sábado, 5 de febrero de 2022

VACUNAS ANTICOVID (TECNOLOGÍA RNA)



 

14 dic 2021, 19:41 (hace 2 )

 

Las vacunas funcionan.

Vivimos en un planeta colonizado por microorganismos, algunos de ellos

beneficiosos y  otros de ellos patógenos, causantes de enfermedades
infecciosas que pueden conducir incluso a la muerte en muchos casos.
La mayoría de las muertes y  el control epidemiológico de muchas
enfermedades infecciosas se pueden evitar y llevar a cabo gracias a
las vacunas, y a pesar de ello  se sigue desconfiando de ellas  y se
desconoce su acción.
Las vacunas preparan nuestro organismo para desarrollar inmunidad
contra el virus sin que tengamos que contraer la enfermedad.
Con la vacunación no sólo nos protegemos a nosotros mismos sino que
también se protege a la comunidad. De que tú te vacunes también
depende la salud de todos.

 



 

PIEDAD  SÁNCHEZ CASADO ES LDA. MEDICINA POR LA UNIVERSIDAD DE GRANADA.

miércoles, 2 de febrero de 2022

Tertulia del 2 de febrero de 2022

                                             EL ESCRITOR, EL LIBRO Y LA CENSURA"

  El escritor VLADIMIR MERINO BARRERA, desarrollo este tema ante un aforo de treinta asistentes.

domingo, 30 de enero de 2022

LA "DESBANDÁ" Y EL DR. BETUNE

                                           LA “DESBANDÁ” Y EL DR. BETHUNE

 

El Dr. Bethune es conocido entre nosotros por su azarosa coincidencia con uno de los episodios más ominosos de nuestra guerra civil como lo fue “la desbandá”, la cruentísima fuga de la población malagueña aterrorizada por la toma de la ciudad en 8 de febrero de 1937 por las tropas insurrectas secundadas por italianos y alemanes, y que en número de unas ciento cincuenta mil personas sufrieron la hostilidad inmisericorde de una guerra fratricida.

La ilusión que había traído al Dr. Bethune a España no estaba pensada para este tipo de ayudas aunque su altruismo personal lo asimiló sin problemas como asimiló también el desarrollo de un servicio móvil de transfusiones de sangre en los frentes de guerra aunque no se basara en ello su preparación profesional.

Henry Norman Bethune había nacido en Ontario (Canadá) en 1890 en una familia de origen escocés (su tatarabuelo creó la primera Iglesia presbiteriana en Montreal) y en 1907, nada más terminar el bachillerato, se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Toronto cuyo germen inicial había sido sembrado por su abuelo como Escuela Superior de Medicina. Ya, en estos primeros momentos su afán filantrópico le llevó a interrumpir sus estudios durante un año para realizar una labor educativa en los remotos campamentos madereros y mineros del norte de Ontario para enseñar a leer y escribir en inglés a los inmigrantes. Al estallar la primera guerra mundial (1914) volvió a suspender sus estudios para servir como camillero, labor en la que resultó herido obligándole a permanecer tres meses de recuperación en un hospital inglés.

Por fin regresó a Toronto  graduándose como médico en 1916, para unirse de inmediato a la Royal Navy como teniente cirujano, y posteriormente (al acabar la guerra) se especializó en enfermedades infantiles en el Graet Ormond Street Hospital de Londres. Más tarde en Edimburgo obtuvo la cualificación profesional del prestigioso Royal College of Surgeons. En 1929, con 39 años, tras superar una tuberculosis se especializó en cirugía torácica con el Dr. Edward Archibal en el Hospital Royal Victoria de Montreal, donde perfeccionó una docena de instrumentos quirúrgicos (como las tijeras de costilla Bethune).

Ejerció la Medicina en Montreal prestando especial atención a los más desfavorecidos, preocupándose crecientemente por los aspectos socioeconómicos profesionales, formando parte del Grupo de Montreal, pionero de la medicina socializada que presionó al gobierno para realizar reformas de atención médica y sanitaria.

En 1935 (con 45 años) viajó a la Unión Soviética para estudiar sus servicios de salud y se convirtió en un comunista comprometido afiliándose al Partido Comunista de Canadá.

Con este bagaje llega a España en Noviembre de 1936, poco después de estallar la guerra civil española al recibir una invitación de la Comisión de Ayuda a la Democracia Española para encabezar la Unidad Médica de Canadá en Madrid. Previamente hizo una escala en  Barcelona donde conoció al Dr. Frederic Duran i Jordá, el auténtico precursor de la hemoterapia en nuestro país, del que aprendió el método de conservación y transporte de la sangre para el tratamiento de los heridos en los frentes de guerra, labor que se propuso llevar a cabo a través del desarrollo de un servicio móvil de transfusiones que evitara la muerte in situ  de los combatientes por hemorragia.

