Hattie McDaniel: Lo que
el viento no se llevó
Corría el mes de febrero de 1940, pocos
meses antes había estallado la Segunda
Guerra Mundial en Europa y en los Estados Unidos, al otro lado del Atlántico,
la Academia del cine inauguraba la 12ª edición de sus premios Óscar, una
edición que iba a sorprender a los medios con la noticia inédita de que una
actriz negra había logrado uno de los preciados premios: Se llamaba Hattie
McDaniel y lo había ganado como mejor actriz de reparto en la exitosa película Lo
que el viento se llevó, estrenada el año anterior.
Desde que se inaugurara
la 1ª edición de los premios Óscar en 1929[1]
(los más antiguos de la historia del cine), las actrices y actores negros habían
estado siempre relegados a papeles secundarios, basados en tópicos humorísticos
como el cómico ladrón, el esclavo inocente, leal y fiel o la obesa criada, rol al
que dio vida Hattie en el premiadísimo largometraje ya citado (ganó 11
estatuillas ese año). Hattie fue la inolvidable Mammy, la fiel doncella
de Escarlata O´Hara (Vivien Leigh), protagonista principal del film y ganadora,
a su vez, del Óscar a la mejor actriz.
Como es de sobras
conocido, la comunidad afro-estadounidense tardaría muchas décadas en tener una
representación justa en el mundo del cine, aunque, si nos remontamos a las
primeras representaciones en los que aparecen, encontramos actores y actrices
secundarios de poca relevancia, en papeles estereotipados, como ya apuntamos,
una tradición, por otra parte, heredada del mundo del vodevil y del minstrel
show[2]. Ejemplo
de ello son los cortometrajes Watermelon Eating Contest (1896) o Watermelon
Contest (1900), ambos dirigidos por el canadiense James H.
Wither (1872-1944). Como sus títulos sugieren, en el primero dos negros
compiten por ver quién es el primero en comerse una gran tajada de sandía; en
el siguiente, cuatro hombres negros comen sandía de manera compulsiva.
Por otro lado, en los
primeros cortometrajes de ficción los principales personajes negros solían
interpretarlos blancos pintados de negro (algo también
heredado de la tradición vodevilesca). Ejemplo clásico del estereotipo de
criado leal lo tenemos en el corto de D.W. Griffith His Trust (1911).
El primer negro que produjo y distribuyó sus películas sería William D. Foster (1860-1940)
en 1910; actor, director y productor de varias comedias (que aspiraban a evitar
los típicos estereotipos) como: The Fall Guy (1912) o A Woman's Worst
Enemy (1918). Son dos ejemplos. Otro afro-estadounidense, Hunter C. Haynes (1867-1918),
hijo de esclavos, también intentó distribuir sus cortometrajes cómicos a través
de compañías como Afro-American Film Company, Vitagraph Motion Picture Company
o Haynes Photoplay Company, si bien la primera persona que obtuvo un gran éxito
con la Lincoln Motion Picture Company fue el actor y director Noble Johnson (1881-1978)
con Realization of a Negro’s Ambition (1916), la primera película con
reparto integral que no se servía de estereotipos. El primer cineasta negro en
hacer películas de calidad y sin estereotipos fue el autor y director Óscar
Micheaux (1884-1951), quien merecería un artículo especial. A modo de anécdota,
y que no se suele mencionar, es que los actores y actrices que tenían un tono
de piel menos oscura tenían más oportunidades de actuar en películas. La
creación de un cine afro-estadounidense, con personajes creíbles y no
estereotipados, tendría que posponerse durante unas décadas. Entre las
estrellas negras de la época: Abbie Mitchell, Tom Brown, Billy Harper, Wesley
Jones, Paul Robeson o Allie Gilliam, por citar algunos nombres.
Nuestra protagonista, Hattie
McDaniel (Wichita, 1893-Woodland Hills, 1952), fue la menor de una familia
numerosa de antiguos esclavos liberados. Nadie llegaría a sospechar que una
niñita, de poco más de un kilo de peso al nacer, llegaría a ser una de las
actrices más queridas de Hollywood. Fue también cantante y actuó en radio y, en
su última etapa, en la televisión. Hattie, que había comenzado su carrera en el
vodevil, junto a su padre y dos hermanos, fue la primera afro-estadounidense en
ganar el Óscar en 1940, premio que legó a la Universidad de Howard. En el año 2006
se le dedicó un sello postal del gobierno de los Estados Unidos, diseñado por
Tim O´Bryan en base a una fotografía de la actriz tomada en 1941. Mujer
comprometida, fue también pionera del movimiento en favor de los negros de su
país. Además de todo lo dicho, fue también una mujer pragmática que no dudó en
rebatir a quienes le criticaban por trabajar en papeles de criada doméstica: «Prefiero
actuar de sirvienta y ganar 700 dólares semanales que ser una sirvienta y ganar
7». Sabía muy bien de lo que hablaba pues había trabajado como criada muchos
años hasta conseguir un pequeño papel en 1932. Su salario semanal en Lo que
el viento se llevó era de 450 dólares semanales, frente a Vivian Leigth que
recibía la cantidad de 20.000 dólares.
