domingo, 14 de septiembre de 2025

José Puche Álvarez

                                                       JOSE PUCHE ALVAREZ

            MÉDICO, PROFESOR, INVESTIGADOR, POLÍTICO, Y REPUBLICANO COMPROMETIDO.

Fue una figura clave en la fisiología española puente entre los trabajos de la escuela catalana de Pi y Suñer, en la que se formó, y la de Negrín López en Madrid donde hizo su tesis doctoral, trabajos que luego desarrollaría en Valencia, en cuya universidad, fue catedrático y rector. Comprometido con la República fue así mismo el principal organizador de la acogida de los exiliados españoles en la república mexicana.

Nació en Lorca en 1896 en el seno de una familia media acomodada que, con tres años, se traslada a Madrid temporalmente y luego a Barcelona al enviudar su madre y contraer segundas nupcias con el primogénito de una familia catalana distinguida. Aquí en Barcelona realiza sus primeras letras en colegios religiosos (escolapios y jesuitas). Tras pasar cinco años en Argentina por un nuevo traslado familiar vuelve a Barcelona y comienza los estudios de Medicina. Obtiene una plaza de alumno interno en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo y se incorpora también como alumno interno al departamento de fisiología dirigido por Pi y Suñer en 1918, y hasta 1928 desarrolla los puestos de ayudante de prácticas, profesor asistente, profesor auxiliar y jefe de trabajos experimentales. Recibe una enorme influencia de Emilio Mira y López otro prócer de la medicina catalana en el campo de la Psicología y la Psiquiatría

En 1922 obtiene su Licenciatura en Medicina y comienza a trabajar en su tesis doctoral que obtendría en Madrid según normas de la época, lo que le pondría en contacto con el otro gran fisiólogo español Juan Negrín con el que trabaría una gran amistad. Su tesis versó sobre “la influencia del sistema nervioso autónomo en la regulación de la glucemia”. De vuelta en Barcelona consigue una beca de la Mancomunidad Catalana y durante dos años (1928-29) asiste al Instituto de Fisiología de la Universidad Libre de Bruselas (Profesor Demoor), Instituto de Farmacología de la Universidad de Gante (Profesor Heymans), Instituto de Fisiologóa de la Universidad de Utrech (Profesor Noyens), Departamento de Fisiologia de la Universidad de Lund (Profesor Thumberg) y el Instituto de Bioquímica de Yvar Bang (Profesor Vidmark).

Se integra definitivamente en la vida universitaria catalana y en sus sociedades científicas y sobre todo a nivel social contrayendo matrimonio con Carmen Planás con la que tuvo tres hijos (un varón y dos mujeres). Opositó con éxito a la Cátedra de Fisiología de Salamanca (1929) y un año después a la de Valencia “porque estaba más cerca de Barcelona” y en donde permaneció hasta 1939 en que con fecha 29 de junio fue separado definitivamente del servicio y dado de baja en el escalafón de catedráticos de universidad por el Boletín Oficial de Estado como efecto de las depuraciones llevadas a cabo por los fascistas vencedores de la guerra civil.

Prosiguió sus trabajos sobre el metabolismo de los hidratos de carbono, la histofisiología del riñón, y los mecanismos de regulación nerviosa y de sensibilidad trófica. Mantuvo sus enlaces con las escuelas de fisiología de  Barcelona y Madrid e introdujo a Valencia como una importante referencia de la fisiología basada en la experimentación. Al instaurarse la II República fue nombrado brevemente como Gobernador Civil de Palencia y poco después rector de la Universidad valenciana en la que reorganizó los puestos de confianza tras el desencadenamiento de la guerra civil, al comienzo de ésta tuvo a su cargo el Instituto Nacional de Higiene de la Alimentación siendo responsable de la nutrición de la población civil. Poco más tarde fue requerido por Negrin para que se hiciera cargo de la Dirección General de la Sanidad tanto civil como militar a lo que se entregó con el grado de Coronel médico, cargo que mantuvo hasta que abandonó España en 7 de Marzo de 1939.

Por encargo de Juan Negrin se traslada a México para dirigir los trabajos del SERE (Servicio  de Evacuación de los Republicanos Españoles) fundado por el Gobierno de la República en el Exilio instalado en Paris, creando un Comité Técnico de Ayuda a los Republicanos Españoles que creó una serie de iniciativas empresariales e industriales como la Financiera industrial Agrícola S.A., la Cooperativa Pablo Iglesias, la Industria Vulcano, laboratorios químicos y farmacéuticos, industrias pesqueras, etc. Se calcula que unos 15000 refugiados llegaron en una primera instancia.

