domingo, 4 de mayo de 2025

Pilar Sarasola Llanas

                                                       PILAR  SARASOLA  LLANAS

                                                               VDA. DE LUQUE

Es una persona que constituye un hito en la evolución empresarial y política de nuestro país, no solo por ser mujer, que ya entrañaba una enorme dificultad, también por las circunstancias sociales, económicas y políticas en las que tuvo que desenvolverse con valentía y éxito, y pese a todo continúa siendo una gran desconocida en la Córdoba que le tocó vivir.

Nació en Gijón en el año 1905, hija de un vasco Ramón Sarasola Iribarren y de una aragonesa Victoria Llanas Aguilaniedo, realizando sus primeros estudios en Gijón y diplomándose en la Escuela de Comercio local, años en los que conoce por una relación epistolar a un librero cordobés llamado Rogelio Luque Díaz que recién llegado a Córdoba procedente de Priego, en donde había nacido en 1898, fundó, junto con su hermano Rafael, una librería en 1919 en un pequeño portal de la céntrica calle de La Plata que al año siguiente trasladaría, ya en solitario, a la contigua calle Diego León, y dos años más tarde, en 1923, a la aledaña calle del Conde de Gondomar. En ese mismo año de  1923 con 25 años se casa con Pilar que acaba de cumplir los 18 y amplían su librería que se va convirtiendo en un centro editorial y cultural cordobés. Tuvieron dos hijos Antonio y Rogelio.

La capacidad emprendedora de Rogelio sitúa la librería como centro de la vida intelectual cordobesa, colaborando desde el año 1925 en la revista “Popular”, de carácter quincenal, y editando la primera guía turística de Córdoba en 1929, llevada a cabo por el profesor Vicente Ortí Belmonte. Colaboró también en revistas como “La pluma”, “Los quijotes” y “Biblis”.

Paralelamente desarrolló  una tertulia de intelectuales que se reunían en el café “La Perla” en el que se integraban maestros, músicos, literatos, artistas y médicos que seguían una línea de pensamiento moderno, laico y naturista. Muchos de ellos participaron en el desarrollo del “esperanto”, un idioma esperanzador para facilitar la comprensión universal. En el año 1931 representó al partido socialista en su Congreso extraordinario.

Ni las actividades de la librería, ni la tertulia eran bien vistas por la clase conservadora cordobesa que tras el estallido de la sublevación militar del 18 de julio, aprovechando la crueldad del nombrado responsable de Orden Público, comandante de la Guardia Civil,  Luis Zurdo, hizo eliminar, sin ningún tipo de justificación legal, a la mayoría de sus componentes.

Un bando del Gobierno civil de principios de agosto insta a los libreros a entregar todas las publicaciones marxistas. Rogelio  Luque fue fusilado el 16 de agosto, con 39 años, por tener en su librería libros marxistas. Y poco después en la próxima Plaza de las Tendillas, centro neurálgico cordobés, ardían más de cinco mil libros, la mayoría procedentes de su librería.

Pilar Sarasola tenía en estos momentos 31 años, dos hijos y un negocio de libros cerrado. Pero su carácter y su entereza pudieron con todo, demostrando una valía excepcional en un país que postergaba a la mujer y que menospreciaba la inteligencia. Pasadas las furias iniciales comienza a escribir su extraordinaria historia. Volvió a abrir la librería con el retador nombre de “Viuda de Luque” y presidida por el busto en piedra que de su marido había hecho el escultor Enrique Moreno “el fenómeno”, otra de las víctimas de la tertulia y hombre también muy conocido en Córdoba.

Se entregó por completo al cuidado de sus hijos y a luchar por su librería. Nunca se quitó el luto. Su condición de mujer no menoscabó en ningún momento su capacidad de trabajo. A  falta de agentes editoriales y viajantes, viajó de continuo ella misma, en los deplorables ferrocarriles de la época a buscar material para su  negocio a Sevilla. Almorzaba casi habitualmente en la librería. Los domingos practicaba una afición muy cordobesa como era y es subir andando a las Ermitas en la sierra, y no faltaba anualmente más que en las vacaciones estivales que iba a la casa familiar en Gijón.

Poco a poco la librería Luque volvió a convertirse en un lugar de encuentro de intelectuales como los del grupo “Cántico” a finales de los cuarenta y en los cincuenta. Contaba incluso con su lugar recóndito donde conocer a los autores odiados por el régimen franquista y por tanto impublicables.

Los hijos, Rogelio desde 1947, y Antonio desde 1960,  comenzaron a ayudar a su madre  y con ellos consiguió salvar el bache importante que supuso el derrame cerebral que sufrió en 1961 del que consiguió recuperarse pese a que perdió por completo la capacidad de escribir. Pero, totalmente recuperada y con una sucursal abierta, veinte años más tarde, Pilar fallecería en 1981 y la librería seguiría abierta una década más y cambiando de emplazamiento, adaptándose a las circunstancias, sigue abierta en Córdoba dirigida por un nieto de Rogelio Luque, es decir, una tercera generación que ha conseguido superar el siglo de existencia.

Pilar Sarasola, una mujer excepcional, un empuje en la sombra, que lo dio todo en los momentos más difíciles imaginables, que hizo posible el proyecto familiar manteniendo un centro intelectual para los cordobeses, la gijonesa que abandonó su tierra por la de su marido, y que hoy día descansa junto a él en el Cementerio de San Rafael, contemplará con satisfacción la librería de su nieto en donde el rincón del abuelo mantiene con su busto el recuerdo de su marido  Rogelio Luque, pero ella no tiene busto, unos premios literarios la recuerdan puntualmente.   

                                                                         Jesús Lobillo Ríos

                                                 Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                             “benaltertulias.blogspot.com”

 

Bibliografía.

Guerra F.: “La medicina en el exilio republicano”. Universidad de Alcalá de Henares 2003

Moreno Gómez F.: “1936: el genocidio franquista en Córdoba”. Crítica 2008.

Moreno Gómez F: “La guerra civil en Córdoba (1936-1939). E. Alpuerto 1985.

Diario ABC. : “Pilar Sarasola y la Librería Luque”. 2009.


domingo, 27 de abril de 2025

Haties McDaniels

Hattie McDaniel: Lo que el viento no se llevó

 

Corría el mes de febrero de 1940, pocos meses  antes había estallado la Segunda Guerra Mundial en Europa y en los Estados Unidos, al otro lado del Atlántico, la Academia del cine inauguraba la 12ª edición de sus premios Óscar, una edición que iba a sorprender a los medios con la noticia inédita de que una actriz negra había logrado uno de los preciados premios: Se llamaba Hattie McDaniel y lo había ganado como mejor actriz de reparto en la exitosa película Lo que el viento se llevó, estrenada el año anterior.

