domingo, 23 de noviembre de 2025

Enrique Diego Madrazo

                                                ENRIQUE DIEGO MADRAZO Y AZCONA

                                     UNA VISION BIOLÓGICA DE LA ESPAÑA DEL SIGLO XX

Fue una de las figuras intelectuales más destacadas del primer tercio de siglo XX, un auténtico pionero de la medicina moderna que, además de cirujano, fue profesor, pedagogo, sociólogo y dramaturgo. Sus métodos innovadores le hicieron chocar con todos los estamentos oficiales como fueron la Iglesia, el ejército, la enseñanza, etc., ante los que, lejos de arredrarse, combatió sin éxito, dejando su actuación como prueba y ejemplo de buen hacer.

Nació en la Vega del Pas (Cantabria) en 1850, en  el seno de una familia pudiente e ilustrada (tenía un hermano farmacéutico y otro abogado) haciendo su bachillerato en artes en el Colegio de los Escolapios de Villacarriedo, comenzando a estudiar Medicina en la Universidad de Valladolid, transfiriendo poco después su matrícula a Madrid en donde terminó su licenciatura en 1870 y su doctorado al año siguiente, comenzando a ejercer en Espinilla (Reinosa) por pocos meses, pues se marchó casi de inmediato a Alemania donde recibió las enseñanzas del cirujano Von Volkmann, interesándose enseguida por los trabajos en Fisiología de Claude Bernard en París, y de Pasteur y Lister en microbiología y antisepsia, que lo convierten en uno de los primeros médicos preparados para aplicar estos avances a la práctica quirúrgica.

Regresa a España en 1876, resuelto a poner en marcha sus conocimientos, intentando llevar a cabo su labor en primer lugar en la docencia, obteniendo por oposición la cátedra de Patología Quirúrgica de la Universidad de Barcelona que le fue obstaculizada debido a sus ideas liberales por el entonces ministro de Fomento, Conde de Toreno. Opositó igualmente a la Sanidad Militar consiguiendo el número 1 y destinado en Madrid con responsabilidades sobre una sección de 120 camas, pero igualmente litigó con el capitán general de Madrid, Fernando Primo de Rivera, actividad que abandonó al conseguir que le dieran el destino universitario que había obtenido cinco años antes en Barcelona, de forma que en 1883 y hasta 1888 ejerció como catedrático en la Ciudad Condal, escribiendo una obra que tituló “Lecciones de Clínica Quirúrgica”, hasta que convencido de la inutilidad de sus esfuerzos para cambiar las circunstancias de la enseñanza, abandonó la cátedra

Después de ejercer unos años privadamente marchó de nuevo a su tierra donde fue nombrado director del Hospital de San Rafael en Santander  en 1893, siendo actor presencial al asistir a los damnificados de la enorme tragedia del vapor “Cabo de Machichaco” que, cargado de material explosivo, estalló en el puerto de la ciudad causando 590 muertos y más de 2.000 heridos.

No satisfecho con su trabajo en 1894, el Dr. Madrazo ha vuelto a su tierra en la que funda su propio sanatorio en Vega de Pas que cuenta con 20 camas y que siguiendo sus técnicas, en sus siete primeros meses de trabajo realizó 256 intervenciones con solo 4 defunciones. Dado el éxito obtenido, dos años más tarde, inaugura otro sanatorio en Santander, dotado económicamente con 750.000 pesetas de su propio bolsillo, que, siguiendo de nuevo sus convicciones llegó a obtener una enorme fama en toda España y un fuerte reconocimiento internacional, realizando una importantísima labor social al contribuir de manera decisiva al desarrollo de la medicina y cirugía españolas.

La educación y la literatura ocuparon un lugar muy importante en su vida. En 1903 escribió una obra titulada “¿El pueblo español ha muerto?” cuyo análisis de la sociedad española lo enfrentó a la jerarquía católica. En 1904 escribió “El cultivo de la especie humana”, en 1918 “Introducción a una ley de Instrucción Pública”, en 1920 “Conferencias dadas en el Ateneo de Madrid”, en 1930 “El destino de la mujer” y en 1932 “Pedagogía y Eugenesia”, que hablan bien a las claras de su compromiso social y proporcionan testimonio de su pensamiento liberal y republicano.

En 1910 creó las “Escuelas Públicas y Laicas” de Vega de Pas, donde plasmó de manera práctica su visión de la enseñanza. Creó becas para que los maestros españoles pudieran aprender los modelos europeos de enseñanza y los aplicaran a su vuelta. Siempre insistió en la necesidad de una educación dentro de la familia y defendió la importancia de la enseñanza primaria. Mantuvo una correspondencia activa con muchos pedagogos europeos. La Universidad de Cantabria atesora 4.800 cartas de su variada relación epistolar.

También tuvo experiencias como empresario teatral pues en 1912 se hizo cargo del Teatro Español de Madrid, e incluso escribió una obra de teatro que tituló “El fin justifica los medios”  que publicó en 1913.

