MIGUEL DELIBES
El 17 de Octubre de 1920 nació el
escritor Miguel Delibes Setién en Valladolid, ciudad en la que, asimismo, murió
el 12 de Marzo de 2010 a los 89 años de edad. Se cumple por tanto en este
Octubre de 2020 el centenario de su nacimiento y representa una ocasión propicia para no olvidar a este
escritor personalísimo, hombre de carácter fuerte, serio e inaccesible pero de
trato cordial y sencillo que nunca se valoró a sí mismo, y que definió la
novela como la triple conjunción de un hombre, un paisaje y una pasión.
Su educación y primeros pasos
tienen lugar en un ambiente ilustrado en una familia en la que era el tercero
de ocho hermanos. Su padre, Adolfo Delibes era Catedrático de Derecho de la
Escuela de Comercio de Valladolid, institución fundada en 1887 como Escuela
Elemental de Comercio y evolucionada a Escuela Superior de Comercio (1902), a
Escuela Universitaria de Estudios Empresariales (1972) y a Facultad de Comercio
en la actualidad. Su abuelo materno Miguel María de Setién fue un destacado
abogado y político carlista.
Cursó el bachillerato en el
Colegio de Lourdes (carmelitas) terminándolo en 1936 y enrolándose en la marina
sublevada durante la guerra civil sirviendo en el crucero Canarias. Terminada
la contienda vuelve a Valladolid ingresando en la Escuela de Comercio, pasando
al terminar el ciclo de estudios a la Facultad de Derecho y simultáneamente a
la Escuela de Artes y Oficios local, lo que le valió que le contrataran como
caricaturista en “El Norte de Castilla” en el que además escribía las crónicas
cinematográficas. En 1943, a los 23 años, obtiene la cátedra de Derecho
Mercantil y comienza a dar clases en la Escuela Superior de Comercio. En 1946
se casa con Ángeles de Castro, y
comienza su carrera literaria.
En 1947 publica “La sombra del
ciprés es alargada” (una reflexión sobre el pesimismo que acompaña al autor que se confiesa
melancólico y triste) que fue Premio Nadal, en 1949. En 1950 publica “Aún es de día” en donde describe una historia
realista de personas defraudadas por la pobreza y la falta de ilusiones, un
espejo de la España del momento que le crea problemas con la censura, problemas
que aumentaron cuando en sus clases enjuicia el triunfo de los llamados
“nacionales” al que él mismo había contribuido. En 1950 publica “El camino” en
el que narra el descubrimiento por un niño, que vive en un pueblo triste y sin
futuro, de la vida en el momento de tener que marcharse a estudiar fuera.
En 1952 lo nombran subdirector
del periódico y sus desencuentros con la censura aumentan. En 1953 publica “Mi
idolatrado hijo SisÍ”, (una sátira moral contra el egoísmo, la soberbia y el
clasismo) en 1954 “La partida”, en 1955 “Diario de un cazador”, maravillosa
exaltación del mundo rural con sus aflicciones sociopolíticas del momento,
(Premio Nacional de Narrativa), en 1956 “Un periodista descubre América”, en
1957 “Siestas con viento sur” (Premio Fastenrhat), en 1958 “Diario de un
emigrante” otra crítica social profunda de su momento histórico (en este mismo
año fue nombrado director del periódico), y en 1959 “La hoja roja” donde un
funcionario rememora su vida al borde de la jubilación.
A partir de 1960 comienza su
apogeo literario, marcado por su viaje a Alemania donde visita varias
universidades y sigue publicando (“Historias de Castilla La Vieja”, “Por esos
mundos” y “Las ratas” una descarnada crítica de las condiciones de vida de su
tierra, que fue Premio Nacional de la Crítica).
Sus divergencias con el ministro
Manuel Fraga provocan su dimisión de la dirección del periódico y se marcha 6
meses a Estados Unidos como profesor invitado en la Universidad de Maryland. A
su vuelta publica “Cinco horas con Mario”, “USA y yo”, “Parábola de un
náufrago” y “Un año de mi vida”.
