domingo, 24 de abril de 2022

Cine mudo y cásicos

                               NUESTROS CLÁSICOS EN EL CINE MUDO

 

                                           «Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero,

porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia,

madre de las ciencias todas»

(Don Quijote de la mancha. Parte I, Cap. XXI)

 

La idea de capturar, crear y reproducir el movimiento por medios mecánicos es muy antigua, pero el paso definitivo lo consiguieron los hermanos Lumière en 1895 con su primera proyección pública en París. Había nacido el cinematógrafo, si bien ya existían antecedentes como la cámara oscura, la linterna mágica, el fusil fotográfico o el taumatropo o («maravilla giratoria»)[1]. La técnica para captar la realidad por medios luminosos había sido ya desarrollada por los inventores del daguerrotipo y la fotografía, a mediados del siglo XIX.

Las primeras proyecciones fueron documentales como la salida de los trabajadores de una fábrica (propiedad de los Lumière), o la salida de un tren que parecía abalanzarse sobre los espectadores, lo que provocó un general pavor de los asistentes, creyendo que el tren los atropellaría, ambas de 1895. Muy pronto los documentales dieron paso a las primeras películas con argumento y hasta hace relativamente poco los manuales asignaban al corto El regador regado, la primacía de ser el primer film de humor, de un minuto de duración[2], pero investigaciones posteriores sacaron a la luz La Fée des choux (El hada de las coles), otro corto realizado el mismo año del anterior (1895-1896) que relata una historia basada en un cuento popular. La cuestión es que este había sido escrito, dirigido e interpretado por una mujer: Alice Guy Blaché, algo insólito, pero esta es una más de las ocultaciones de la historia cuando se trata de dar protagonismo a la obra de una mujer. En España, ese mismo año, Eduardo Jimeno rodaba la que es considerada (hasta la fecha) la primera película (documental) rodada en nuestro país: Salida de misa de doce de la Iglesia del Pilar de Zaragoza. La primera película totalmente sonorizada de producción española es Carceleras, estrenada en 1932, basada en la zarzuela homónima[3], dirigida por José Buchs, con Raquel Rodrigo y Pedro Terol.

Por otro lado, desde sus primeros pasos, la industria del cine ha contado sus historias bebiendo de las fuentes literarias que llegarían al público. Desde entonces, son incontables las obras que se han llevado a la gran pantalla: desde los clásicos griegos a los grandes novelistas franceses y rusos; desde las obras de Shakespeare a nuestros grandes clásicos: Cervantes, Calderón, Tirso o Zorrilla, dramaturgos en los que ponemos el foco con algunas de las obras que se produjeron, dentro y fuera de España, durante la época del cine mudo (1898 y 1929) cuando ya se comenzaban a realizar películas habladas[4].

De los autores citados, uno de los autores más representados, dentro y fuera de España, es Miguel de Cervantes, padre de una de las obras inmortales de la literatura universal: Don Quijote de la Mancha, obra que ha sido versionado en géneros de terror, fantástico, musicales, de comedias, de animación, western, e incluso existe un Don Quijote erótico, una humorada producida en USA en los años 70  titulada The amorous advenures of Don Quixote and Sancho Panza dirigida por Raphael Nussbaum, con los actores Corey John Fisher (Quijote) y Hy Pike (Sancho).

La primera proyección basada en el de la triste figura se produjo en 1898 en Francia por la productora Gaumont. En años posteriores se seguirían produciendo películas basadas en el mismo personaje en producciones francesas, hollywoodenses, del Reino Unido, italianas, danesas y varias españolas. Y la saga sigue con ingentes producciones internacionales y nacionales en el cine hablado y televisión, pero esto ya rebasa la relación que proponemos y que haría interminable el artículo.

Fueron muy importantes los directores que abordaron las aventuras de nuestro Quijano: los italianos Ferdinand Zecca, Amleto Palermi, Aldo Molinari, Ubaldo Maria del Colle; los norteamericanos George Marshall, Travers Wale, Lewin Fitzhamon, Edward Dillon, Harley Knooles; los franceses Lucien Nonguet, Émile Cohl, Camille de Morlhon, André Hugón; el británico Maurice Elvey; el danés Lau Lauritzen y finalmente los españoles Narciso Cuyás, Adrià Gual y Armando Pou.

Vemos, pues, que desde la primera producción francesa en 1898 y la española de 1927 de Armando Pou son muchas las películas que tienen como inspiración las obras de Miguel de Cervantes, especialmente de su personaje más carismático, Alonso Quijada, más conocido como Don Quijote. Estrellas del cine mudo, como Maurice Vinot, Claude Garry, DeWolff, Carl Schenstrøm le dieron vida en la pantalla. De sus Novelas Ejemplares llevadas al cine se cuentan La gitanilla, con producciones de 1914 y otra de 1922 con las actrices Elisa Beltrán, Gladys Cooper y Ginette Maddie; La ilustre fregona (1927) con María Muniain y El curioso impertinente, dirigida en 1908 por Narciso Cuyás.

Otro de nuestros clásicos, Pedro Calderón de la Barca, ha inspirado con sus obras a varios realizadores españoles y extranjeros. Entre sus obras: El alcalde de Zalamea, estrenada en 1914 y dirigida por Adriá Gual; en 1920 el alemán Ludwig Berger dirigió Der Richter von Zalamea. De otra de sus obras, Venganza gitana, el norteamericano George Fitzmaurice dirigió una película con guion de la escritora Leonore J. Coffe con Ronald Colman y Vilma Banky, dos estrellas del momento. También de otro clásico Lope de Vega: La moza del cántaro se hizo una producción USA en 1924.

De Tirso de Molina y José Zorrilla se produjeron varias películas mudas. Del primero, el austriaco Paul Czinner dirigió el drama Doña Juana (1928) con la actriz Elisabeth Berger y su productora: Elisabeth Bergner Poetic Film Co. De José Zorrilla se han llevado durante la época del cine mudo varias versiones, siendo la primera de ellas la producción mexicana Don Juan Tenorio (1900) dirigida por Salvador Toscano y el actor Paco Gavilanes como Don Juan. Producciones españolas de 1908, 1922 (con Fortunio Bonanova e Inocencia Alcubierre) y 1927 (con José Benítez y Carmen Navarro). Fueron dirigidas, respectivamente, por Ricardo de Baños, de Baños/ Fortunio Bonanova y Juan Andreu.

Como en el caso de las obras de Cervantes, especialmente en el caso de Don Juan Tenorio, son numerosas las producciones tanto nacionales como internacionales que han revisado el mito a través de varios géneros en películas habladas. Grandes estrellas como René Cardona, Douglas Fairbanks o Errol Flynn no supieron resistirse al

 

                                Rosa M. Ballesteros García

                Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena

                             

                 EL ATENEO LIBRE DE BENALMADENA

                              “benaltertulia.blogspot.com”

                          “anteneolibredebenalmadena.com”



[1] Se trata de un juguete que reproduce el movimiento mediante dos imágenes, de forma que al girar rápidamente se obtiene la ilusión óptica de que ambas están juntas. Su invento fue en 1824.

[2] Realmente lo que escenifica una escena cómica, sin argumento.

[3] Esta versión es un remake de la muda de 1922.

[4] La primera película totalmente hablada se estrenó en julio de 1928, titulada Lights of New York, dirigida por Bryan Foy. La primera película sonora (muda con intertítulos) se remontaba a un par de años antes, 1926: Don Juan, dirigida por Alan Crosland. La acción se desarrollaba en Roma, en la época de los Borgia

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