En 1937 cuando las tropas del general Franco entraron en Santander, alguien denunció al Dr. Madrazo como republicano y fue detenido por falangistas y encarcelado a los 87 años de edad. Cayó gravemente enfermo y perdió la vista. Fue puesto en libertad en 1942 con 92 años, falleciendo en su domicilio al cabo de pocos meses, en Noviembre de ese mismo año.

                                                                           Jesús Lobillo Ríos

                                                  Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                              “benaltertulias.blogspot.com”

Bibliografía.-

educabis.org. 2025

eldiario.es 2017

Cadenaser.com 2025

eldiariocantabria 2025

eldiariomontañez.es 2025

Guerra F.- “La medicina en el exilio republicano”. Universidad de Alcalá 2003.


domingo, 16 de noviembre de 2025

Magda Goebel

MAGDA GOEBBELS: LA ESTRELLA DEL III REICH

 

Alguien escribió que el Tercer Reich «no hubiera sido el mismo sin ella». Tuvo un padrastro y un amante judíos y se casó en dos ocasiones. Del primer (y efímero) matrimonio con un millonario, veinte años mayor que ella, nació un hijo, y otros seis (dos niños y cuatro niñas) del segundo matrimonio, tras su divorcio, con uno de los hombres con más peso del nazismo: el todopoderoso ministro de Información y Propaganda: Joseph Goebbels.

Su nombre de soltera era Johanna María Magdalena, de padre desconocido, nacida en Berlín en 1901 y muerta en 1944, en el bunker de su admirado Hitler, cuando el ejército soviético estaba a punto de entrar en Berlín. Su segundo padrastro fue otro magnate judío de nombre Richard Friedländer[1], que le dio su apellido, si bien años después ella lo cambiaría por el del primer marido de su madre: Quandt. Según apuntan algunas fuentes, Friedländer, pudo ser su padre biológico.

            Nada hacía presagiar que esta jovencita, exquisitamente educada en el prestigioso internado para niñas de Holzhausen, cerca de Oslar, gracias a los ventajosos matrimonios que había hecho la madre, esta niña guapa, cosmopolita, elegante y ambiciosa llegaría a convertirse en el símbolo e icono de la verdadera madre aria. En general, sus biógrafos suelen coincidir que, de todas las mujeres que rodearon al Fürher, ella, Magda, rayando el fanatismo, fue la más entregada a la causa. Son varias las fuentes que especulan que su único y verdadero amor (no se ponen de acuerdo en el grado de intimidad) fue Adolfo Hitler. Lo que es indudable que utilizó de modo magistral sus armas de seducción para llegar a lo más alto. De su primer matrimonio, además del hijo, tuvo la habilidad de conseguir un divorcio que la favoreció económicamente. A su primer marido lo había conocido en el tren que la trasladaba al internado. Se trataba de un millonario, veinte años mayor, quien, temeroso por la repercusión y motivo de escándalo por el que su matrimonio era un fracaso, le había facilitado la separación. Por un lado, la joven Magda estaba harta y aburrida de ser una mujer «florero». Necesitaba otro tipo de vida social más activa en la que pudiera desarrollar sus nada desdeñables habilidades. Y, para más «inri», había encontrado un joven de su edad que se ajustaba a sus expectativas: vigoroso, idealista y consagrado a la acción; el problema es que era un judío socialista de origen ruso. Se llamaba Haím Arlosoroff[2], militante sionista y hermano de una de sus mejores amigas. Según afirma la escritora Anja Klabunde, especialista en historia del III Reich, y autora de una biografía de Magda: Magda Göebbels, publicada en 1999, «se hizo muy amiga de Lisa Arlosoroff, la hermana de Haim». Según cuenta en este libro, Magda asistía a las reuniones sionistas, con un brazalete con la estrella de David.

            Nada hacía pensar que la ardorosa sionista iniciara un cambio tan drástico de tercio hasta llegar a convertirse en una militante del nazismo. El hecho determinante ocurrió durante la campaña electoral de 1930, en un mitin en el Palacio de los Deportes de Berlín, en el que actuaba como orador principal un tal Joseph Goebbels. Desde ese momento su vida daría un giro radical. Goebbels no era un Adonis, ni mucho menos el modelo masculino ario: bajito, de aspecto enjuto, moreno y ojos castaños, arrastraba su pierna izquierda, encajada en una prótesis, a causa de una enfermedad infantil. Como alguien ha escrito: «Era la antítesis ambulante de lo que predicaba su propia propaganda». Pese a todo, Magda quedó impresionada por su oratoria y por la parafernalia del acto. Como le había ocurrido con el sionismo, rápidamente se afilió al partido nazi y poco a poco, gracias a sus buenas cualidades, logró introducirse en las oficinas del cuartel general y ponerse a las órdenes del mujeriego Goebbels, quien escribió en su diario: «Una hermosa mujer llamada Quandt está haciéndome un nuevo archivo privado», Se refería al detalladísimo archivo donde recogía todas las noticias que, sobre él, o sobre el partido nazi se publicaba en el extranjero. Ahí encajaba Magda. El puesto estaba hecho a su medida porque, entre otras habilidades, hablaba idiomas. «Voy a dejar las historias de mujeres y dedicarme por entero a una», escribe Goebbels en su diario. En resumen, de secretaria particular, Magda pasó a ser la esposa del líder nazi un 31 de diciembre de 1931 con Adolf Hitler como padrino.

