ELOGIO DEL DR. TRUETA
El Dr. Josep Trueta i Raspall es
una de las figuras científicas más reconocidas internacionalmente y menos
conocida en España en donde estaba prohibido hablar de él oficialmente dado su
acendrado catalanismo. Nació en Barcelona en 1897, de donde debió exiliarse en
1939 y a donde volvió a morir en 1977.
Vino al mundo en el seno de una
familia de la alta burguesía catalana, de tradición médica familiar (su padre
era médico y su abuelo fue cirujano de la armada). Estudió en la Universidad de
Barcelona, licenciándose en Medicina en 1921, a los 23 años, y doctorándose en
1922 (tras realizar los cursos de doctorado en Madrid) comenzando a trabajar en
el equipo quirúrgico del Dr. Corachán (1881-1942) en el Hospital General de
Cataluña (hoy de la Santa Cruz y San Pablo), por cuyo consejo se dedica al
tratamiento de las infecciones óseas y en compañía del cual acude a Viena a
completar su formación con el famoso cirujano de accidentes alemán el doctor
Lorenz Böhler(1885-1973).
A su vuelta de Viena, superadas
las estrecheces económicas familiares iniciales que le obligaron a subsistir
administrando inyecciones de Salvarsán contra la sífilis tras su matrimonio con
Amelia Llacuna, (con la que tuvo 3 hijas y un hijo que falleció prematuramente),
inicia su carrera docente al ser nombrado en 1933 médico ayudante de patología
quirúrgica y posteriormente cirujano jefe y profesor de cirugía en el Hospital
General, a la vez que era contratado como cirujano jefe por la Caja de
Previsión y Socorro que atendía a unos cuarenta mil accidentados al año. De
esta forma, Trueta, al iniciarse la guerra civil era el cirujano jefe del mayor
hospital de Cataluña y del mayor servicio de atención a accidentes de todo el
país, y se había labrado una sólida posición científica siendo miembro de la
Sociedad de Cirugía de Barcelona (1928), de la Societé Internationale de Chirurgie
(1932), de la Association Française de Chirugie (1933), de la Sociedad Española
de Cirugía Ortopédica y Traumatología (1935), de la Academia y Laboratori de
Ciencies Mediques, de la Societat de Cirurgia de Catalunya y de la Sociedad
Italiana di Anestesia e di Analgesia. Y en 1935, al fallecer el profesor Ribas
y Ribas de la Universidad Autónoma de Barcelona, Trueta iba a tomar posesión de
su cátedra cuando estalló la guerra civil.
Nada más iniciarse la guerra
civil comenzaron a llegar heridos para los que Trueta estableció un protocolo
siguiendo las pautas que el cirujano norteamericano, el Dr. Winnet Orr
(1877-1956), ensayara en Francia en la primera guerra mundial y que él adaptó mediante
la aplicación de sus famosos cinco puntos: 1.-Tratamiento quirúrgico inmediato,
2.-Limpieza de la herida, 3.-Escisión de la herida, 4.-Drenaje, y 5.-Inmovilización
en vendaje de yeso. O sea, limpieza de
la herida meticulosa con agua y jabón y eliminación quirúrgica de los tejidos
necrosados y desvitalizados e inmovilización oclusiva con yeso. Los resultados
fueron espectaculares, ya en 1938 publicó que de 605 casos tratados no había
tenido que amputar ningún miembro ni
lamentar ningún fallecimiento. Al final de la guerra, de los mil setenta y tres
casos tratados que publicó solo seis habían muerto y los enfermos habían
mejorado del dolor, del shock y recuperado el sueño y el apetito. El método que
ya había sido ensayado por el traumatólogo militar Bastos Ansart (1887-1973) en
la revolución de Asturias en 1934 y publicado su experiencia a principios de 1936, fue incorporado
rápidamente a los cirujanos del ejército republicano por el doctor Joaquín D´Harcourt
Got (1896-1970), coronel jefe de los mismos, lo que presuponía la atención quirúrgica
en el mismo frente, hecho que fue posible gracias a los avances conseguidos por el hematólogo
barcelonés doctor Duran i Jordá (1905-1957) en la creación de bancos de sangre.
También el periodista inglés Donal Darlin, visitante curioso, lo comunicaría a
las autoridades médicas de su país. En 1939 Trueta publica un libro en donde
expone su técnica detallada que alcanzó cuatro ediciones en lengua inglesa.
El 3 de febrero de 1939, Trueta,
cruzó la frontera con Francia junto a miles de refugiados y en Perpignan,
mientras esperaba su visado para marchar a Caracas, fue contactado por las
doctoras inglesas J.D.Collier y D. Rusell enviadas por el Foreing Office para
invitarle a ir a Londres a asesorar en la organización de las medidas de
defensa. Llegó a Londres sin dinero y sin documentación y comenzó a impartir
una serie de conferencias ante el alto mando de los ejércitos británicos sobre
su experiencia en los 350 bombardeos sufridos por Barcelona, publicando en “The
Lancet” un artículo que le valió recibir una invitación del Catedrático de
Cirugía y Ortopedia de Oxford G.R.