En 1973 es elegido miembro de la
Real Academia Española y de la Hispanic Society of América. En 1974 fallece su
mujer, con la que había tenido siete hijos, 18 nietos y dos bisnietos, hecho
insuperable que marca profundamente su vida. Sigue publicando “Las guerras de
nuestros antepasados” y “El disputado voto del señor Cayo” (donde señala de
manera magistral la diferencia entre la política y el pueblo).
A partir de 1980 llegan los
homenajes y reconocimientos. Publica “Los santos Inocentes” (extraordinaria
denuncia de la relación humana entre opresores y oprimidos) y recibe el
homenaje del “VII Congreso Internacional de Libreros”, al año siguiente recibe
el “Premio Príncipe de Asturias de las Letras”, en 1983 “Doctor Honoris Causa”
por la Universidad de Valladolid, en 1984 “Premio de las Letras de la Junta de
Castilla y León” y “Libro de Oro” de los libreros españoles. En 1986 “Caballero
de las Artes y las Letras” de la República Francesa, “Hijo Predilecto de
Valladolid”, “Doctor Honoris Causa por la UCM”, y en 1990 por la Universidad
del Sarre (Alemania), en 1991 “Premio Nacional de las Letras Españolas”,
Homenaje de la Universidad de Málaga en el “V Congreso de la Literatura
Española Contemporánea” y en 1991 se celebra el “Encuentro con Miguel Delibes”
en Madrid en el que se estudió su obra a través de siete conferencias y cuatro
mesas redondas.
En 1998, con 79 años, publica su
última gran novela “El hereje” un homenaje a Valladolid que fue Premio Nacional
de Narrativa. Se crea la “Cátedra Miguel Delibes” con sede en las universidades
de Valladolid y Nueva York para difundir la literatura española. En 2007 recibe
el “Premio Quijote” de las Letras Españolas, y se crea “El Centro Cultural
Miguel Delibes”.
En 2010 a los 89 años de edad
falleció en su domicilio de Valladolid como consecuencia de un cáncer de colon
diagnosticado 12 años antes. Incinerado
y sepultado en el Panteón de Hombres Ilustres de Valladolid a donde se
trasladaron así mismo las cenizas de su esposa. El Ayuntamiento crea la “Biblioteca Miguel
Delibes” y a final de ese mismo año se constituye la “Fundación Miguel Delibes”
de cuyo legado forman parte los libros del escritor, unos 10.000 volúmenes
reunidos a lo largo de su vida.
La obra de Delibes, se contextualiza
en la postguerra y por tanto en plena dictadura, y supone la toma de posición
de un auténtico cronista en la sombra que a través de un costumbrismo realista,
superior a todo lo publicado en ese momento, fustiga y critica con dureza las difíciles
circunstancias que se vivían tras la guerra civil, pobreza, miseria, miedo, desesperación,
etc. evidenciando un compromiso ético con los valores humanos que él
circunscribe a la España rural y específicamente a la castellana sin perder
nunca de vista el trasfondo social.
Sus personajes son realistas,
sencillos y naturales, que pueden identificarse con él mismo, cumpliendo el
axioma de que el estilo es el hombre, en su propio apego al terruño y a las
tradiciones, en cuyas raíces asienta una cultura milenaria basada en un
individualismo esencial como valor humanístico frente a la masificación y
deshumanización de la vida moderna de las grandes ciudades. Nos anticipa
cuestiones como la España despoblada, el ecologismo o el progresismo aunque su
marchamo es de narrador, costumbrista, antes que de pensador.
Su narrativa es escueta, simple,
directa y sencilla. En él lo importante es tener algo que contar, algo que
denunciar y luego resolver la forma en que hay que contarlo para que llegue al
lector que es la labor más difícil del novelista, lo demás depende de la
personalidad, la formación y los recursos del escritor. Todas sus obras tienen
un calado social profundo, a veces casi oculto por su empática forma de
escribir, que permiten valorar una
capacidad y valía insuperables.
Es sin lugar a dudas uno de los
escritores más importantes de nuestro siglo XX y uno de los principales
referentes de la literatura en lengua española.
Jesús Lobillo Ríos
Presidente del Ateneo Libre de
Benalmádena
¡Estupendo! Muchas gracias. 👍👏👏👏
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