A partir de ese momento, aquella dama de la sociedad burguesa y decadente de la República de Weimar, se transformaría en la esencia del ama de casa nacionalsocialista ejemplar que organizaba espléndidas veladas en su mansión de Reichskanzlerplatz que duraban hasta altas horas de la madrugada. Por aquella mansión pasó toda la cúpula del partido: «galería de los monstruos», como es definida por algún historiador, donde personajes como Hermann Goering, Erns Röhm o Heinrich Himmler, desfilaron por sus salones, agasajados por su anfitriona.

En 1933 Goëbbels, pese a su empeño por hacerse con la cartera de Cultura, Hitler le hizo ministro de Ilustración Pública y Propaganda. El matrimonio, en su calidad de ministros del Reich, se trasladaría al palacio del Príncipe Leopoldo y como residencia de verano, las autoridades de Bogen le regalaron otro palacete de estilo prusiano en la zona del lago. Para mayor megalomanía, Goebbels se hizo construir un castillo privado (en el que ni su esposa podía entrar) que utilizaría como despacho y «picadero». Mientras, el matrimonio tuvo seis hijos (Helga, Hildegaard, Helmut, Holde, Hedwig y Heide), todos con HACHE, por lo que fue recompensada por el Fhürer con la Cruz Honorífica de la Madre Alemana. Por su parte, Magda, había conseguido encantar, no sólo a Alemania, sino a buena parte de los extranjeros, especialmente, como anfitriona de la Olimpiada de Berlín de 1936. Durante la guerra, acompañaba al marido visitando las ruinas de los bombardeos aliados y consolando a las madres que habían perdido a sus hijos.

Su final es generalmente bien conocido. El 22 de abril de 1945, con el Ejército Rojo a las puertas de Berlín, el matrimonio solicitó acompañar a su ídolo en su búnker. Desde allí Magda escribió una carta a su hijo Harald que estaba en el frente su fatídica decisión: «Nuestra espléndida idea se hunde (…) El mundo que vendrá detrás del Führer y el nacionalsocialismo no merece la pena ser vivido, y por eso he traído a los niños». Dos días después Hitler y su amante, Eva Braun se suicidaron. Magda se encerró en una habitación con sus seis hijos. Les administró un somnífero y una inyección letal. La mayor tenía doce años, la menor no había cumplido los cinco. Goebbels se pegó un tiro, Magda ingirió una cápsula de cianuro. Sus restos, encontrados por los soldados rusos, fueron enterrados en los jardines del cuartel general del KGB en Magdeburgo. Un cuarto de siglo después, los restos fueron incinerados y esparcidas en el río Elba.

                                     Rosa M. Ballesteros García

                        Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena

                                    “benaltertulias.blogspot.com”



[1] Murió en el campo de concentración de Buchenwal.

[2] Fue asesinado en Tel Aviv en 1933, sin que hasta la fecha se hayan encontrado culpable o culpables.


domingo, 9 de noviembre de 2025

Esperanza Puert Caballero

                                                   ESPERANZA PUERTA CABALLERO

             LA PRIMERA CONCEJALA SOCIALISTA DEL AYUNTAMIENTO DE MALAGA

Figura entre las primeras mujeres que se entregan decididamente a la difusión de la cultura y la educación, tanto en Málaga, en cuyo ayuntamiento fue concejal, como en la Axarquía malagueña.

Nació en Málaga en 1897, en el seno de una familia fuertemente cohesionada en torno al socialismo. Su padre Pedro Puerta Salido formaba parte del entorno de Pablo Iglesias al que acompañó con frecuencia en sus andanzas propagandísticas por Andalucía. Sus familiares, tíos y primos y su hermano Juan, desarrollaron una intensa labor en favor de las ideas progresistas.

Aunque se sabe muy poco de su vida, es conocido que en 1917, con veinte años, figura ya en las listas de la Asociación Socialista Malagueña. Contrajo matrimonio con Humberto Herrero, también militante del partido, con el que tuvo 2 hijos (otra hija primera falleció a los dos años).

En 1936 fue elegida concejal en el ayuntamiento de Málaga, puesto que ostentó desde el 20 de Marzo de 1936 hasta el 8 de febrero de 1937 fecha en que las tropas franquistas entraron en Málaga, dando lugar a la “espantá”, en la que miles de personas huyeron despavoridas por la carretera de Almería hostigadas por tierra mar y aire por las fuerzas fascistas dando muerte a varios miles de ellas.

