domingo, 31 de agosto de 2025

Ignacio Bolivar

                                                   IGNACIO BOLIVAR Y URRUTIA

        INVESTIGADOR, TAXÓNOMO, ENTOMÓLOGO Y POLÍTICO REPUBLICANO

 

Fue un biólogo de fama internacional como entomólogo y un decidido y eficaz impulsor de la investigación científica y la renovación pedagógica en España, gestor capaz y resolutivo que alcanzó  un prestigio similar al de Ramón y Cajal con el que colaboró en el funcionamiento de la Junta de Ampliación de Estudios (JAE), el más poderoso instrumento con el que contó España para su modernización el pasado siglo, y que al ser derogado por la barbarie franquista, le obligó a exiliarse, a pesar de su avanzada edad, en México en donde falleció olvidado de sus compatriotas.

Nació en Madrid en 1850, en donde realizó sus estudios universitarios licenciándose en Derecho por iniciativa familiar pero dedicándose a las Ciencias Naturales por inclinación personal al entrar en contacto con el Museo de Ciencias Naturales y con el Jardín Botánico en donde se impartían la mayoría de las asignaturas. En 1871 en pleno sexenio democrático fue uno de los catorce fundadores de la Sociedad Española de Historia Natural. En este mismo año participa en la fundación del Ateneo Propagador de Ciencias Naturales y dos años después en 1873 publica su trabajo: “Ortópteros de España, nuevos o poco conocidos”, culminando su licenciatura en ciencias. Sus excursiones pedagógicas por la sierra de Guadarrama y Gredos le permiten profundizar y aumentar sus conocimientos alcanzando en 1874 su doctorado en Ciencias, publicando en 1876 la “Sinopsis de los ortópteros de España y Portugal”, un trabajo de trescientas treinta y tres páginas que hacen avanzar las especies conocidas de poco más de cincuenta a ciento ochenta y una, pertenecientes a setenta y seis géneros.

En 1875 gana por oposición una plaza de ayudante de Zoología en el Museo de Ciencias Naturales y en 1877, a los veintisiete años, consigue la cátedra de Articulados de la Universidad Central. Está inmerso en los años más productivos de su labor investigadora. En 1901 es nombrado director del Museo que tras una serie de adversidades es trasladado en 1910 a un espacio adecuado en el paseo de la Castellana de Madrid en donde se siguen organizando y publicando sus colecciones.

Se mantuvo siempre muy unido a la Institución Libre de Enseñanza y en 1907, a la creación de la Junta de Ampliación de Estudios, es nombrado vocal de la misma. Fue así mismo Decano de la Facultad de Ciencias y miembro del Consejo de Instrucción Pública desde el que pudo reordenar los estudios de las carreras de ciencias, e impulsor de la Comisión de Estudios del Noroeste de África consiguiendo la publicación de las Memorias de la Real Sociedad Española de Historia Natural.

En 1921, recién jubilado, fue nombrado director del Jardín Botánico, cargo que mantuvo hasta 1930 y en donde llevó a cabo una modernización similar a la que había hecho en el Museo de Ciencias Naturales. En 1905 había fundado la revista “Eos” y en 1928 recibió la Medalla Echegaray que se otorgaba cada tres años, y la Sociedad Española de Historia Natural le preparó un homenaje con un tomo especial de sus Memorias.

Su prestigio nacional e internacional subió aún más en la década de los años treinta al ser nombrado académico de número de la Real Academia Española, y poco después, presidente de la JAE a la muerte de Cajal en 1934, y en 1935   presidió en Madrid el VI Congreso Internacional de Entomología.

Con el inicio de la guerra civil comienza la evacuación de las actividades docentes hacia Valencia primero y Barcelona después. Fue desposeído de su título de académico y se exilió con su hijo, también un reconocido entomólogo, a México, a los casi noventa años de edad, y, con el convencimiento de que no podría volver, manifestó: “voy a morir con dignidad”.

En México dirigió la sección de la Unión de Profesores Universitarios Españoles (UPUEE) y la publicación de “Ciencia. Revista Hispanoamericana de ciencias puras aplicadas” que se convirtió en la referencia simbólica del exilio científico republicano. Fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de México.

Falleció en 1944 recibiendo amplias demostraciones de reconocimiento y afecto por parte de sus colegas internacionales y apenas ninguna mención en España donde había sido convertido en un desconocido.

En Enero de 2019 el Gobierno Español reconoció la ilegitimidad de la actuación franquista, devolviéndole el diploma de académico numerario.

 

                                                                  Jesús Lobillo Ríos

                                        Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                       “benaltertulias.blogspot.com”

 

Bibliografía.-

Gomíz Blanco A. Real Academia de la Historia.

Martínez C.-MNCM.csic.es


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