Desde que se inaugurara la 1ª edición de los premios Óscar en 1929[1] (los más antiguos de la historia del cine), las actrices y actores negros habían estado siempre relegados a papeles secundarios, basados en tópicos humorísticos como el cómico ladrón, el esclavo inocente, leal y fiel o la obesa criada, rol al que dio vida Hattie en el premiadísimo largometraje ya citado (ganó 11 estatuillas ese año). Hattie fue la inolvidable Mammy, la fiel doncella de Escarlata O´Hara (Vivien Leigh), protagonista principal del film y ganadora, a su vez, del Óscar a la mejor actriz.

Como es de sobras conocido, la comunidad afro-estadounidense tardaría muchas décadas en tener una representación justa en el mundo del cine, aunque, si nos remontamos a las primeras representaciones en los que aparecen, encontramos actores y actrices secundarios de poca relevancia, en papeles estereotipados, como ya apuntamos, una tradición, por otra parte, heredada del mundo del vodevil y del minstrel show[2]. Ejemplo de ello son los cortometrajes Watermelon Eating Contest (1896) o Watermelon Contest (1900), ambos dirigidos por el canadiense James H. Wither (1872-1944). Como sus títulos sugieren, en el primero dos negros compiten por ver quién es el primero en comerse una gran tajada de sandía; en el siguiente, cuatro hombres negros comen sandía de manera compulsiva.

Por otro lado, en los primeros cortometrajes de ficción los principales personajes negros solían interpretarlos blancos pintados de negro (algo también heredado de la tradición vodevilesca). Ejemplo clásico del estereotipo de criado leal lo tenemos en el corto de D.W. Griffith His Trust (1911). El primer negro que produjo y distribuyó sus películas sería William D. Foster (1860-1940) en 1910; actor, director y productor de varias comedias (que aspiraban a evitar los típicos estereotipos) como: The Fall Guy (1912) o A Woman's Worst Enemy (1918). Son dos ejemplos. Otro afro-estadounidense, Hunter C. Haynes (1867-1918), hijo de esclavos, también intentó distribuir sus cortometrajes cómicos a través de compañías como Afro-American Film Company, Vitagraph Motion Picture Company o Haynes Photoplay Company, si bien la primera persona que obtuvo un gran éxito con la Lincoln Motion Picture Company fue el actor y director Noble Johnson (1881-1978) con Realization of a Negro’s Ambition (1916), la primera película con reparto integral que no se servía de estereotipos. El primer cineasta negro en hacer películas de calidad y sin estereotipos fue el autor y director Óscar Micheaux (1884-1951), quien merecería un artículo especial. A modo de anécdota, y que no se suele mencionar, es que los actores y actrices que tenían un tono de piel menos oscura tenían más oportunidades de actuar en películas. La creación de un cine afro-estadounidense, con personajes creíbles y no estereotipados, tendría que posponerse durante unas décadas. Entre las estrellas negras de la época: Abbie Mitchell, Tom Brown, Billy Harper, Wesley Jones, Paul Robeson o Allie Gilliam, por citar algunos nombres.

Nuestra protagonista, Hattie McDaniel (Wichita, 1893-Woodland Hills, 1952), fue la menor de una familia numerosa de antiguos esclavos liberados. Nadie llegaría a sospechar que una niñita, de poco más de un kilo de peso al nacer, llegaría a ser una de las actrices más queridas de Hollywood. Fue también cantante y actuó en radio y, en su última etapa, en la televisión. Hattie, que había comenzado su carrera en el vodevil, junto a su padre y dos hermanos, fue la primera afro-estadounidense en ganar el Óscar en 1940, premio que legó a la Universidad de Howard. En el año 2006 se le dedicó un sello postal del gobierno de los Estados Unidos, diseñado por Tim O´Bryan en base a una fotografía de la actriz tomada en 1941. Mujer comprometida, fue también pionera del movimiento en favor de los negros de su país. Además de todo lo dicho, fue también una mujer pragmática que no dudó en rebatir a quienes le criticaban por trabajar en papeles de criada doméstica: «Prefiero actuar de sirvienta y ganar 700 dólares semanales que ser una sirvienta y ganar 7». Sabía muy bien de lo que hablaba pues había trabajado como criada muchos años hasta conseguir un pequeño papel en 1932. Su salario semanal en Lo que el viento se llevó era de 450 dólares semanales, frente a Vivian Leigth que recibía la cantidad de 20.000 dólares.

En el año 1932, fecha de su debut como actriz de cine, trabajó en varias películas; entre otras: La voz del aire o El horror al matrimonio. Trabajó con todas las grandes estrellas como Humphrey Bogart, Henry Fonda, Bette Davis, Olivia de Havilland, Errol Flynn, John Garfield, Ida Lupino, Vivian Leigth. Clark Gable, Ann Sheridan o Marlene Dietrich, por citar sólo una muestra de su larga carrera. Entre 1932 y 1949 actuó en 300 películas, aunque sólo se le dio crédito en 80, en todas ellos como actriz de reparto.

El día de la entrega de los Óscar, ceremonia realizada en un hotel con normas de segregación racial, en la que no se permitía la entrada a los negros, McDaniel fue relegada a un lugar discreto, lejos de sus compañeros de reparto. En 1947 se le detectó un cáncer de mama mientras protagonizaba un show televisivo (The Behula Show). Murió con 59 años, aunque no pudo ser enterrada en el cementerio principal porque no se permitía que fueran enterrados en él las personas negras (la segregación finalizó en 1965). En 1999, el mismo cementerio erigió un cenotafio en su honor.

. Tendrían que pasar casi quince años para que otra actriz negra, Dorothy Dandridge, fuera nominada al Óscar de mejor actriz principal por su papel en Carmen Jones. Otra actriz negra, Halle Berry, encarnó a Hattie en una película biográfica televisiva, Presenting Dorothy, trabajo por lo que sería premiada con el Premio Primetime Emmy y el Globo de Oro a mejor actriz. Este techo de cristal se rompió en el año 2001 por su papel en Monster´s Ball, con el Óscar a mejor actriz, siete décadas después de la creación de dicho premio. Berry fue la primera actriz negra en recibirlo.

