domingo, 20 de noviembre de 2022

20 de noviembre de 2022

El amor de perdición de Camilo Castelo Branco

 

 

Al abrigo del movimiento político que se produjo el 25 de abril de 1974 en el vecino Portugal y puso fin a la dictadura ―mejor conocido con «Revolución de los Claveles»― se acuñó un eslogan que expresa muy claramente la visión desde este lado de la frontera: «Portugal, tan lejos, tan cerca». No obstante, el ideal de acercamiento y la idea de conseguir un «todo peninsular» ya se había empezado a promover, principalmente, por los círculos republicanos y socialistas de ambos países desde el siglo XIX[1] influídos, no cabe duda, por movimientos equiparables como la unión de Italia (Risorgimento) o la unificación de Alemania concluídos, respectivamente, en 1870 y 1871. Ese movimiento, al que nos venimos refiriendo, es conocido como «Iberismo».

            Sin embargo, no es de Iberismo de lo que vamos a tratar en este articulo, sino de uno de los escritores portugueses (y una de sus obras). Este escritor tiene el dudoso honor de encontrarse entre un puñado de autores que, llevados por eso que se ha denominado «misteriosa alma lusitana», tomaron el camino del suicidio. Miguel de Unamuno, autor del libro Por tierras de España y Portugal, publicado en 1907, tuvo estrecha relación con varios de ellos. Llegó a escribir que a varios de sus escritores más importantes «los mató la vida». Posteriormente, en 1911, extendió su opinión al pueblo en general al calificarlo de «pueblo suicida». En esa fecha ya se habían suicidado Soares dos Reis (1889), Antero de Quental (1891), Mouzinho de Albuquerque (1902) o Trindade Coelho (1908). Poco después les seguirían Manuel Laranjeira (1912)[2], Mario de Sá-Carneiro (1916) y la gran poeta Florbela Espanca (1930).

A todos estos nombres añadimos al lisboeta Camilo Castelo Branco (1825-1891), autor de la exitosa novela Amor de Perdición, escrita en 1862, donde narra el amor trágico de dos jóvenes ―en línea con Romeo y Julieta o Isabel de Segura y Juan Martínez de Marzilla (Los amantes de Teruel)―. Su novela no habría pasado de ser otra historia truculenta más si no añadimos que la obra está basada en hechos reales, y que fue escrita cuando Camilo estaba preso y vivía también un amor prohibido. Amor de perdición es una de las novelas más famosas de la literatura portuguesa y ha sido traducida a varios idiomas, además de haber sido adaptada varias veces para el cine: tres veces para el cine mudo, todas bajo el título de Um amor de Perdiçao; en 1914, dirigido por Francisco Santos; en 1918 por Jose Viana y en 1921 por George Pallu. De nuevo en 1943, ya en versión hablada, con Antonio Lopes Ribeiro y en 1978, dirigido por el ya mítico Manoel de Oliveira[3]. En 2008 el director Mario Barroso la llevó de nuevo a la gran pantalla.

Camilo Castelo Branco es uno de los autores más representativos de la literatura portuguesa y del Romanticismo tardío. Su vida, que por sí sola podría dar para una (o varias) novela, tiene todos los ingredientes que, de un modo u otro aparecerán en sus tramas. Amante de la vida bohemia, fue hijo de una relación extramatrimonial y huérfano, muy niño, que criaron unos parientes. Su vida desordenada se inició con una boda prematura a los 16 años, el abandono de la esposa y la muerte de su primera hija con sólo 5 años. Sus posteriores relaciones fueron tumultuosas, incluso llegó a raptar a una menor a la que le hizo un hijo y a los que acabó abandonando. Después siguieron varias relaciones, que acabaron siempre con escándalos, hasta que se cruzó en su camino una joven llamada Ana Plácido, nada agraciada, pero por lo relatan quienes la conocieron, tenía una gran inteligencia. Ambos se enamoraron locamente, si bien tampoco fue una relación fácil porque la joven estaba casada con un hombre muy rico que, descubriendo la relación que mantenía la pareja a sus espaldas, no dudó en denunciarlos por adulterio. Como consecuencia, la pareja pasó un año en la cárcel. La tragedia no terminó aquí. Fueron finalmente absueltos y el marido, se cuenta que, a causa de la indignación que le produjo el hecho, murió poco después. Ellos vivieron juntos hasta el suicidio de Camilo, quien, enfermo, agotado por los problemas con sus hijos (uno con problemas mentales y otro por su vida desordenada) y casi ciego a causa de la sífilis que había contraído en su azarosa vida. Cuando murió, había publicado novelas exitosas como la ya citada Amor de perdición y otras como Amor de salvación, La novela de un hombre rico o La brasileña de Prazins. Abordó también otros géneros como la comedia, la poesía, el periodismo, la biografía, la sátira, el ensayo; e hizo traducciones del inglés y del francés, estudios históricos, prefacios y también varios dramas para el teatro.

El argumento de la obra que queremos destacar: Amor de Perdición, fue elaborado por nuestro escritor durante el tiempo que estuvo preso y pudo acceder a los expedientes conservados en los registros de la cárcel, buscando pormenores de una historia que le había sido contada por familiares: la de su tío Simão Botelho, preso y condenado al exilio por haber asesinado a un rival en una relación amorosa. A Partir de estos hechos, escribió la historia de Simão y Teresa, hijos de familias rivales de Viseu. Una pasión prohibida, con desenlace infeliz, porque la joven Teresa ya estaba predestinada a otro pretendiente, primo de ella. La joven lo rechazó y, por ello, el novio, herido en su amor propio, convenció al padre de su amada para que fuera internada en un convento. Como resultado, Simão mató al primo pretendiente, se presentó voluntario ante las autoridades y, como consecuencia, se le condeno al exilio. No termina aquí la tragedia, porque al pasar por delante del convento el barco que lo conducía a la India, pudo divisar a su amada Teresa, que murió con esta visión consumida por la tristeza. Cuando Simão conoció la noticia también murió. A diferencia del personaje de la novela, el tío de Camilo, protagonista en la vida real, no tuvo un final trágico, porque siguió viviendo en el exilio.

La explanada donde se ubica actualmente el edificio del Centro Portugés de Fotografía en Oporto, ciudad donde tuvieron lugar los sucesos, fue anteriormente una cárcel donde estuvo recluído el escritor. Esta esplanada fue llamada, en homenaja a la conocida obra: «Amor de Perdición».

 

                                   Rosa Maria Ballesteros García

                       Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmadena

                                     “benaltertulias.blogspot.com”



[1] No obstante, antes de la Guerra de Independencia (1808-1814), un liberal afrancesado: el abate José Marchena ya lo había propuesto, y la Guerra, que alió a España y Portugal para expulsar a los franceses en un proyecto común, daría un gran impulso a este deseo, deseo que se vio frustrado por la llegada del Absolutismo de Fernando VII.

[2] Manuel Laranjeira (1877-1912), médico de profesión, define en estas frases este ese espíritu luso al que nos venimos refiriendo: «Eu sou um filho deste século de tristeza, de ansiedades impossíveis de satisfacer (…) O resultado é o homem exigir à vida coisas que ela não pode dar.

Yo soy un hijo de este siglo de tristeza, de deseos imposibles de satisfacer (…) el resultado es que el hombe exige cosas a la vida que ella no le puede dar. T.A.

[3]Manoel de Oliveira (1908-2015) fue considerado como el cineasta más prestigioso de su país y el más conocido internacionalmente. Es, además, uno de los dos directores de cine en estrenar una película con más de 100 años.

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