Es de notar que Esperanza Puerta desarrolló su labor en un mundo dominado por hombres en el que las ideas masculinas predominaban y que pese a todo, la prensa de la época la define como una mujer honesta, honrada y comprometida con los principios socialistas.

El 11 de mayo de 1939, Esperanza Puerta y Humberto Herrero fueron detenidos en Málaga por los falangistas y sometidos a un Consejo de Guerra celebrado el 7 de septiembre de 1939 en donde fue condenada a 30 años de cárcel, pena que luego fue rebajada a 20 años. El primer año de reclusión lo pasaría en la cárcel de mujeres de Málaga. En 29 de junio de 1940 fue trasladada a la prisión de Palma de Mallorca, y en 1 de mayo de 1942 a la prisión de Pamplona. Por último, el 2 de marzo de 1944 fue puesta en libertad condicional, momento en que regresa a Málaga.

No hay más datos sobre la vida y obra de esta pionera del socialismo andaluz injustamente olvidada que sufrió un terrible castigo sin haber hecho nada que lo mereciera, quedando anulada y sin el más mínimo reconocimiento.

                                                                         Jesús Lobillo Ríos

                                                  Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                             “benaltertulias.blogspot.com”

Bibliografía

M. Morales Muñoz.-“R. Salinas y los primeros socialistas malagueños”. UMA. Octubre 2020.

Bernal J. “Reivindicando a Esperanza Puerta. La concejala que la historia ocultó”. Algorfa 2024.


domingo, 2 de noviembre de 2025

Creidos y creyentes

CREIDOS Y CREYENTES

 

Aunque somos constantemente molestados por los maniqueísmos de todas las clases, no tenemos, y precisamente por ello, que entrar constantemente en la danza tan siniestra de dominantes y dominados, de seductores y seducidos.

Desde hace bastante tiempo, y hace una enormidad de siglos, se nos ha considerado, y además sin ninguna consideración, como atados y sujetos a una rueda de un destino que viene definido por dos bandos o bandas, que no cuatro, como suele pasar en algunos juegos de billar. Incluso si fueran cuatro las bandas, no sabemos con qué bolas o bulos nos la estamos jugando.

Nuestra experiencia nos ha podido hacer ver que cuando hay más de dos bandas, la diversidad de las bandas tienden a encerrarse, y nunca mejor dicho, en dos, igualito que los mandamientos del tan conocido decálogo, si bien echamos en falta el denominador común del amor, ya que uno de los bandos va inyectando, y siempre en vena, odio en vez de amor o, al menos, respeto.

Así, podemos observar, y cada día más a las claras, que hay una visión extemporánea, que pensábamos finiquitada, que va alimentando el odio, que se va haciendo secular, igual que en otros tiempos se hizo incluso clerical, si bien el poder, muy creído de sí, va conquistando tiempos y espacios, que tendrían que ser según una línea de progreso y de humanidad más cercanos a una conciencia democrática que a un repertorio autoritario, investido de un egregio supremacismo, sobre el que cabalga todo lo que nos toca soportar.

Sin embargo, tanto el adoctrinamiento expreso y descarado como el subliminal (podemos decir) por vía del troquelado (K. Lorenz), se van imponiendo en una convivencia de creyentes que no cuestionan el material de sus creencias, que les seduce sin saber cómo.

El poder, que no suele creer sino sólo en sí mismo, hace gala, en un totum revolutum, de facilitar creencias que no suele creerse ni él mismo, y que termina por seducir a una gran cantidad de creyentes que no se cuestionan nada. La buena voluntad de la gente, en el mejor de los casos, les hace seguir a su pastor, como si el pasto  no se lo ofreciera la madre tierra.

Con todo, podemos ver que personas cultas suelen ser creyentes de lo que les dicen o cuentan aquellos creídos de una opción política propia o apropiada y cómo personas sin unos conocimientos extraordinarios nos llaman la atención por su lúcida sabiduría popular ya que no han tenido acceso a una cultura más elevada y, a la vez, general que estuviera al alcance de todos.

Así podemos tener claro que muchos no podemos ser fieles de una mismas doctrinas, sean políticas o religiosas. Hoy sabemos también que una doctrina política no es más adecuada para una cierta religión ni que una cierta religión es la más adecuada para una determinada opción política.

Podemos y queremos saber que, más pronto que tarde, nuestros conocimientos sean cada vez más claros y más ciertos y  que nuestras emociones sean cada vez más generosas y desinteresadas, sin contaminaciones claramente suicidas, como podemos presenciar, cada día que pasa y cada noche que nos anestesia.

Además, podemos extender y ampliar nuestras miradas, sin gran esfuerzo añadido, cuando nos salta a la vista la poca educación, gentileza y delicadeza de los creídos y el seguimiento, bastante ciego  de su dócil parroquia, que suele tener a bien todas las maledicencias que sus creídos y queridos  jefes esparcen sobre los que no se doblegan ante tamaños prejuicios, que se alzan sin demasiados ni válidos fundamentos y que dan en un fundamentalismo atroz que intenta inundarlo todo, como si de una dana,  más que desbocada, se tratara.