Como recoge Jill Watts, biógrafa de Hattie, en su libro Hattie McDaniel: Ambición negra, Hollywood blanco, la vida de la actriz se mantuvo en una perpetua lucha, una especie de malabarismo para intentar complacer a todo el mundo: jefes, comunidad negra e, incluso, ella misma. Como diría en cierta ocasión: «Siempre estoy actuando. Supongo que es la histrionisa que hay en mí››. Herencia familiar, se puede concluir, pues su familia, pese a las dificultades y la discriminación, fue pionera del entretenimiento, preparando obras de teatro para los miembros de la comunidad negra. Hatti, con una de sus hermanas montaron en 1914 un minstrel show (Compañía de las Hermanas McDaniel). Hasta su incorporación a la industria del cine, explica su biógrafa, compaginó sus trabajos como cantante y escritora de blues con trabajos como empleada doméstica o cocinera para llegar a fin de mes.

Empujada, por la depresión causada por el Crack de 1929, desempleada, Hattie haría sus maletas y «con 20 dólares en el bolso››, se subió a un autobús rumbo a Hollywood. La gran ocasión fue representar a Mammy, a pesar de que cierto sector de la comunidad negra rechazaba, como ya indicamos, que se prestara a perpetuar estereotipos. Se dice que el estudio utilizó a McDaniel para calmar a los líderes negros que luchaban por los derechos civiles. El productor de Lo que el viento se llevó, el poderosísimo David O. Selznick, fue consciente de que McDaniel destacaba en la película, pero no fue capaz de resistirse a la petición de la ciudad de Atlanta, que le impuso la no asistencia de ningún actor negro a su estreno en diciembre de 1939. En su lugar, McDaniel recibió un telegrama de la autora de la novela, Margaret Mitchell, que decía: «Ojalá hubieras podido oír los aplausos››.

Fue la primera actriz negra ingresar en la Motion Picture Country Home, la organización benéfica que ofrece asistencia y cuidados a los trabajadores de la industria y su familia. En broma, decía que quería que su epitafio rezara: «Bueno, lo he tocado todo menos el arpa››. En uno de sus poemas afirmaba: «Entrenada en el dolor y el castigo, / me he abierto camino a tientas a través de la noche, / pero la bandera aún ondea en mi tienda, / y solo he empezado a luchar››.

 

                                         Rosa M. Ballesteros García

                          Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena

                                       “benaltertulias.blogspot.com”



[1] En su primera edición en 1929, la ganadora del Óscar a la mejor actriz fue para Janet Gaynor, dando vida a Diane, una prostituta, en el film El Séptimo cielo, estrenada en 1927.

[2] El Minstrel (fue un género teatral musical típicamente estadounidense (1840 y 1900). Aunaba la ópera inglesa con la música de origen negro, procedente de las plantaciones del Sur. Con connotaciones racistas, siempre con actores blancos, que pintaban sus caras de negro para interpretar canciones y bailes donde imitaban a los negros de forma cómica.


domingo, 20 de abril de 2025

Manuel Ruiz Maya

                                                    MANUEL  RUIZ  MAYA

                                        CREADOR DE LA PSIQUIATRIA PENAL

Fue un médico eminente que contribuyó de forma espectacular a la creación de la Psiquiatría Moderna, dotando de bases científicas a los manicomios o “casas de locos” y deslindando la cobertura legal de la enfermedad, de la penal, en los procesos judiciales. Nacional e internacionalmente reconocido por sus aportaciones científicas, más de doscientos trabajos escritos, entre las que destacan el tratado de “Psiquiatría  penal y civil” editado en 1931, notable literato, autor de novelas, practicó el periodismo médico y fue miembro de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. Como representante del republicanismo cordobés fue asesinado sin ningún tipo de apariencia legal en los inicios de la guerra civil.

Había nacido en Espiel en abril de 1888, cuarto hijo de Fabián Ruiz Briceño, hombre de gran cultura y espíritu liberal, que ejerció de abogado, Juez, Magistrado y Presidente de la Audiencia de Jaén,  y de Adelaida Maya Arévalo. Realizó los estudios de bachiller en el Instituto de Cabra, y desde 1903 a 1910 los universitarios en la Facultad de Medicina de Granada obteniendo 19 sobresalientes y 13 matrículas de honor. En esta época se adhiere a la “Asociación Española para el Progreso de las Ciencias”, cuyo órgano de difusión “El ideal médico” mantuvo editando hasta 1931.

Comienza de inmediato su ejercicio profesional en la Compañía Minera de Cerro Muriano en las minas próximas a Córdoba en donde tropieza con las condiciones deplorables que sufrían los trabajadores y cuyo empeño por favorecerlos le obliga a dejar el puesto en apenas un año.

Vuelve a Madrid, en 1913, a realizar su tesis doctoral que titula “Lesión no incluida en la ley de accidentes de trabajo” en la que comienza a manifestar su vocación médico-legal que acrecienta en  la publicación de un trabajo en junio de 1915 titulado “Un imbécil condenado a muerte” en el que analiza el resultado condenatorio del juicio, en el que había actuado como perito, ante la deficiencia intelectual del reo, autor de un doble parricidio, criticando las imperfecciones de la justicia penal y de los peritajes, desencadenando una gran campaña social involucrando a las academias científicas e instituciones oficiales.

En 1916 obtiene el título de Maestro Nacional en la Escuela de Magisterio de Jaén, actividad que desarrolla en la Escuela Superior de Maestros de Córdoba en donde  ejerce como profesor especial de Fisiología e Higiene y de Legislación. También ejerció de Inspector Médico Escolar. Así mismo en este mismo año, con 28 años de edad, ingresa en la “Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba” con un discurso titulado “La ideación fenómeno físico químico”.

En 1919 es nombrado médico de guardia del Hospital Provincial de Agudos de Córdoba, y al año siguiente obtiene por oposición la plaza de numerario de la sección de Psiquiatría, ubicada en el Hospital San Pedro de Alcántara, y publica en “Ideal Médico”, su concepto de la Especialidad y los requerimientos necesarios para llevar a cabo una reforma de la Institución Psiquiátrica Hospitalaria y la creación de un nuevo hospital en Córdoba. Ejerció como Médico de Atención Domiciliaria de la Beneficencia Municipal de Córdoba y como Tocólogo organizando el popular servicio de puericultura “La gota de leche” en el barrio de San pedro que funcionó hasta los años sesenta. También fue Inspector Municipal de Sanidad.