En el año 1932, fecha
de su debut como actriz de cine, trabajó en varias películas; entre otras:
La
voz del aire o El horror al matrimonio. Trabajó
con todas las grandes estrellas como Humphrey Bogart, Henry Fonda, Bette Davis,
Olivia de Havilland, Errol Flynn, John Garfield, Ida Lupino, Vivian Leigth.
Clark Gable, Ann Sheridan o Marlene Dietrich, por citar sólo una muestra de su
larga carrera. Entre 1932 y 1949 actuó en 300 películas, aunque sólo se le dio
crédito en 80, en todas ellos como actriz de reparto.
El día de la entrega de
los Óscar, ceremonia realizada en un hotel con normas de segregación racial, en
la que no se permitía la entrada a los negros, McDaniel fue relegada a un lugar
discreto, lejos de sus compañeros de reparto. En 1947 se le detectó un cáncer
de mama mientras protagonizaba un show televisivo (The Behula Show).
Murió con 59 años, aunque no pudo ser enterrada en el cementerio principal
porque no se permitía que fueran enterrados en él las personas negras (la
segregación finalizó en 1965). En 1999, el mismo cementerio erigió un cenotafio
en su honor.
. Tendrían que pasar
casi quince años para que otra actriz negra, Dorothy Dandridge, fuera nominada
al Óscar de mejor actriz principal por su papel en Carmen Jones. Otra
actriz negra, Halle Berry, encarnó a Hattie en una película biográfica
televisiva, Presenting Dorothy, trabajo por lo que sería premiada con el
Premio Primetime Emmy y el Globo de Oro a mejor actriz. Este techo de cristal
se rompió en el año 2001 por su papel en Monster´s Ball, con el Óscar a
mejor actriz, siete décadas después de la creación de dicho premio. Berry fue
la primera actriz negra en recibirlo.
Como recoge Jill Watts,
biógrafa de Hattie, en su libro Hattie McDaniel: Ambición negra, Hollywood
blanco, la vida de la actriz se mantuvo en una perpetua lucha, una especie
de malabarismo para intentar complacer a todo el mundo: jefes, comunidad negra
e, incluso, ella misma. Como diría en cierta ocasión: «Siempre estoy actuando.
Supongo que es la histrionisa que hay en mí››. Herencia familiar, se puede
concluir, pues su familia, pese a las dificultades y la discriminación, fue
pionera del entretenimiento, preparando obras de teatro para los miembros de la
comunidad negra. Hatti, con una de sus hermanas montaron en 1914 un minstrel
show (Compañía de las Hermanas McDaniel). Hasta su incorporación a la industria
del cine, explica su biógrafa, compaginó sus trabajos como cantante y escritora
de blues con trabajos como empleada doméstica o cocinera para llegar a fin de
mes.
Empujada, por la
depresión causada por el Crack de 1929, desempleada, Hattie haría sus maletas y
«con 20 dólares en el bolso››, se subió a un autobús rumbo a Hollywood. La gran
ocasión fue representar a Mammy, a pesar de que cierto sector de la
comunidad negra rechazaba, como ya indicamos, que se prestara a perpetuar
estereotipos. Se dice que el estudio utilizó a McDaniel para calmar a los
líderes negros que luchaban por los derechos civiles. El productor de Lo que
el viento se llevó, el poderosísimo David O. Selznick,
fue consciente de que McDaniel destacaba en la película, pero no fue capaz
de resistirse a la petición de la ciudad de Atlanta, que le impuso la no
asistencia de ningún actor negro a su estreno en diciembre de 1939. En su
lugar, McDaniel recibió un telegrama de la autora de la novela, Margaret
Mitchell, que decía: «Ojalá hubieras podido oír los aplausos››.
Fue la primera actriz
negra ingresar en la Motion Picture Country Home, la organización benéfica que
ofrece asistencia y cuidados a los trabajadores de la industria y su familia.
En broma, decía que quería que su epitafio rezara: «Bueno, lo he tocado todo
menos el arpa››. En uno de sus poemas afirmaba: «Entrenada en el dolor y el
castigo, / me he abierto camino a tientas a través de la noche, / pero la
bandera aún ondea en mi tienda, / y solo he empezado a luchar››.
Rosa
M. Ballesteros García
Vicepresidenta del
Ateneo Libre de Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”
[1] En su primera edición en 1929,
la ganadora del Óscar a la mejor actriz fue para Janet Gaynor, dando vida a
Diane, una prostituta, en el film El Séptimo cielo, estrenada en 1927.
[2] El Minstrel (fue un género
teatral musical típicamente estadounidense (1840 y 1900). Aunaba la ópera
inglesa con la música de origen negro, procedente de las plantaciones del Sur.
Con connotaciones racistas, siempre con actores blancos, que pintaban sus caras
de negro para interpretar canciones y bailes donde imitaban a los negros de
forma cómica.