En 1943 José Puche se incorpora de nuevo a la docencia en el Instituto Politécnico Nacional donde impartió una cátedra de fisiología hasta 1946. En 1947 fue nombrado profesor de fisiología de la Escuela de Medicina de la UNAM (Universidad Autónoma de Mexico), en donde permaneció hasta 1965 año en que se jubiló, y posteriormente hasta su  muerte mantuvo un contrato como investigador.

Sus trabajos en esta época versaron sobre la “influencia de la compresión de las vísceras pelvianas y abdominales en la secreción renal”, sobre la “uremia”, sobre “el funcionamiento de sistema nervioso autónomo”, sobre “el metabolismo de los hidratos de carbono”, sobre “el hambre en Europa”, sobre “el valor de las pruebas funcionales en Medicina” y sobre “el concepto de sensibilidad trófica”. A todo ello se une su participación en la fundación de Ateneos científicos y culturales.

Pese a su temprana nacionalización como mexicano, Puche mantuvo una relación con su país constante, con sus amigos y familiares. A la muerte del dictador fue tentado con la idea de volver a Valencia, pero él lo rechazó porque pensaba acertadamente que tras cuarenta años de dictadura España había cambiado mucho y tardaría mucho en recuperarse, y que lo máximo que podría hacer sería volver a dar alguna conferencia a la Universidad de la que había sido rector y para ingreso en la Academia de Medicina de Valencia. Pero no pudo llevar a cabo estos deseos porque falleció en 3 de noviembre de 1979.

En 1987 el Departamento de Fisiología de la UNAM rindió un homenaje a los que consideró sus maestros entre los que se encontraba Puche, cuya labor quedó recordada en una placa que asignaba su nombre a uno de los laboratorios del centro.

                                                                    Jesús Lobillo Ríos

                                                   Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

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Bibliografía.

Borona Vilar, Mancebo M. F-“José Puche Álvarez (1896-1979) Historia de un compromiso”

Guerra F.-“La medicina en el exilio republicano” Universidad de Alcalá. 2003.


domingo, 7 de septiembre de 2025

Carlos Villarias

El cordobés Carlos Villarías:  

El primer Drácula del cine hablado

 

Carlos Villarías Liano fue un andaluz de Córdoba (julio, 1892-abril, 1976). Como tantos otros españoles no fue profeta en su tierra. Se le conoció también en el mundo del cine como Carlos Villar y Carolo Villarías. Sus principales personajes los realizó para la industria de Hollywood, aunque también interpretó papeles en películas españolas, mexicanas o británicas.

                     Provenía de una familia de militares (su padre era un general del ejército español) y durante su infancia y primera juventud residió en varias ciudades debido a los traslados del padre. Sus primeros estudios los hizo en San Sebastián y la carrera de Derecho la completó en la Universidad de Valladolid. Al finalizar la carrera abrió su propio bufete, aunque su verdadera vocación era la interpretación, así que fue un abogado de trayectoria efímera que muy pronto cambiaría «el estrado por las tablas del teatro» y «la toga por el disfraz de actor» o cantante en algunas compañías de opereta y zarzuela, e incluso llegó a actuar en París, con cierto éxito, en el teatro de La Gaîté Lyrique (Teatro de La Alegría desde 1792). En España intervino como «Pepe el tranquilo» en la película El pobre Valbuena (1917), dirigida por Manuel Noriega[1]. Actuó también en Italia, en varias ciudades, debutando en Turín en el Teatro Víctor Manuel.  La Primera Guerra Mundial en Europa estaba a la vuelta de la esquina y el inquieto Carlos, ante el panorama que se presentaba, decide emigrar a los Estados Unidos.

                     En 1915 ya está nuestro cordobés al otro lado del Atlántico, en los Estados Unidos de América. Muy pronto, gracias a su dominio del inglés, se incorpora a la compañía dramática del director de origen holandés Lou Tellegen en Nueva York, ciudad donde fue cofundador de la compañía del Teatro Español de Nueva York, en cuya inauguración representó el drama del autor catalán Ángel Guimerá Tierra baja. No es esta la única obra escrita por un autor español en la que intervino como actor. En 1945, para el cine mexicano, lo encontramos formando parte del elenco de la obra de Vicente Blasco Ibáñez La barraca, dirigida por el mexicano Roberto Gavaldón y guion de la hija de Blasco, Libertad Blasco. Entre los actores encontramos varios españoles (exiliados) como José Baviera, Anita Blanch o la toledana Luana Alcañíz, con quien coincidió en otras películas. Carlos da vida al tabernero. Dos años después, es la novela del sevillano Manuel Fernández y González Los siete niños de Écija, otro ejemplo con argumento de sabor patrio. En esta ocasión es el castellano-manchego Miguel Morayta, allí exiliado tras finalizar la guerra civil, quien dirige la película, también con algunos actores españoles como Florencio Castelló, Francisco Jambrina o Pepita Meliá. Carlos da vida al Mayoral. Son algunos ejemplos de las películas basadas en obras de escritores españoles en las que intervino nuestro actor.