En 1921, al fundarse la “Academia de Ciencias Médicas de Córdoba”  elaboró sus estatutos y su reglamento, siendo nombrado secretario general. En 1929 se funda “El Ateneo Médico de Córdoba” cuyo instigador  es de nuevo Ruiz Maya que es nombrado director tras redactar sus estatutos y reglamento como una institución de tipo práctico. Ejerció de forma abundante el periodismo médico.

Pero su auténtica dedicación fue siempre la Psiquiatría llevando la organización y desarrollo del Nuevo Hospital Psiquiátrico que se ubicó en el antiguo de la Misericordia, y donde fue su promotor y único director. Su obra médica alcanza más de doscientos artículos científicos en los que preconiza el carácter terapéutico de la hospitalización y confía siempre en la curación de los enfermos y en su reeducación. Era miembro de las Sociedades de Psiquiatría y Neuropsiquiatría desde su fundación.

En 1931 publica su obra magna, el tratado de “Psiquiatría penal y civil”, obra de referencia en Medicina Legal y texto básico en América Hispana, que fue reimpresa en Córdoba por CajaSur en 1999 y en la que desarrolla sus conceptos de irresponsabilidad y de inimputabilidad de los enfermos mentales. Pero su compromiso cívico queda manifiesto en sus obras literarias como “Yo y los demás” (1914) “La ciudad del deber” (1917), “Los libertadores del campo” y “Los incultos” (1920). Incluso dejó pergeñada una obra de teatro, “De espaldas”, que no llegó a estrenarse por causa de la guerra civil.      

Como activista político sindical son conocidas sus actuaciones en pro de los mineros de Cerro Muriano y como político se integró en 1929 en la formación del Partido Radical Socialista de su colega y amigo Marcelino Pascua, que organizó y presidió en Córdoba formando el “Bloque de intelectuales cordobeses”, cuyos estatutos y reglamento redactó, en su apoyo y en la preparación de la llegada de la II República cuya instauración proclamó el 14 de abril de 1931 en la Plaza de las Tendillas.

En ese mismo año es nombrado Gobernador Civil de Almería y en 1933 designado “Director General de Prisiones” cargo que ejerció en el tercer gobierno de Azaña desde el 7 de mayo hasta el 14 de septiembre, una designación que fue bien acogida por los funcionarios. El  gobierno siguiente le encarga la redacción del Reglamento Orgánico de los Servicios de Prisiones junto a Victoria Kent y Luis Jiménez de Asúa. 

En 1934 se retira de la política y de la medicina permaneciendo en su casa dedicado a actividades profesionales. Estaba enfermo, padecía de una doble insuficiencia cardiaca y era consciente de su debilidad vital. Estallada la guerra civil en 1936 se sabe perseguido y el propio general Cascajo, gobernador militar de Córdoba, con el que tenía cierta amistad, le propone que se retracte y que se marche para evitar la presión de influyentes personajes de la derecha cordobesa que exigían su eliminación. El día 13 de Agosto fue detenido en su casa y tras dos días en los que fue interrogado por el Comandante Luis Zurdo, el día 15 fue eliminado de dos pistoletazos en la nuca en la Cuesta de los Visos en uno de los crímenes más execrables cometidos en la guerra civil española. Tenía 48 años.

En 1945 se inició un expediente contra él por las autoridades franquistas y otro en 1950  por el Tribunal para la  Represión de la Masonería

En 1970 el Colegio de Médicos de Córdoba elegía presidente a su hijo Manuel Ruiz Maya Chinchilla, que a su vez era director del nuevo Hospital Psiquiátrico.

El Ayuntamiento de Córdoba le dedicó una calle en el barrio de Vista Alegre, apenas una pequeña muestra de agradecimiento hacia este prócer de la Medicina que sigue esperando el reconocimiento que merece.

                                                                      Jesús Lobillo Ríos

                                                Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                             “benaltertulias.blogspot.com”

 

Bibliografía

Colegio Oficial de Médicos de Córdoba. “La dinastía de los Ruiz Maya”. Concórdoba 2003.

Moreno R. M. ”Manuel Ruiz Maya” Generaciones de Plata.

Guerra F. “La medicina en el exilio republicano. Universidad de Alcalá de Henares 2003

Moreno Gómez F. “1936: el Genocidio Franquista en Córdoba” Crítica 2008


domingo, 13 de abril de 2025

El tamaño importa

                                                      EL TAMAÑO IMPORTA

 

El ADN soporta el software que codifica los distintos programas que dirigen la vida de cada uno. Ahí viene encriptada la información que decidirá si tu voluntad te dejará ser tú mismo o seguirás el curso de una corriente que no controlas porque la independencia se está haciendo cada vez más costosa en la era de la híper comunicación. El origen del primer ADN es aleatorio fruto de probabilidad bayesiana, entendiendo por tal la capacidad adivinatoria de un espectador ante la ejecución de un penalti. De todas las posibilidades que se pueden dar, incluidas las absurdas como darle un balonazo al árbitro, la predicción más acertada colocará el balón en la portería o sus alrededores porque la experiencia dice que eso es lo que suele ocurrir cuando se juega a la lotería del penalti. Supongo que el éxito de la evolución se basa en manejar información acumulada a la hora de elegir entre opciones factibles sin entretenerse en probar todas las posibles. El futuro dejado a la suerte manejando cartas marcadas para que lo más probable acabe siendo lo más adecuado. Podría hablarse de que la evolución actúa con conciencia de lo que hace.

Una de las estrategias de la evolución ha sido apostar por el aumento de masa como se ve en el caso de los dinosaurios. El ADN también buscó aumentar su eficacia creciendo, seguramente siguiendo el ejemplo de las bacterias, hasta que entendió que llegado un límite el tamaño deja de ser una ventaja para convertirse en una carga. Eso que ignoraban los arquitectos de la Torre de Babel lo conoce desde siempre el automatismo biológico. Las células procariotas primitivas evolucionaron aumentando su tamaño hasta que aprendieron dos de los trucos más rentables que existen para prosperar, el primero que la unión hace la fuerza y el segundo que la especialización inherente a la diversidad aumenta la eficacia de manera exponencial. De ahí que procedieran a fundirse con otras células en el proceso de simbiosis y que decidieran formar equipos en los que el grupo fuera más que la suma de las partes. La simbiosis trajo la reproducción sexual que implica intercambio de ADN además de otros alicientes que hacen que la vida sea agradable a ratos.  Cuando el ADN alcanzó el tamaño crítico optó por fabricar secuencias, llamadas intrones, que no codifican proteínas, pero que sustituyen la función reguladora de proteínas que habían perdido eficacia al llegar a su tamaño crítico. Así que los intrones hacen de proteínas sin serlo resolviendo de camino el acertijo ¿qué fue antes la gallina o el huevo? referido al enigma de las enzimas que controlan la función genética que al ser proteínas dependen del código genético. Pudiera ser que los intrones controlaran funciones genéticas como la conciencia controla funciones nerviosas. Otro acertijo: ¿qué fue antes la conciencia o la respuesta? Después lo hablamos.

