domingo, 6 de julio de 2025

Sirenas recolectoras

                                  SIRENAS RECOLECTORAS

 

Aunque pueda resultar increíble, las sirenas, esos seres mitológicos que aparecen en obras como La Odisea, existen en la realidad y atienden por distintos nombres   ̶ «amas», japonesas o «haenyeo» coreanas ̶, ambas, con un mismo significado: buceadoras o mujeres del agua. Por descontado que estas mujeres no cantan (que se sepa) para atraer y enamorar funestamente a intrépidos navegantes.

La tradición milenaria de estas «sirenas» contemporáneas se remonta en algunos casos, como el de las buceadoras de la isla coreana de Jeju, al año 434. En origen fue una profesión de hombres, con algunas excepciones cuando las esposas acompañaban al marido, si bien no se tiene noticia escrita del hecho hasta el siglo XVII (ergo…lo que no se nombra, no existe). Un siglo después se sabía que ya eran mayoría en ejercer esta difícil y peligrosa profesión para la que, científicamente, las mujeres están más dotadas por su condición fisiológica, ya que poseen una mayor grasa subcutánea, lo que les hace más aptas para soportar las frías aguas del profundo mar de Corea en las que se sumergen. De esos mismos años existe un documento en el que se registra la imposición de un tributo (en especie) consistente en una especie de molusco de nombre haliotis, tributo que se pagaba una vez seco. Algunos expertos aventuran que es quizás la imposición de este tributo lo que determinaría la especialización femenina, aprovechando la ya citada condición fisiológica. Este tributo desaparecería con la anexión por parte de Japón de la isla. 

Desde 1903 las «haenyeo» empezaron a ser contratadas para trabajar en Japón, donde coexistieron con las «amas» niponas que extendían sus capturas a las no comestibles perlas. Según datos obtenidos del libro La isla de las mujeres del mar, escrito por Lisa See, una de estas sirenas puede bucear “desde el amanecer hasta el almuerzo recolectando erizos de mar y luego pasar el resto del día abriéndolos”. Siguiendo a esta autora, por una jornada completa se suele ganar unos 17.000 yuanes (unos 17 dólares). Estas buceadoras, algunas octogenarias, se sumergían hasta diez metros de profundidad, sin máscaras de oxígeno, para conseguir sus presas: mariscos o erizos de mar- Para llegar a conseguirlo, entrenaban desde los diez años, e incluso menos, para bucear a profundidades de hasta 20 metros y aguantar la respiración hasta dos minutos bajo el agua. Su entrenamiento era de unos siete años, y hasta entonces no es considerada una «haenyeo» de pleno derecho.

Un par de datos al respecto de estas buceadoras.  Como es natural, sus atuendos, a la hora de sumergirse, han ido evolucionando. A principios del siglo pasado se incorporaron las gafas de buceos y las ancestrales prendas de algodón se cambiaron, a partir de los años 70, por el uso de trajes acuáticos. Visto desde un punto de vista crítico, era una forma de mantener la industria más próspera no matando a la “gallina de los huevos de oro”. En este sentido, la utilización de los trajes de neopreno se tradujo en que las buceadoras podían alargar sus jornadas, permaneciendo en el agua de cinco a seis horas en una sola inmersión, “incluso durante el invierno”. El cambio llegó más lejos. En un estudio publicado este mismo año con una muestra de treinta buceadoras (con una media de edad de 65 años) se observaron algunas adaptaciones fisiológicas y genéticas, determinadas por la práctica, durante generaciones, del buceo en apnea y aguas gélidas, traducidas en bradicardias pronunciadas durante el buceo, así como una variación con selección positiva en un gen asociado a la tolerancia al frío.

Estas mujeres-sirena coreanas son conocidas por su espíritu independiente, lo que puede representarse como una estructura familiar semi-matriarcal si tenemos en cuenta, especialmente, que, a comienzos de la década de 1960, representaban el 60 % de los ingresos pesqueros de Jeju, mientras entre los maridos existía importantes tasas de desempleo.

Sobre estas peculiares sirenas la televisión surcoreana, estrenaría una serie dramática, dirigida por Kim Won-seok, titulada Si la vida te da mandarinas, estrenada en nuestro país en marzo de este año[i], en la que se rinde homenaje y se narra la vida de Hong Kyung-ja, una luchadora que, huérfana desde niña, tuvo que compaginar su trabajo como buceadora con sus estudios. La serie resalta su inteligencia y su capacidad de liderazgo que la llevaría hasta la jefatura de pesca en la ciudad de Hansu. Hong ganó el premio al Nuevo Líder Pesquero, convirtiéndose en la primera mujer en recibir este reconocimiento y clave para mejorar las condiciones del gremio. Gracias a su tesón la UNESCO reconociera en 2016 a las mujeres «hanyeo» como parte del Patrimonio de la Humanidad.

En la serie, la actriz coreana Lee Ji-eun da vida a nuestra mítica sirena.

 

                                  María R. Ballesteros García

                   Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena.

                                   “benaltertulias.blogspot.com”



[i] Se estrenó en la plataforma Netflix entre el 7 y el 28 de marzo de 2025, dividida en cuatro partes de cuatro capítulos cada una, correspondientes a las cuatro estaciones del año