KENZABURO OÉ
UN NOBEL ESCONDIDO EN EL SILENCIO
El término
“englobamiento”, no forma parte del léxico español; lo utiliza Antonella Romano
como subtitulo de un ensayo sobre la empresa historiográfica que
investiga la llegada a China de los misionarios europeos en la segunda mitad
del siglo XVI[1],pero
también podría aplicarse a la obra de Kenzaburo Oé, como englobamiento o abrazo
total de cuantos aspectos abarca el hecho cultural, sus manifestaciones y los
instrumentos con los que se visibiliza. Oé desarrolla de forma extraordinaria,
las conexiones entre aquellas manifestaciones ya sean occidentales o netamente
japonesas, construyendo textos de alta intensidad intelectual cuyo soporte es la sensibilidad no exenta de erotismo,
delicadeza y en ocasiones crudeza;
aspectos que encajan en la tradición narrativa japonesa y que son, a la vez , comprensibles en la
occidental sin mayor dificultad ; hay en ellos
algo más que una cuestión de equilibrios, se trata de la interiorización de la pertenencia al conjunto
sin dejar en absoluto la parte.
La
aplicación del término englobamiento a la vida y obra de Kenzaburo nos
puede servir para interpretar un mapa de instrumentos culturales, cada conjunto
de ellos localizado en su propia
capa de identidades
socio-geográficas, incluyendo en ellas el vector del tiempo. Incorporar la
relación entre instrumentos y estructuras diferenciadas de pertenencia con
resultados coherentes es, sin lugar a duda, algo que aparentemente ocurre en el
Japón contemporáneo, pero que puede interpretarse como impostación cuando se
escarba un poco. Sin embargo, en Oé es una realidad sólida, algo que se percibe
como natural, porque él abraza el mundo en todas sus geografías y
manifestaciones. Hablar de influencias, en su caso, es minimizar el impacto;
hay algo más profundo que la mera influencia, hay aprendizaje, orientación,
entrañamiento
Ferviente admirador de Proust
(realizó su tesis sobre su obra), de los poetas Yeat y William Blake; la lista
de narradores occidentales que influyeron en su pensamiento es larga :
Faulkner, Cervantes, Dostoievski…., entre los que habría que destacar a Malcom
Lowry por el impacto que tuvo en él la lectura de “Bajo el volcán”, junto con su etapa en México. En sus novelas realiza con notable éxito el
enlace entre esa realidad occidental japonesa que él vive en primera persona
con sus colaboraciones en universidades en el extranjero y sus orígenes que
refleja en los bosques , su familia, amigos de infancia, adolescencia y
formación académica. Sus textos responden a lo que el mismo opina con respecto al papel de la narrativa; por citar un ejemplo, en “Cartas a los años de
la nostalgia” nos dice a través de su interlocutor:
Hasta ahora, cuando escribías en
primera persona, para evocar tus recuerdos de infancia durante la guerra, o para reflejar la angustia de un
joven que vive en una gran ciudad inhospitalaria
(Tokio), veía en ello una fuerza persuasiva. Ese “yo”, era ciertamente , en
muchos aspectos el propio escritor ,
pero este era a la vez un narrador que reflejaba la realidad social de su época. Una obra literaria es un fenómeno
social.
Oé, responde de
alguna manera, a la observación de Ruth Benedict ( “El crisantemo y la espada” )
[2]sobre
los japoneses y su afición a hablar de si mismos; utiliza de forma casi constante su propia
vida como hilo conductor de su narrativa. La vida como objeto de reflexión,
como representación de un Japón transformado, incluido en el mundo occidental o
como receptor de un legado de características universales. Su pensamiento,
transmitido a través de su obra, parece circular en paralelo con el resto del
país, pero siempre encontrando el
entronque con el pasado contándonos sus
vivencias, a veces, las más, con nostalgia, otras como sucesos irremediables formadores
de su personalidad.
Leer a Oé
requiere un esfuerzo de reflexión, acercamiento a los contextos por los que se mueve y, desde luego, reconocer a
los autores que cita y transcribe en múltiples ocasiones. No caba duda que ese
mosaico de influencias occidentales, representen mejor que otros autores, la
universalidad que ha deseado alcanzar su país. Fue un intelectual comprometido con su tiempo y su
espacio , pero demasiado olvidado de los lectores y las bibliotecas.
Manuel
del Castillo Molina
Secretario
del Ateneo Libre de Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”
[1] Antonella Romano-
“Impresiones de China, Europa y el englobamiento del mundo (siglos XV-XVII)”:
Editorial Ambos Mundos ,2018
[2] Ruth Benedict; “El
crisantemo y la espada”; Alianza editorial, El libro de bolsillo; 1974
[3] Aspirando sinceramente a
una paz internacional basada en la justicia y el orden, el pueblo japonés
renuncia para siempre a la guerra como derecho soberano de la nación y a la
amenaza o al uso de la fuerza como medio de solución en disputas
internacionales.
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