Si Darwin y Wallace tienen razón la vida surgió en la Tierra debido a una serie de procesos automáticos, no sé si improbables o inevitables, que disiparon entropía aprovechando recursos naturales sin necesidad de creador. Hay que recordar que la ley más inflexible de la física es el 2º principio de la termodinámica: “ningún proceso automático puede ocurrir con descenso de  entropía” (dS/dt ≥ 0, donde S es la entropía) a pesar de lo cual “eppur si mouve”. Aunque han pasado 165 años de la publicación del libro “El origen de las especies”, el peso muerto de la idea de un creador sigue lastrando el subconsciente colectivo. Que cada cual analice si se siente evolutivo o con atributos especiales de origen externo que lo diferencian del resto de los seres vivos. Si participa del libre albedrío otorgado por un ente superior o se reconoce como un sistema complejo adaptativo. Sea cual sea la opinión de cada uno el caso es que no hay indicios de dirección externa. Lo que somos se ha guisado en familia.

Desde los experimentos de Benjamín Libet se asume que el cerebro puede tomar decisiones que se adelantan a la conciencia lo que habla en favor del automatismo del Sistema Nervioso Central (SNC) incluida la conciencia. La propiedad que hace que el SNC esté un paso por encima de las máquinas artificiales y en lo posible de la IA es la reflexión. Es fácil entender que un supuesto creador omnipotente dotara a su prototipo preferido de la capacidad de reconocerse y actuar con criterio propio. Estamos tan condicionados por la prédica que ni siquiera nos planteamos admirar la maravilla de la inteligencia humana desconectada de cualquier atributo divino. El mito del árbol de la ciencia en el Paraíso más que una tentación bajo la recompensa ¡seréis como dioses! es expresión de sorpresa de alguien que acaba de intuir el misterio de reconocerse así mismo sin espejo en el que mirarse. No es que llegaréis a ser dioses, es que ya lo sois al poder trasvasar pensamientos elaborados por vosotros mismos. Envidiar la inteligencia humana es lo menos que puede hacer cualquier demonio que pretenda seducir al hombre. El paso siguiente es entender el milagro que permite a la materia organizarse de manera automática hasta llegar a la reflexión, tener voluntad, comunicarse y ser capaz de fabricar máquinas que de momento mejoran las prestaciones de cálculo y que amenazan con superar al fabricante. Hasta ahora no se ha encontrado en la composición de los seres humanos ninguna sustancia especial que los distinga del polvo de la tierra, falta el soplo divino porque lo que somos es fruto de organización automática de la materia.

 

                                                           Salvador Peran Mesa

                                                 El Ateneo Libre de Benalmádena

                                                      “benaltertulias.blogspot.com”


domingo, 6 de abril de 2025

Aurelio Robles Acosta

                                                       AURELIO  RAMOS  ACOSTA

                      EL APOSTOL LAICO QUE PREFIRIÓ LA MEDICINA A LA POLÍTICA

Fue una figura clave en la modernización de la medicina malagueña, que permanecía anclada en los principios ancestrales socioreligiosos dirigidos férreamente por el doctor Gálvez Ginachero. Activista político y defensor de la medicina social que consideró como un derecho fundamental para todas las clases sociales. Demostró su capacidad organizativa y de dirección en la defensa de Málaga ante el ataque de las tropas rebeldes en la guerra civil.

Nace en Cómpeta (Málaga) en 1893, hijo de Ramiro Ramos y Catalina Acosta, matrimonio de ideas conservadoras dedicado al comercio y a la construcción y bien relacionado con los  círculos pudientes malagueños. Realizó sus estudios de Bachillerato en Málaga y los universitarios en Madrid, residiendo de 1912-15 en la Residencia de Estudiantes, y Santiago de Compostela en donde se licenció en 1917, para volver a Madrid a obtener el doctorado en 1922 con la Tesis: ”La reacción de Schick, índice terapéutico de la difteria”. Inició su especialización en Otorrinolaringología en el Instituto Médico-Quirúrgico de la Encarnación de la mano del otorrino malagueño, doctor Jiménez Encina y en 1921 fue nombrado jefe de ORL de la Asociación Ferroviaria Médico-Farmacéutica.

Durante este periodo madrileño estuvo en contacto y participó pronunciando conferencias en el Ateneo. Se integró con un grupo de profesionales que organizaban un Congreso sobre La Reorganización Sanitaria que no aceptaron su idea de considerar los problemas sociales del ejercicio médico por lo que desistió de participar en el evento. Recibió una beca de la Junta de Ampliación de Estudios (JAE) para ir a estudiar a Londres donde estuvo seis meses recibiendo una mención especial del University Collegue por sus investigaciones.

A finales de 1922, ya en Málaga fue nombrado jefe de ORL del Dispensario Antituberculoso e  inicia su ejercicio privado. En 1924 participa en las oposiciones a médicos de la Beneficencia Municipal siendo nombrado médico supernumerario con el número 1, y en 1932 ganó por oposición su plaza de ORL en este organismo.

Colaboró de forma asidua con la “Revista Médica de Málaga” con el pseudónimo de “Asoka” donde manifestó sus puntos de vista sobre los problemas profesionales y sanitarios, defendiendo la salud como un derecho fundamental. Propició la fundación de un Ateneo de Ciencias Médicas dentro del Colegio de Médicos, en el que denunció los estatutos del Colegio por impuestos sin la participación de los médicos. En una sesión ordinaria del Colegio apoyó junto con 30 médicos una moción de censura que consiguió la dimisión de su presidente, el doctor Gálvez Ginachero.