Así podemos llegar, y cada día que pasa, con más prisa y destemplados gestos, a un poco aconsejable simulacro democrático.

                                                                        

                                                      José María Barrionuevo Gil

 

                                         EL ATENEO LIBRE DE BENALMADENA

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domingo, 26 de octubre de 2025

El toque real.

 

EL TOQUE REAL

 

La Historia vincula el origen de la realeza a las primeras civilizaciones: Mesopotamia, Egipto y el Valle del Indo, donde las monarquías surgieron como gobiernos religiosos; es decir, donde el monarca acaparaba un triple poder ya que a su «divinidad» se le unían su liderazgo militar y su oficio como sumo sacerdote. Con el tiempo, las monarquías fueron derivando hacia sistemas hereditarios que es una forma, en opinión de sus defensores, de asegurar la estabilidad y continuidad del gobierno. En oposición, para sus detractores antimonárquicos, el modelo estaría obsoleto, argumentando que era antidemocrático, injusto y elitista.

A todos los poderes antiguos ya mencionados, y desde fines del siglo X hasta el transcurso del siglo XII, los cambios de dinastías en Francia e Inglaterra obligaron a sus gobernantes, para afianzar la legitimidad divina de sus monarcas (los reyes de los países citados), añadirles el don de la taumaturgia. En otras palabras: que el rey estaba en posesión de realizar prodigios, por lo que se convertía, teórica y legalmente, en Theios aner, un «hombre-dios». En el caso francés, los historiadores oscilan entre Felipe I o Luis IX como los primeros «sanadores milagrosos»; en Inglaterra, se señala a Carlos X como el último en practicarlo.

Con el paso del tiempo, este derecho divino de los reyes fue perdiendo fuerza. Actualmente los reyes (o las reinas) han perdido algunas de estas regalías o privilegios. Algunos monarcas, como en el caso francés, perdieron la condición «divina» con la Revolución de 1789 y los efectos producidos por la propagación de los ideales de la Ilustración. En Inglaterra, actualmente, el soberano también posee el título de gobernante supremo de la Iglesia, aunque en la práctica el liderazgo espiritual lo ejerce el arzobispo de Canterbury. En el caso de España, la monarquía parlamentaria restringe su papel a lo representativo o simbólico.

Retomamos el tema de la taumaturgia que, en el pensamiento racionalista, que prioriza la razón como fuente principal de conocimiento, es tan complejo de entender. Taumaturgia y Racionalismo son dos perspectivas opuestas sobre la realidad y el conocimiento. La Taumaturgia, pues, es la capacidad para «realizar maravillas, prodigios o hechos de carácter sobrenatural». Naturalmente este superpoder sobrepasa la capacidad natural humana. Llegados a este punto, y con nuestra mentalidad, generalmente poco dada a estas maravillas, resulta un tanto difícil asimilar cómo, por ejemplo, un rey español, Carlos II, que reinó entre 1665 y1700, conocido con el sobrenombre de «el Hechizado», podría haber tenido esa capacidad milagrera.

Por otro lado, durante la antigüedad y parte de la Edad Media existió la expresión «mal del rey» (morbus regius) para designar sucesivamente la ictericia, la lepra y afecciones que desfiguraban la apariencia del enfermo. A partir del siglo XIII dicha expresión se comenzó a usar respecto a la escrófula[1] en el sentido de que era la enfermedad curable por el rey, y por ello este acto, por el cual aquel le ponía su mano con intención curativa sobre el enfermo, pasó a llamarse «toque del rey». Este rito fue, un simple acto de imposición de manos, fue evolucionando hasta llegar a ser una ceremonia más compleja: misas, señales de la cruz, pasajes evangélicos, rezo de ciertas oraciones dirigidas al enfermo al que se despedía, a veces, con alguna limosna, a veces medallas que, en no pocas ocasiones, fueron vendidas por el pícaro paciente. A todo esto, anteriormente, el médico había seleccionado anticipadamente a los escrofulosos, descartando otro tipo de enfermedades. Algunos estudiosos vinculan a este tipo de enfermos por tratarse de patologías más simples, con un gran porcentaje de curas. En otras palabras, eran enfermos «a la carta».

Por otra parte, se sabe de pacientes que recibieron el toque en más de una ocasión, por lo que las dudas y la incredulidad fomentaron y difundieron la idea de que el mágico toque no producía efecto si no se repetía. Es posible que el recelo creciera y creciera hasta el punto de que la antigua frase: «El rey te toca; Dios te cura» se cambiase por la nueva fórmula «El rey te toca; que Dios te cure».

