domingo, 26 de noviembre de 2023

De educación y deseducación

                               DE EDUCACION Y DE DESEDUCACION

 

Más o menos, más temprano o más tarde, todos hemos oído hablar de educación. El hablar, también de educación, corre a través del tiempo y como lo hace el tiempo, porque el tiempo no se detiene y la educación, tampoco, a pesar de tantos intentos de detener los procesos e, incluso, de entregarlos y arrojarlos a los tiempos pretéritos, por así decirlo con educación.

Hemos podido oír que se habla de extender la educación obligatoria, ampliándola a la atención de estudiantes de más edad de la establecida hasta ahora para la enseñanza secundaria.

Dada la experiencia que tenemos de la consabida enajenación por parte del alumnado que, tal como están las cosas, abandonan la educación obligatoria, no mejorará la educación del personal haciéndola más larga, más cansina y hasta un tanto más odiosa, si cabe.

Podemos pensar que todos los esfuerzos para mejorar la educación deben ir en la dirección de atender en mejores condiciones la actual educación obligatoria y no en un dispendio que puede aumentar el rechazo actual que sufre la Educación Obligatoria.

Una vez puestos, podemos hacer consideraciones totalmente educativas del porqué entendemos la necesidad de mejorar la Educación Obligatoria y no en ampliarla temporalmente. Podemos pensar que no son los tiempos, ¡O tempora!, sino las costumbres, ¡O mores!, las que hay que cambiar.

Podemos considerar también que se mejoró la educación básica, aprovechando el momento democrático para poder acoger a todo el alumnado, concediendo los conciertos educativos para, así, paliar temporalmente la acogida de toda la población estudiantil de Primaria y Secundaria, haciéndola obligatoria. No queremos pensar en que pudiera ser por cuestiones electoralistas.

Ahora que presenciamos que se ha reducido la población escolar por la bajada de la natalidad, lo que no se puede hacer es reducir aulas en los Centros Públicos y mantenerlas en los concertados.

No podemos olvidar que la Constitución no dice absolutamente nada sobre la libertad de elegir Centros, sino solamente de crear centros y allá cada uno con su mercado.

Hablando de mercado, hace más de treinta años que ya vemos publicidad de centros concertados, que, muchas veces, están alejados de la población y que no favorece la integración por la proximidad. Hasta hemos podido observar cómo se cruzan en la calle el alumnado que va a cada tipo de centro, público o concertado. Si hay plazas libres en la Educación Pública, no hay que subvencionar plazas concertadas, ni por capricho, ya que los conciertos, como hemos dicho, se crearon para paliar una situación y no para despilfarrar, haciendo de los conciertos un negocio que dilapida recursos en propaganda. De las cuotas que cobran, algunas desorbitadas, ni hablamos. Pueden ser centros de educación privados con todos sus derechos, sin más contemplaciones. Incluso pueden ser centros de adoctrinamiento determinados, sin más problemas.

Si, en las actuales circunstancias, algunos centros concertados quieren o necesitan seguir con los conciertos educativos, no deberían elegir a dedo a su profesorado para que no se conviertan en centros de adoctrinamiento y, por tanto, todas las plazas del profesorado deberían estar afectas y abiertas al Concurso General de Traslados de maestros y profesores, para que la Democracia y la Educación en la diversidad sean efectivas. Los afectos por la democracia no deben ser cuestionados,

No nos parece, por tanto, buena idea ampliar la Educación obligatoria a más años, porque sería, tal como estamos, otro submarino que va a completar el abordaje de los conciertos y hacer de la Educación Pública una hermanita pobre, la subsidiaria, la que no pueda recuperarse, tras el avance de las privatizaciones, aunque sea corto recorrido como pasa con los conciertos.

La modernidad, la puesta a punto de la democracia nos exige una Educación Pública de calidad para todas y todos, con libertad que facilite el respeto debido a todas las personas, piensen como piensen y para que, desde ya, en el Parlamento, que debe ser modélico, no se permitan insultos, pataleos ni manotazos en las bancadas, que no dejan de manifestar los frutos de una enseñanza, que no educación, supremacista, intolerante y excluyente. No nos podemos permitir esta “ejemplaridad”. Mucho cuidado tiene que tener el próximo gobierno con dar pasos en falso en la Educación Obligatoria, dejándose llevar de cantos de sirenas que lo pueden cautivar para que la Educación de este país no pueda seguir navegando democráticamente.

 

                                                    José María Barrionuevo Gil

                                                 El Ateneo Libre de Benalmádena

                                                    “benaltertulias.blogspot.com”