Perteneció a la Agrupación de Médicos Liberales, a la Sociedad Española de Amigos del País y sobre todo al Partido Radical Socialista, del médico Marcelino Pascua, que había contribuido a fundar en Málaga, y del que se desempeñó como secretario general, publicando un artículo “La revolución de la Sanidad” en el que preconizaba una sanidad pública fuerte con capacidad de atender a la clases populares, basada en un  desarrollo de la capacidad asistencial municipal y que había demostrado su eficacia en la Unión Soviética. Fue presentado a las elecciones generales de 1933 obteniendo un escaño junto con el médico comunista Cayetano Bolívar, pero su experiencia en la escasa posibilidad de conseguir beneficios rápidos para Málaga sobre todo en cuestión de escuelas le hizo renunciar a esta actividad y volver al ejercicio profesional.

Ya en Málaga de nuevo y una vez superado el golpe de estado de Julio de 1936, fue requerido por el Delegado del Gobernador Civil de Málaga para organizar la sanidad hospitalaria, cometido en el que configuró como hospital de sangre al Hotel Myramar de 300 camas para absorber a los pequeños centros que habían ido surgiendo al efecto de las necesidades de la guerra y descongestionar al Hospital  Noble y al Hospital Civil, consiguiendo instalar dos quirófanos, un botiquín y laboratorios de análisis de rayos x, así como montar una biblioteca comenzando a dar cursillos para enfermeras y personal auxiliar a partir de primeros de septiembre.

Presidió la Comisión de Defensa Antiáerea desde la que envió instrucciones a la población para sortear las dificultades que pudieran llegar como los gases asfixiantes. También aceptó el encargo de reorganizar la Beneficencia Municipal obviando escalafones y reglamentos previos y terminó trasladando las camas del Hospital Noble al Hotel Regina. Por último el 13 de Octubre toma posesión de la dirección del Hospital Civil Provincial sustituyendo al Dr. Gálvez Ginachero jubilado por edad, con lo que controló toda la atención hospitalaria malagueña.

El día 8 de febrero de 1937 con las tropas rebeldes entrando en Málaga, tras poner a salvo a su familia (estaba casado con Elvira y tenían dos hijas, María Victoria y Aurelia) continuó en su puesto de trabajo en el hospital hasta el último momento, iniciando su propia evacuación a pié, puesto que su coche y su chofer habían sido utilizados por otros, por la ruta de “la Desbandá” pero sus condiciones físicas le hicieron ver al llegar a Maro que no podía seguir por lo que volvió a Nerja y se entregó al jefe local de la falange que lo encerró en la Prisión Provincial el 14 de Febrero. Hubo intentos ineficaces para intercambiarlo por la hija de Gálvez Ginachero rehén de guerra en Valencia. El día 1 de Mayo de 1937 un Consejo de Guerra Sumarísimo lo condenó a muerte que le fue notificada el día 8, negándose a firmarla, y el día 9 por la mañana fue fusilado en las tapias del Cementerio de San Rafael. Tenía 43 años.

 

                                                                             Jesús Lobillo Ríos

                                                       Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                                   “benaltertulias.blogspot.com”

 

Bibliografía

Robles F.-“Aureliano Ramos Acosta”. Malagueños ilustres 2005.

Barranquero E. “Aurelio Ramos Acosta”. Generaciones de Plata. Fundacióndescubre.es

Guerra F. “La medicina en el exilio republicano”. U. Alcalá de Henares 2003.    


domingo, 30 de marzo de 2025

José Robles Pazos

Dos Passos, Hemingway y Robles: Un triángulo roto

 

 

‹‹Los problemas que surgen entre un hombre y sus amigos

no son con frecuencia más que el resultado de hacerse viejo››.

Dos Passos: Años inolvidables, 1966

 

Esta es la historia de uno de tantos asesinatos no resueltos. Es también la historia de tres intelectuales (dos norteamericanos y un español), amigos y espectadores de nuestra Guerra Civil. Se llamaban John Dos Passos, Ernest Hemingway y José Robles Pazos. Los dos primeros habían nacido en Illinois en 1896 y 1899, respectivamente; José Robles lo había hecho en la gallega Santiago de Compostela en 1897. De los tres, fue el primero en morir en Valencia, en extrañas circunstancias, como veremos, en 1937 (se ignora la fecha exacta). Hemingway se suicidó en 1961, arrastrando y contribuyendo a lo que parece una larga saga familiar de muertes violentas por suicidio: su propio padre, uno de sus exsuegros, sus hermanos Úrsula y Leicester, su hija (trans) Gloria y su nieta, la actriz Margaux Hemingway son ejemplo de lo dicho. De los tres, sólo Dos Passos lo hizo de forma no voluntaria en 1970 en la ciudad de Baltimore.

A nuestros tres protagonistas los unía su rechazo al fascismo, aunque ninguno de ellos militó en ningún partido político. Sus biógrafos y quienes escribieron sobre ellos suelen coincidir en una ideología cercana al socialismo. El propio Hemingway, en carta a su mejor biógrafo, Carlos Baker (Hemingway: The writer as Artist) lo explica: ‹‹Había por lo menos cinco partidos en la Guerra Civil española en el lado de la República (…)  no pertenecí a ninguno (...) No tenía más partido que un profundo interés y amor por la República››. Tanto Hemingway como Dos Passos forman parte de la llamada ‹‹generación perdida›› de escritores estadounidenses que vivieron en Europa (especialmente París) durante el período de entreguerras: Scott Fitzgerald, Thomas Wolfe, Jhon Steinbeck, William Faulkner, Gertrude Stein o Sylvia Beach, entre otros. Dos de los autores citados, Faulkner y Hemingway, fueron galardonados con el Nobel.

Hemingway se enfrentó el fascismo, cara a cara, cuando entrevistó a Mussolini en los años 20, describiéndole como ‹‹el mayor farol de Europa››, anticipando con ello al dictador que llegaría a ser. Cuando, en 1924, los Fascios asesinaron al diputado socialista Giacomo Matteotti, su muerte rubricó su antifascismo. Es notoria la admiración que sentía por España, donde llegó por primera vez en 1923. Fruto del tiempo que residió aquí es una de sus obras más celebradas: Fiesta, publicada en 1926. Cuando estalló la guerra civil en 1936 Hemingway regresó a España como corresponsal de la North American Newspaper (colaborando con el fotógrafo Robert Capa y coincidiendo con la periodista Martha Gellhorn, que se convertiría en su tercera esposa). Y en nuestro país se encontraba cuando en 1937 el documentalista holandés Joris Ivens invitó a Hemingay y Dos Passos para trabajar en el guion de una de sus películas más célebres, Tierra de España.

