó a Maureen como directora de su negocio, convirtiéndose así en la primera mujer presidenta de una línea aérea de los Estados Unidos, aunque ya era experta en romper moldes porque en 1946 había conseguido que se le concediese la doble nacionalidad Fue la primera mujer irlandesa en obtenerla. También, y esto es interesante, por lo que tiene de novedoso y valiente en aquellos años, fue el que fuera una de las primeras actrices en opinar abiertamente sobre el machismo en la industria del cine, desvelando “el acoso y los favores sexuales que se exigían en Hollywood para obtener los papeles”, adelantándose varias décadas, pues, al #MeToo. Eso le costó papeles, afirmó en una entrevista. Su sinceridad y el desvelar los “trapos sucios” le costó una sucia campaña de descrédito capitalizada por el tabloide Confidential Magazin. En 1957 publicó que Maureen y un hombre latino (en aquellos momentos mantenía una relación con el ya citado Enrique Parra) habían sido expulsados de un teatro por conducta indecente. Maureen pudo probar que todo era una farsa montada para desprestigiarla y probó, con datos concluyentes y testigos, que ella estaba en España rodando una película con Richard Sale. Por cierto, se rodaba en Andalucía y se tituló Málaga, aunque en nuestro país se estrenó bajo el título de Fuego sobre África. De nuevo fue la primera actriz que ganó un caso de difamación a una revista. Maureen murió mientras dormía en 2015 y fue enterrada en el cementerio nacional de Arlington durante una ceremonia con honores militares.

 

                                 Rosa María Ballesteros García

                    Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena

                                     “benaltertulias.blogspot.com”

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