domingo, 13 de julio de 2025

Julio Anguita Gonzalez

                                         JULIO ANGUITA GONZALEZ

                           MAESTRO, HUMANISTA, COMUNISTA Y CORDOBÉS

 

Hablar y ponderar a un comunista significado, sigue siendo un atrevimiento en un país marcado durísimamente por la propaganda anticomunista, que solo puede soslayarse por la imagen integra, limpia y honesta de este cordobés de adopción, que aplicó como ninguno su ortodoxia política a la complicada transición española.

Nació en Málaga (Fuengirola, 1941), y tras breves estancias familiares en Sevilla y Galicia se asentó definitivamente en Córdoba en donde hizo el Bachillerato y estudió Magisterio, para continuar estudiando los cursos comunes de Filosofía en la Universidad de Sevilla y especializándose por ultimo en Historia Moderna y Contemporánea en la Universidad de Barcelona donde leyó su tesis de licenciatura en 1973, bajo la dirección del jesuita Nazario González.

Su niñez, juventud y adolescencia transcurrieron bajo el franquismo y en una familia de militares conservadores (bisnieto de un guardia civil, nieto de un agente del cuerpo de carabineros e hijo de un subteniente del ejército de Franco). Estudió, no obstante, en una escuela privada, la “Academia Hispana”, quizás no tan marcada por el integrismo religioso. Pero Córdoba le marcó profundamente de la misma forma en la que él dejó su impronta en ella. Siempre estuvo unido a las clases populares y se hizo un amante de la copla porque en ella se traslucían en verso muchas realidades del pueblo. Más tarde, ya ejerciendo como maestro en Montilla comenzó a plasmar la percepción de la realidad social que le rodeaba,  el hambre y la miseria que veía en sus alumnos y, como otros muchos, comprendió que sus principios ortodoxos no le servían para ayudar a sus semejantes. Conoció entonces a Rafael Balsera del Pino, director escolar local, dramaturgo y epicentro del grupo de intelectuales  antidictadura, “un volteriano cultísimo, refinado y antifranquista”, a cuya sombra se fraguaron sus futuras constantes políticas y al que reconoció siempre como su maestro.

En el declive de la dictadura comienza a compartir los anhelos de los grupos antifranquistas y a colaborar con los comunistas  en la conformación de la Junta Democrática con la que arrastró a gran parte del tejido docente provincial e incluso a otros sectores de la derecha conservadora, consiguiendo poner en la calle una manifestación de 2000 personas en el centro de Córdoba. Tras la legalización del PC, a cambio de aceptar la monarquía y renunciar a un excesivo protagonismo en la calle, es presentado en las listas para las primeras elecciones municipales consiguiendo la Alcaldía de Córdoba, a los 37 años de edad, merced a un pacto con UCD y PSOE.

Sin apenas experiencia comienza su labor municipal organizando una red de participación ciudadana, tropezando enseguida con los militares que consideraron humillantes una obra teatral autorizada a unos artistas plásticos, con la Monarquía que debió anular su viaje por resistirse a inaugurar el nuevo ayuntamiento comunista, con la Iglesia (“yo soy su alcalde pero usted no es mi obispo”), y con la atonía ciudadana que debido a las obras necesarias para mejorar la red de abastecimiento hídrico, debió sufrir el encarecimiento del agua casi  a precio de vino, por lo que, los jocosos cordobeses la  denominaron “fino Anguita”.

Aprendió mucho de esta  experiencia al comprender que la gestión no es neutra, que si dices la verdad tu oponente te entenderá mejor porque es necesario aliarse para conseguir cosas y por lo tanto a ampliar la participación ciudadana. En las siguientes elecciones tuvo mayoría absoluta.

Pero la crisis del PCE a nivel nacional se agudiza, el partido se desangra, sus principales mentores abandonan o son expulsados para fundar sus propios minipartidos, nada existe a  la izquierda del poder. Las políticas del PSOE triunfante no difieren en absoluto de las de UCD menguante. La respuesta del PC es la creación  de Izquierda Unida en 1986, que trata de reunir en un ímprobo esfuerzo a todos los sectores sociológicos de izquierda, en un “movimiento  político social y plural en lo ideológico y unitario en lo programático”. Y para dirigir este movimiento hace falta una personalidad fuerte y atemperada que no es otro que Julio Anguita, que ya había abandonado la alcaldía de Córdoba para impulsar un proyecto regional “la convocatoria por Andalucía”, con buenos resultados, y que le lleva poco después a  ser nombrado Coordinador General de Izquierda Unida.   

Se lanza desde su nuevo puesto a luchar por conseguir una sólida base estructural para su partido, rechazando las voces que piden su disolución, reivindica su carácter anticapitalista y de defensor de la clase trabajadora y enfrenta a su estructura con la supuesta democracia salida de la transición, se posiciona definitivamente contra la OTAN y contra el tratado de Maastricht que redefinía la Unión Europea manteniendo sus líneas neoliberales que no benefician a los marginados, y mantiene a IU al margen del PSOE con el que los posibles pactos se hacen cada vez más difíciles hasta el punto de que los socialistas  prefieren pactar con las derechas catalana y vasca para formar gobierno, rechazando su ofrecimiento  y patentizando su inclinación conservadora. La famosa teoría de las dos orillas explica esta separación que supone una nueva escisión dentro de IU de los que quieren convertir a esta última en un aliado o marca blanca del PSOE.

Julio seduce y convence por su estilo claro y didáctico “de maestro de escuela” como le achacan sus detractores. Sin embargo pese a sus esfuerzos y a sus mejoras electorales está solo y sus seguidores no terminan de aceptar sus ideas, le respetan y acompañan pero nada más. Un primer infarto cardiaco en 1993 le avisa, y un segundo en 1999 le proporciona la excusa para retirarse. En Diciembre de 2000 vuelve a reincorporarse como profesor de instituto en Córdoba. Ha dejado la política activa pero no su interés por la política. La muerte de su hijo en 2003, corresponsal de guerra en Irak, le hunde un poco más (“Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen”). No obstante, en sus últimas actuaciones Impulsa la creación del centro cívico “Somos Mayoría” y la “Unidad Cívica por la República”, y muestra su apoyo a los partidarios del 15 M.

Fallece en mayo de 2020. Solo dejó su pensión de maestro y un ordenador, aparte de un legado ejemplar para todos aquellos políticos coherentes con sus ideas.

 

                                                                 Jesús Lobillo Ríos

                                          Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                      “benaltertulias.blogspot.com”

Bibliografía.-

Serrano Sara.-“El inmenso legado político de Julio Anguita”. Diario Red 30/11/2023

J. Anguita, J. Andrade.-“Atraco a la memoria”. Akal 2015

Cadena Ser y eldiario.es.-“Anguita y Julio”.-Podcast narrativo. Mayo 2023


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