Dos Passos, descendiente de portugueses y buen conocedor de nuestro país, donde estuvo instalado una larga temporada en 1916. Como su colega y amigo, inspirado por España, escribirá su novela Rocinante vuelve al camino. En Madrid tuvo la oportunidad de conocer a Juan Ramón Jiménez, Valle Inclán y deleitarse con el arte de Pastora Imperio. Recordando aquella época escribió: ‹‹Aunque me gustaba mucho Italia, España seguía siendo mi favorita››. Para acercarnos a su posición ideológica un ejemplo: cuando en 1927 se produjo en los EE.UU. la ejecución de los anarquistas Sacco y Vanzetti, escribió varios artículos censurando la violencia, lo que le situaría en adelante en la lista negra.

De nuevo en 1932, recién estrenada la Segunda República, Dos Passos regresa a España y describe, y así lo hace constar en sus memorias, el posicionamiento de lo que se ha dado en llamar ‹‹dos Españas›‹. A su paso por Santander alude al «odio en los rostros de las gentes elegantemente vestidas, sentadas en las mesas de los cafés (…) mientras contemplaban a los sudorosos socialistas volviendo de la plaza de toros con sus hijos y sus cestas y sus banderolas›› Y termina: ‹‹Si los ojos fueran ametralladoras, ni uno solo hubiera sobrevivido aquel día».

 De nuevo en 1937 vuelve a España, esta vez a instancias del cineasta holandés Joris Yvens para colaborar, junto a su todavía amigo Ernest Hemingway, en el guion del documental La tierra española, pero al conocer la desaparición de su amigo y traductor, el gallego José Robles Pazos (las fuentes coinciden en que fue a manos de los servicios secretos soviéticos), rompió de forma definitiva con Hemingway. Dos Passos dolido por la escasa sensibilidad del otro ante el sufrimiento humano (así lo recuerda en su obra Años inolvidables). Se trataba de un dilema moral que ya asoma en el planteamiento del guion en el que iban a colaborar: Dos Passos quería darle protagonismo a la población y Hemingway lo planteaba desde una visión más pragmática y política. Haciendo marcha atrás en el tiempo, nos podemos imaginar a los dos amigos sentados, alrededor de una mesa del madrileño hotel Florida, centro neurálgico de todo lo que se cocía en la capital, discutiendo sobre el tema y sobre la ‹‹desaparición›› de su viejo amigo José, a quien Dos Passos había conocido, hacía tantos años, en un destartalado tren camino de Toledo. No podía aceptar que su amigo fuera un ‹‹espía fascista›› La amistad duraba ya un par de décadas; después José, por mediación de Dos Passos atravesó el charco para ir a dar clases a Baltimore, en la progresista Universidad Jhons Hopkins, la universidad privada más antigua, fundada en1876, que fue la primera universidad dedicada a la investigación en los Estados Unidos. Su curiosidad intelectual lo había llevado, en los años 20, a aprender ruso (también dominaba el francés y el inglés) para poder leer a Puskin. El estallido de la guerra le sorprendió durante sus vacaciones en España, pero no quiso regresar a su trabajo. Comprometido con el gobierno republicano, se presentó voluntario como traductor para los rusos, siendo asignado como intérprete y colaborador del general soviético Vladimir Gorev, enviado por el gobierno de la URSS como asesor militar para apoyar al Ejército Popular de la República.

A partir de aquí nace la incógnita no aclarada, pero con varias hipótesis con relación a su desaparición, si bien es cierto que en un ambiente que era de paranoia aguda, cualquier aproximación puede ser plausible. No obstante, hay una especie de consenso que apunta a que el motivo pudo ser que era un hombre que ‹‹sabía demasiado››ó, que el todopoderoso Alexander Orlov tuvo que mediar en el hecho y que después de ser interrogado en las checas de la NKVD (germen del KGB), desapareció sin dejar rastro, si bien el inquieto y comprometido Dos Passos, autor de la imprescindible Manhattan Transfer intentó seguir el rastro de su traductor, sus pesquisas molestan a Hemingway que defiende por encima de todo la causa republicana. Jamás volverán a hablarse, si bien en la novela de Hemingway París era una fiesta, publicada en 1964, su autor, de forma malévola, carga contra Dos Passos: ‹‹cada dólar que gana le desplaza un poco más a la derecha››.

Tras licenciarse en 1918 en Filosofía y Letras, José Robles Pazos filólogo, traductor, profesor de literatura española y pintor comenzó a trabajar como profesor de Literatura española. En 1919 se casó con Márgara Villegas, hermana de Amparo Villegas, célebre actriz de la época. El matrimonio tuvo dos hijos: Francisco, nacido en Madrid y una hija, Margarita, que nació en Estados Unidos. Entre abril de 1927 y enero de 1928 colaboró en La Gaceta Literaria, en la sección titulada «Libros yankis», donde comentaba aspectos y novedades literarias de aquel país, acompañándolo algunas veces con ilustraciones propias. Fue el traductor de dos obras de Dos Passos:  Rocinante vuelve al camino y Manhatan Transfer. Compaginó su labor docente con sus trabajos de erudición, especializándose en el teatro clásico español. De aquellos años en España se publicó un poemario titulado Invierno en Castilla y otros poemas, publicado por la editorial sevillana Renacimiento. La película de Yvens se rodó, aunque Dos Passos no figura en los títulos de crédito. La película la llegó a ver Roosevelt.

Dos Passos, tras la desaparición del amigo, se hizo cargo de su familia. Junto a Carrington Lancaster, el antiguo jefe del español en la Johns Hopkins, consiguieron documentos para que la viuda pudiera cobrar el seguro de vida americano de su marido. El bueno de John había estado pagando las cuotas de la póliza durante todo ese tiempo. El hijo mayor de José se enrolaría en las filas del ejército del Frente Popular, fue preso y condenado a muerte que le conmutará en 1944. Finalmente, la familia se establecerá en México.

Al parecer, cuando vinieron a buscar a José Robles, estaba leyendo a Poe.