Aunque la unción regia se produjo también en otras monarquías, los reyes de Francia y los reyes y reinas regentes de Inglaterra fueron los únicos reyes cristianos que reclamaron disponer del poder de origen divino. Otras monarquías tienen también en su haber sus propias «particularidades». Los Habsburgo, por ejemplo, curaban la tartamudez con un beso en la boca; los reyes de la Castilla medieval realizaban exorcismos haciendo la señal de la cruz e invocando a Dios para liberar a los endemoniados y también se decía que los reyes de Hungría curaban la ictericia.

Aunque el toque real inicialmente se reservaba a la escrófula, se extendió al reumatismo, las convulsiones y toda clase de fiebres y cegueras; así como al bocio y otras enfermedades. Desde el reinado de Isabel I de Inglaterra se volvió a restringir a la escrófula. En esta corte se repartieron «anillos de los calambres»​ para la cura de enfermedades de supuesto origen diabólico como los calambres y la epilepsia. La protestante Isabel I, si bien fue en principio reacia a tal ritual, reanudó la práctica en 1570, tras su excomunión por el Papa, para demostrar que no había perdido ningún poder, ni siquiera el curativo, y el toque se extendió a Escocia, y allí los escoceses comenzaron a creer que también su rey y no sólo el de Inglaterra tenía la capacidad de curarles.

A partir del desprestigio en que cayó desde el siglo XVIII, el toque real ha pasado a ser analizado desde una perspectiva mucho más abierta en los enfoques académicos a partir de finales del siglo XX. Lord Macaulay, lo ridiculizaba como «una superstición absurda de una era pre-ilustrada»; el historiador Marc Bloch lo consideraba esotérico y un ejemplo de histeria de masas. Finalmente, el siempre sarcástico Voltaire escribió que había perdido confianza en el poder de su toque al morir de escrófula una de sus amantes, que ciertamente había sido «muy bien tocada por el rey».

 

                                         Rosa M. Ballesteros García

                           Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena

                                       “benaltertulias.blogspot.com”



[1] Según los expertos, es una enfermedad que raramente es mortal, y que remite espontáneamente con relativa frecuencia, lo que facilitaba atribuir su curación a la intervención real.

domingo, 19 de octubre de 2025

El infinito en un junco

El arte de la vida con libros:

Irene Vallejo, la consolación y el cuidado

 

 

«La vida va más allá del libro, pero supone un paso a través del libro»

Emmanuel Levinas, Difícil libertad.

 

 

 

¿Por qué un ensayo de casi quinientas páginas como el de Irene Vallejo, dedicado a la

historia de los libros, ha tenido y tiene tanta repercusión mundial y un éxito tan notable

después de cinco años de su publicación?

 

En la primera edición de El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo (Ediciones Siruela, 2019), Irene Vallejo ha escrito y mostrado con belleza y elegancia la historia del libro en el mundo griego y latino, así como el protagonismo de personas e instituciones que hicieron posible su pervivencia a lo largo del tiempo. En la actualidad, durante el mes de septiembre de 2025, se han vendido más de un millón medio de ejemplares y está traducido a cuarenta y cinco idiomas. Su autora recorre el mundo en un baño de masas. Colas interminables de lectores se forman en los umbrales de bibliotecas, librerías, teatros, centros culturales, salas de exposiciones, museos…para escuchar el cálido, dulce y melódico fluir de su decir y, además, conseguir su dedicatoria y su firma en la página de respeto.

 

Recuperando una historia desde la época grecolatina, uniendo pasado y presente,

interconectando sabiduría y conocimientos ancestrales con saberes actuales, a la vez que

evidenciando la necesidad de que nos narren y de narrarnos, Irene Vallejo encanta al lector. Pudiera parecer que ante la presencia de una «atrofia de la capacidad narrativa» que caracteriza al sujeto del siglo XXI, en la consideración y expresión de la psicoanalista Lola López Mondéjar (2023), Irene Vallejo se erigiese en faro orientador que señala un puerto posible al que arribar, donde hallar consuelo a través de la experiencia lectora, donde encontrar cobijo ante una realidad abrumadora e intempestiva. El coreano Byung-Chul Han, en su breve ensayo La crisis de la narración (2023), valora el poder curativo de la narración y, también, de los contactos: «Los contactos tienen una fuerza narrativa…Los contactos son como narraciones táctiles, que liberan de las tensiones y de los bloqueos que podrían causar el dolor y enfermedad […] La creciente pobreza de contacto nos enferma. Si nos falta por completo el contacto, nos quedamos irremisiblemente atrapados en nuestro ego».

 

El infinito en un junco, a mi juicio, ha actuado como un elemento de apoyo y acompañamiento ante las soledades y la intemperie de un mundo acelerado, tecnologizado y en proceso de deshumanización, ha proporcionado caricia a través de la

palabra, de la escritura, negro sobre blanco. Un consuelo necesario, posiblemente autorreprimido, ocultado por una sociedad que ni nos acepta, ni nos integra, ni nos quiere sintiéndonos dolientes y vulnerables. El ensayo de Irene Vallejo interpela e invita, como seres narrativos, vulnerables, contingentes e históricos que somos, a recuperar y a persistir en la mirada poética del mundo, a leer y leernos, narrar y narrarnos, a considerar la narración, los libros, la lectura, como medios y recursos de curación y consuelo.