Los comienzos de la hemoterapia como terapéutica médica van unidos al descubrimiento en 1914 de un método para conservar la sangre mediante su tratamiento con citrato sódico, hecho que fue utilizado casi simultáneamente por el médico argentino Luis Agote y por el belga Albert Hustin, y más tarde por el ruso Sergei Yudin para conservar sangre de cadáveres a 4º, consiguiendo transfusiones con éxito en 1930.

En Barcelona se realizaban transfusiones directas (de brazo a brazo) en el Hospital de San Pablo, hasta que el Dr. Grifols (1885-1976) con una flébula de su invención (una ampolla de cristal citratada a la que había hecho el vacío) recogía sangre para transfundirla posteriormente a escala individual.

Pero, como ya he adelantado antes, el verdadero instaurador de la utilización de la sangre como recurso terapéutico médico en España fue el Dr. Frederic Duran i Jordá nacido en “la Barceloneta” en 1905, licenciándose en medicina en la Universidad de Barcelona en 1928, a los 23 años, y que dada su desmesurada afición a la química se especializó en análisis clínicos.

Al comenzar la guerra civil, con la ayuda de los servicios sanitarios de la República empieza a realizar extracciones a gran escala con un estudio y clasificación previos de los enfermos (para descartar la sífilis) y reuniendo en matraces de hasta 2 litros de capacidad, la sangre de varios enfermos, que conservaba a 2º. Más adelante con modificaciones de los recipientes y mejoras de las técnicas, la extracción se hizo más cómoda y rápida realizando ya a finales de Agosto de 1936 un transporte de sangre para transfusión a 300 kilómetros de distancia, es decir,  en el mismo frente. Para repartir la sangre utilizó camiones de pescado debidamente higienizados y adaptados.

 Durante los 30 meses que funcionó el Servicio de Transfusión de Barcelona registró casi 30.000 donantes y procesó y preparó para transfundir 9.000 litros de sangre, superando las 20.000 donaciones.

A esta organización ya en marcha se sumó  el Dr. Bethune que organizó su propio servicio de extracción y transporte refrigerado en Madrid, en la calle Príncipe de Vergara 36, contando como valiosos colaboradores, al biólogo y genetista norteamericano Herman Joseph Miller que en 1946 obtendría el Premio Nobel de Fisiología por sus estudios sobre las mutaciones genéticas en la rata por la acción de los rayos X,  y con Reginald Saxton, médico inglés, nacido en Ciudad del Cabo en 1911, y fallecido en Brighton en 2004, formado en la Universidad de Cambridge, miembro del partido comunista británico y al que el Comité de Ayuda Médica para España incorporó como médico al “batallón británico” y que trabajaba con la sangre de cadáveres.

También fueron colaboradores de esta medicina de guerra en campaña los médicos ingleses Alexander Tudor-Hart y Len Crome, así como el cirujano barcelonés Moisés Broggi i Vallés (1908-2012) que implantó la utilización de los quirófanos móviles en el frente.

Para el manejo del camión refrigerado en el que trasladaba la sangre, Norman Bethune se auxiliaba como ayudante de Hazen Size (Montreal 1906-1974) graduado como arquitecto en Cambridge (USA) en 1929 y que fue el autor de las conocidas fotografías difundidas de la masacre ocurrida en la “desbandá”, y como conductor actuaba T.C.Worsley (Thomas Curthbert Worsley, Durham 1907-Brighton 1977) profesor, escritor y crítico británico, que dejó su desgarrador testimonio en su libro “Los ecos de la batalla” (“Behind the battle”-1939). El propio Bethune dejaría publicados sus diarios personales en Ediciones Iberia en 1937.

Norman Bethune regresó a Canadá en Junio de 1937, es decir,  solo estuvo en España seis meses, ante la falta de acuerdo sobre sus planes sanitarios con las autoridades españolas. En 1938 marchó a China en donde se unió a los comunistas chinos de Mao Zedong en su lucha contra los japoneses. En Noviembre de 1939 se produjo una herida en un dedo durante una operación que dio lugar a una septicemia que le produjo la muerte. Está enterrado en el Cementerio de los Mártires Revolucionarios, en la provincia de Hebei.

Por último el Dr. Duran i Jordá fue invitado al final de la guerra por la Cruz Roja inglesa a desarrollar en Inglaterra su experiencia adquirida a donde llegó en enero de 1939 y en donde permaneció trabajando en Manchester llegando a ser director del departamento de patología del Hall Children`s Hospital y del Monsall Hospital, hasta el momento de su prematura muerte por leucemia ocurrida en 1957 a los 51 años. Curiosamente los medios profesionales anglosajones le suelen clasificar como un médico británico de origen español.

                                                        Jesús Lobillo Ríos

                                     Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                “benaltertulias.blogspot.com”

                                            “ateneolibredebenalmadena.com”