 

                                    Rosa M. Ballesteros García

                        Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena

                                    “benaltertulias.blogspot.com”


domingo, 23 de marzo de 2025

Manuel Marques Rodriguez

 

 

              MANUEL MARQUEZ RODRIGUEZ  Y  TRINIDAD ARROYO VILLAVERDE

   UN MATRIMONIO DE MÉDICOS, OFTALMÓLOGOS, CIENTIFICOS, DOCENTES Y EXILIADOS

 

Los duelos con pan son menos, lo que quiere decir que pese a la tragedia que supone una emigración, hay ocasiones en que sus secuelas dolorosas se sobrellevan mejor en compañía y se pueden extraer de ellas éxitos perdurables para sí propio y para todos los demás. Es el caso del matrimonio Márquez-Arroyo que tras triunfar sobradamente elevando la práctica de la Oftalmología y la formación de oftalmólogos a sus mayores niveles en su propio país, continuaron su desarrollo ascendente en México tanto en el conocimiento de la oftalmología,  como la formación de oftalmólogos en calidad y cuantía similar a la de su propia patria.

Manuel Márquez Rodríguez nació en Villaseca de la Sagra (Toledo) en 1872 en el seno de una familia modesta, pero gracias a una beca consiguió estudiar Medicina en  Madrid, obteniendo sobresalientes y matrículas en casi todas las asignaturas. Fue alumno interno por oposición en el Hospital de San Carlos y en el Hospital Provincial, licenciándose en 1895 y defendiendo su tesis doctoral al año siguiente sobre “Las parálisis alternas” con Premio Extraordinario, y pasando a trabajar en el Hospital del Buen Suceso en su servicio de Oftalmología, rama de la medicina a la que empezó a dedicarse de forma absorbente, consiguiendo becas para trabajar en Paris con Antonelli, en Viena con Wintersteiner y en Friburgo con Axenfeld, hasta que en 1901 fue nombrado jefe del Servicio de Oftalmología.

En 1902 obtuvo la plaza de profesor auxiliar de Terapéutica de la Universidad de Madrid, y en 1906 obtuvo por oposición la cátedra de Terapéutica de la Universidad de Santiago de Compostela, y en 1908, por traslado, esta misma cátedra en Madrid. En 1911 fue nombrado primer catedrático de Oftalmología de Madrid a propuesta de la Real Academia de Medicina y del Consejo de Instrucción Pública. En 1934 fue designado Decano de la Facultad de Medicina

Trinidad Arroyo Villaverde nació en Palencia en 1872, estudiando el bachillerato y la carrera de Medicina en Valladolid entre 1889 y 1895, acompañada siempre por su hermano Benito también médico, y tutelada en todo momento por su padre, un empresario que le ayudó a sortear todos los problemas que como mujer pudieran presentársele, y doctorándose al año siguiente en Madrid, con una tesis acerca de “el efecto de ciertos preparados sobre el normal funcionamiento de la musculatura ocular”. Se especializó en Oftalmología en la Escuela Libre de Oftalmología del Instituto Oftálmico Nacional con el doctor Santiago de los Albitos. En 1898 volvió a Palencia donde comenzó a trabajar privadamente hasta contraer matrimonio en 1902  con Manuel Márquez, al que había influenciado para dedicarse a la oftalmología, estableciendo su domicilio y una consulta privada floreciente en Madrid desde 1911 hasta 1936, firmando por sí misma sus propios trabajos desde el principio, y siendo profesora ayudante de la Facultad de Medicina en la que su marido era catedrático. Fue fundadora del Lyceum Club de Madrid y presidenta de honor de la Asociación de Médicas Españolas, así como colaboradora de la revista “La medicina social española”.

En 1936 con el estallido de la guerra civil el matrimonio Márquez-Arroyo se mantuvo al lado de la República iniciando un periplo, a partir del final de ese año, que le llevaría a Valencia, a Barcelona y a París, y desde aquí tras recibir diversas oferta se marcharon a establecerse en México, país en el que desarrollaron una fructífera labor docente.

En México, particularmente relevante fue la labor docente del Profesor Márquez organizando cursos de formación de oftalmólogos, siendo nombrado Profesor de Oftalmología de la Escuela de Medicina y Profesor de Óptica de la Escuela de Optometría. Hizo importantes aportaciones sobre la refracción ocular y especialmente sobre la optometría cuyas escalas de medición diseñó él mismo, contribuyendo a mejorar la terapéutica ocular, mediante el estudio de la neuro-oftalmología y la motilidad ocular. Diseñó diversos artilugios operatorios para mejorar la cirugía ocular.       

Entre sus publicaciones destacan “Lecciones de oftalmología clínica”, “Elementos de Terapéutica general” y “Lecciones de oftalmología clínica general y especial”. Aportó estudios valiosos sobre el tratamiento del desprendimiento de retina, sobre el astigmatismo y sobre el quiasma óptico analizando la teoría de Cajal sobre el entrecruzamiento de las fibras nerviosas y la imagen invertida.    

En el campo historiográfico publicó “Uso de los anteojos”, “El Doctor D. Andrés García Calderón”, “El Doctor Santiago de los Albitos”, “André Rochon Duvigneau”, “Los procedimientos blefaroplásticos del cirujano montañés Argumosa”, “Cajal, investigador y maestro”, “Cajal y la neuro-oftalmología”, etc.

Miembro numerario de la Asociación Médico Quirúrgica de Madrid (1902), y de la Academia Nacional de Medicina (1916). Consejero de Sanidad en 1924 y de Instrucción Pública (1928)

Fue presidente de la Sociedad Oftalmológica de Madrid (1915) y de la Hispanoamericana (1920), y del Congreso Internacional celebrado en Madrid en 1933, y del celebrado en México en 1949. Miembro de honor de las sociedades oftalmológicas de Viena, de Nueva York  y de la Asociación Panamericana 

Trinidad Arroyo volvió a España en 1955 para liquidar todos sus bienes en favor de una fundación que beneficiaba a estudiantes de bachillerato y de Medicina. Fallecería poco después en México, en 1959 a los 89 años de edad. Tres años más tarde fallecería su marido en 1962 a los 90 años de edad.

 

                                                                      Jesús Lobillo Ríos

                                              Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                             “benaltertulias.blogspot.com”

 

Bibliografía.

M.Diaz-Rubio García. Real Academia de la Historia.

Gaceta UNAM.-“La riqueza académica del exilio español en México”. 2019

“descubriendovillasecadelasagra.blogspot.com”. 2024

T. Ortiz Gómez.-Real Academia de la Historia.

P. Alcalá Cortijo y C. Corrales Rodrigáñez. “Mujeres con ciencia”