 

Posiblemente tras la pandemia y en la vorágine del mundo actual, el consuelo era una necesidad y muchas personas lo encontraron en un ensayo cuyos párrafos, de una prosa cálida y acariciadora, atraparon y encantaron a los corazones de solitarios y asendereados lectores confinados inicialmente a causa de las restricciones derivadas del impacto del Covid 2019. Tocados y libres de la cárcel pandémica posteriormente, el boca  a oreja y los múltiples medios digitales diseminaron esta singular historia del libro en la antigüedad por los confines del mundo. Somos frágiles. La condición humana es vulnerable. La existencia está impregnada de dolor, de conflicto, de indiferencia, de crisis, de soledad, de herida…Somos seres relacionales e interdependientes que reclamamos hospitalidad, consuelo, compasión, perdón, atención. Ante estas circunstancias y las contingencias del habitar el mundo, narrar y narrarnos nos hace bien.

 

Probablemente Irene Vallejo encontró consuelo en el proceso de escritura de su ensayo y, por ende, una vez publicado el libro, consigue donar y expandir cuidado a miles de personas que hallaron alivio y paz en la manera de narrar la historia de la invención de los libros en el mundo antiguo: El infinito en un junco, un libro, un objeto, una cosa, un artilugio, un prodigioso invento, que en manos de los lectores actuales rememoraba y hablaba de sus antecesores, de otros libros, de otros lectores, sujetos dolientes de hace miles de años con los mismos deseos de consuelo y de conocimiento.

 

De hecho, como ha manifestado Irene Vallejo en varias entrevistas, en el contexto en el que escribe su libro, la escritura diaria fue posible en tiempos liberados de los cuidados de otros, devenía de un anhelo de consuelo ante la adversidad familiar y de un hondo deseo de narrar, de contar, de salir de sí, de dar más fuera del exiguo y asfixiante ir y venir y existir y hacer entre las paredes de los espacios públicos y privados. En la tradición literaria y filosófica encontramos obras con una clara finalidad de dar consuelo. Es el caso de Boecio (480-540 d.C.) que en Consuelo de la filosofía invoca a ésta para alivio de sí mismo mientras aguardaba su ejecución en la cárcel de Pavía. En el caso de Consolación a Polibio (43 d. C.), escrita por el cordobés Lucio Anneo Séneca, para confortar y calmar al liberto Polibio por la muerte de su hermano.

 

En los textos de Irene Vallejo, además de la idea de lectura que nos cuida, vislumbramos ideas fuerza como el persistir actualmente en el aprecio y cultivo de las humanidades; como la consideración fundamental que ha de tener la memoria cultural e histórica en los análisis de la realidad y en la reflexividad, sin olvido del legado civilizatorio; como el valor de los clásicos, fuentes de revelaciones, visiones y conocimientos perfectamente útiles para la vida buena; como la importancia cotidiana de la transmisión del acervo de nuestros ancestros y de las labores de mediación llevadas a cabo por bibliotecas, editoriales, instituciones culturales y educativas; como la resistencia que supone el cobijo que nos proporciona el saber, alojado en los libros venerables y en la lectura. El profesor Josep María Esquirol, en La escuela del alma. De la forma de educar a la manera de vivir (2024), escribe: «La lectura es una de las prácticas de la resistencia. El lector necesita casa, y el soñador también. Casa, rincón. Pero la sociedad `pantallizada` y consumista mina el lugar, la situación, la ventana, el rincón y la casa. En el rincón, los buenos libros esperan pacientemente a los buenos lectores. La gente tiene necesidad de poesía y de mística para no enloquecer. Si no creemos en nada, nada quedará. Tampoco los libros».

 

Promovamos un arte de la vida con libros y generemos una actitud lectora virtuosa. Decía Aristóteles en torno a la virtud que se precisaba un aprendizaje para llegar a ella, del ejercicio de hábitos buenos, de frecuentación y tiempo para la experiencia, la formación y la práctica. La lectura convertida en buena costumbre -Nulla die sine linea- configura y enriquece el carácter e invita al lector a hacerse a sí mismo. La alternativa hoy para disponer de alimento y consolación diaria ante los múltiples ladrones de atención consistiría en robar tiempo a los afanes cotidianos y conquistar las condiciones para leer. Y esa atención ha de estar acompañada y asistida por la memoria, pues como nos indica Mayka Lahoz (La trama de la memoria, 2022), «nuestra memoria y nuestras vivencias, especialmente las traumáticas, reclaman auxilio narrativo».