Guirdlestone (1881-1950) para que acudiera a la Facultad de Medicina a impartir
una conferencia, quien además le consiguió fondos para que él y su familia
permanecieran en Inglaterra siendo nombrado asesor en el Wingfield Morris Hospital,
argucia legal del Ministro de Sanidad, Mr. Mac Donald (a quien Trueta nunca
llegó a conocer), que lo nombró su consejero privado en cirugía de guerra para
que pudiera trabajar sin necesidad de tener que homologar su título español. Ya
en 1940 había sido nombrado Miembro de Honor de la Sociedad Británica de
Ortopedia.
Su tratamiento de las heridas de
guerra fue ampliamente utilizado por los ejércitos en la segunda guerra mundial
en donde se calcula que beneficiaron a unos 225.000 soldados ingleses y a
112.000 franceses y que alcanzó su punto culminante de perfección en las
batallas del norte del desierto africano con la utilización del llamado yeso de
Tobruk, así como en la guerra de Vietnam por parte del ejército norteamericano
cuya conclusión final es que las defunciones por estas heridas bajaron del 18%
al 0`16%. Durante y después de la guerra mundial, en los años cuarenta, Trueta,
siguió publicando en inglés numerosos trabajos sobre los efectos de la
inmovilización en las fracturas y sobre
el hallazgo de la doble circulación renal que evitó la complicación mortal que
suponía la uremia, en total fueron veinte monografías y más de doscientos
artículos.
Nunca olvidó su compromiso con su
Cataluña natal pasando a formar parte del Consell Nacional de Catalunya
constituido en Londres por exiliados catalanes, participando en las emisiones
en lengua catalana auspiciadas por la BBC, e incluso en 1946, el mismo año que
lo nombraron “Doctor Honoris Causa” por Oxford, escribió, en inglés un libro “The
Spirit of Catalonia” en el que cuenta al mundo anglosajón la historia y cultura
catalanas, que no se tradujo al español hasta cuatro años más tarde en México.
En 1949 Trueta tomó posesión de
la Cátedra de Cirugía Ortopédica de Oxford y en 1955, Sir Morris, más tarde
Lord Nuffield, hizo una importante donación que permitió construir un gran
centro de investigación, en el que ahora se llamaría Nuffield Orthopedic
Center, inaugurado en 1958, que permitió a Trueta compaginar la docencia con la
investigación creando un gran emporio de
investigación hospitalario con laboratorios, sala de rayos X y un nucleo de
experimentación animal que se convirtió
en centro de referencia a donde acudían especialistas de todo el mundo y donde
se formaban nuevos cirujanos, investigándose sobre la irrigación ósea, el origen del osteoblasto,
la embriología, la osteogénesis fracturaria, las infecciones óseas y la
artrosis, todo lo cual publicó en su obra “Studies of the development and decay
of the human frame” (“Estudio del desarrollo y decaimiento de la estructura
humana”)(1968). Trueta es miembro reconocido de todas las asociaciones médicas
del mundo y fue nominado en dos ocasiones al Premio Nobel de Medicina que su
malquistada relación con el régimen franquista impidió con sus presiones
diplomáticas.
En 1965, llegada su jubilación,
Trueta decide volver a una España en la que está prohibido hablar de él y que
tan solo le autorizó su residencia y el ejercicio profesional privado. En el
declive de la dictadura la Sociedad Catalana de Cirugía se atrevió a concederle
el Premio Virgili en 1969, y al año
siguiente fue nombrado Miembro de Honor de la Real Academia de Medicina de
Barcelona, y en 1976 Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de
Barcelona, en cuyo discurso de aceptación dijo que: ”Habiendo dejado Cataluña
cuando la democracia moría en ella, es para mí motivo de gran satisfacción el
que este título me sea concedido cuando la democracia renace.” En este momento
había recuperado por voluntad propia la nacionalidad española.
Murió el 19 de Enero de 1977 y a
título póstumo se le concedió la “Medalla D`Or de San Jordi” y el “Premio Jaume
el Conqueridor”.
Jesús Lobillo Ríos
Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”
“ateneolibredebenalmadena.com”
Bibliografía.-
Antonina Rodrigo.-“Doctor Trueta,
héroe anónimo de dos guerras”. Plaza y Janes 1980
Hugh Thomas.-“La guerra civil
española”. Grijalbo 1976
Moral Torres J.-“El método
español en el tratamiento de las heridas de guerra” (Técnica de
Orr-Bastos-Trueta) Monografía Beecham, Madrid 1986.
Molero
Benavides J.A.-“Josep Trueta i Raspall”. Gibralfaro. UMA. 2008.
Bastos Ansart
M.-“Las heridas por arma de fuego”. Labor 1936
Trueta i
Raspall.-“El tratamiento de las fracturas de guerra”. Biblioteca Médica
Cataluña 1938
Trueta i Raspall.-“Studies of the
develoment and decay of human frame”. Heineman 1968
Barona Vilar J.L..-“Josep Trueta
i Raspall”. Real Academia de la Historia.