 

En relación con las prácticas lectoras en la actualidad, este fenómeno de inusitado interés por el asunto abordado en el ensayo de Irene Vallejo, pone de manifiesto la relevancia que las acciones de mediación tienen en los ámbitos de las redes bibliotecarias municipales. Ante la ausencia de una prescripción literaria de referencia, y con marchamo de autoridad, de crítica fiable por la miríada de prescriptores en redes, de sobreproducción editorial, de prevalencia de criterios obedientes a tendencias de mercado a la hora de editar, etc., no cabe duda de que hay que poner en valor y laborar por una excelencia en la mediación lectora de proximidad que coadyuve, a través de múltiples estrategias de encuentro entre lectores, al acompañamiento en el desarrollo de las subjetividades y el fomento de un sujeto lector con criterio y centrado en su ser reflexivo.

 

La Federación de Gremios de Editores de España encargó un texto de alabanza al libro y a lectura a Irene Vallejo. En el año 2020 la editorial Siruela publicó en una hermosa edición dicho texto bajo el título Manifiesto por la lectura. Caligrafías del cuidado, en el que la autora apelaba a cuidar de la lectura porque ella nos cuida, porque somos una especie frágil necesitada de relatos, porque «somos la única especie que explica el mundo con historias, que las desea, las añora y las usa para sanar». Pues eso.

 

                                                  José García Guerrero

                                                              Maestro

                                 EL ATENEO LIBRE DE BENALMÁDENA

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domingo, 12 de octubre de 2025

Alfonso Gaspar Soler

                                 ALFONSO GASPAR SOLER VERSUS FRANCISCO FRANCO

            UN ALARDE DE VALORES HUMANOS FRENTE A LA INGRATITUD MÁS ABSOLUTA

En el mes de junio de 1916 las tropas españolas estaban inmersas en la batalla del Rif, en un complicado dispositivo que el General Gómez Jordana había diseñado para asegurar las comunicaciones entre Tetuán y Tánger y que consistían en avanzar por cuatro puntos simultáneamente, uno de ellos el pueblo de El Biutz que produjo gran cantidad de muertos y heridos, entre estos últimos se encontraba Francisco Franco, entonces un joven capitán de infantería de 23 años.

Tenía once perforaciones de estómago y el pronóstico era de muerte en pocas horas por lo que se había desestimado su atención en beneficio de otros menos graves y con mayores posibilidades de recuperación. Pero su amigo el Dr. Gaspar Soler, médico militar y compañero de armas, se empeña en salvarlo y se lo lleva en un coche al hospital de la plaza en cuyo quirófano, solo y sin ayudantes, limpiando, abriendo, cosiendo, consiguió durante tres horas salvarlo de la muerte. Tres meses después el milagro se ha consumado. El capitán Franco está recuperado.

Este éxito se lleva a multitud de coloquios científicos y a varias conferencias que enaltecen al médico que recibe miles de felicitaciones y en primer lugar del propio Francisco Franco que no dudó en afirmar que “para mí no hay más padre ni hermano que Alfonso, le debo la vida, si no fuera por él estaría enterrado”.

Estos hechos corresponden al relato publicado en un periódico argentino en 1954 por el periodista de Izquierda Republicana, exiliado en México, Clemente Cruzado García, rescatado por un lector anónimo que lo envió a Radio España Independiente en Abril de 1963 en donde pudo escucharse radiado en Julio  de ése mismo año.

El Dr. Gaspar Soler había nacido en Valencia en 1880 y tras estudiar medicina ingresa en el ejército como médico militar. Después de la guerra africana vuelve a Huesca en 1918 como comandante médico jubilado, en donde  establece su residencia convirtiéndose en una persona notable que se distingue por sus valores republicanos. Contrajo matrimonio con Rosalía Auria Lasierra con la que tuvo tres hijos.

En 1936 al estallar la guerra civil fue detenido y acusado de delito de masonería, tenía 50 años y fue condenado a muerte. Instigado por su esposa para que hablara con Franco se negó decididamente, porque decía que lo conocía muy bien, no obstante su situación debió de ser conocida, su hermano Vicente Gaspar había sido secretario personal de Azaña que se horrorizó, tiempo después, al conocer los hechos, incluso se afirma que una señora de alcurnia notable, consiguió llegar al dictador para pedirle clemencia a lo que éste le contestó que no podía hacer nada por él porque en la guerra no se entiende de sentimentalismos.

El Dr. Gaspar Soler, expoliado de todos sus bienes, fue ejecutado en las tapias del cementerio de Huesca el día 25 de Agosto de 1936, y más concretamente fue apaleado hasta la muerte en uno de los episodios de ingratitud más notables y desconocidos de la dictadura.

                                                                   Jesús Lobillo Ríos

                                             Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                       “benaltertulias.blogspot.com”

Bibliografía.

Pardo Lancina y Mateo Otal.-“Todos los nombres. Víctimas y victimarios”. Huesca 2016

Balsebre A. y Fontova R.-“Las cartas de la Pirenaica”. Cátedra 2014

Barluenga M.-El diario.es.-Agosto 2025