                     Sin embargo, el inquieto cordobés, tras pasar unos años en la Gran Manzana, decide lanzarse a la aventura de la incipiente industria hollywoodiense y buscarse su hueco. Hacia 1923 llega a Los Ángeles (California) e interviene en pequeños papeles en películas mudas, alguna con Rodolfo Valentino y otras, como El cuerpo del delito, con el actor español Antonio Moreno; El hombre malo, de nuevo con Moreno y Rosita Ballesteros; El valiente, con Julio Villarreal, María Calvo y Carlos en el papel de «alcalde»; Estrellados, Friend y la versión española de Free and easy, ambas con Buster Keaton (todas ellas de 1930). Sin embargo, su primer gran éxito le llegaría con el papel de protagonista, contratado por la Universal, en la versión rodada en castellano del primer Drácula (1931) sonoro producido por la Universal.

                     Por otro lado, aunque los principales personajes de su carrera los realizó en la industria de Hollywood, un buen número de ellas las realizó en los estudios norteamericanos instalados en Joinville (París), durante la década de 1930, como Asegure a su mujer, con Rosita Díaz Gimeno; Granaderos del amor y Asegure a su mujer, con Conchita Montenegro o Señora casada necesita marido, con Catalina Bárcena. También intervino en varias decenas de películas en el cine azteca, entre las que destacamos dos títulos de contenido religioso: María Magdalena, pecadora de Magdala (1946) y Reina de reinas: La Virgen María (1948), ambas dirigidas por Miguel Contreras Torres y Luana Alcañiz, ya citada, como María, Luis Alcoriza como Jesús y Carlos en el papel de San Pedro. En este contexto, es interesante destacar que fue también un español, el toledano José Díaz Morales, exiliado en aquel país, el primer cineasta que llevó a sus pantallas la vida de Jesús de Nazaret. Estrenada en 1942 tiene un amplio repertorio de profesionales españoles, como el escenógrafo Manuel Fontanals y un elenco de actores, presididos por el protagonista, José Cibrián, en el papel de Jesucristo. En La vida secreta de Marco Antonio y Cleopatra (1947), dirigida por Gavaldón, interpretó al emperador Septimio. Entre su extensa producción en el cine mexicano intervino en películas con famosos actores locales como «Cantinflas» (Gran hotel, 1944), Jorge Negrete, Pedro Infante o Lupita Tovar, entre otros, además de trabajar con un buen número de actores y actrices que, tras la guerra civil, se habían exiliado en aquel país.

                     Como ya más arriba apuntamos, su confirmación como protagonista la obtendría dando vida al «gran vampiro» en la filmación de su versión norteamericana en español (destinada al gran mercado sudamericano, especialmente México y Argentina). Los rodajes de estas versiones se hacían de noche, cuando los decorados quedaban libres, y utilizando parte del metraje diurno. La versión inglesa estaba dirigida por Tod Browning y el famoso actor húngaro Bela Lugosi como Drácula. Por su parte, con un presupuesto mucho menor, la versión protagonizada por Carlos la dirigió George Melford. Las protagonistas femeninas eran Helen Chandler y Lupita Tovar, en las versiones inglesa y española, respectivamente. Sin embargo, a pesar de los hándicaps, esta versión es considerada superior en muchos aspectos técnicos. A priori, la versión inglesa tenía todos los triunfos; el húngaro se podía decir que tenía «el traje hecho a su medida» y el andaluz, a diferencia de aquel, se había criado «en la tierra del sol y la alegría», como alguien ha escrito. No obstante, el hecho de que se rodara por la noche, lo que propiciaba una atmósfera tétrica ad hoc, sumado al excelente trabajo de Vallarías, muy bien caracterizado, y con gran capacidad de expresar con la mirada todas las emociones que requería el personaje y la situación, daría como resultado que la actuación de nuestro protagonista saliera triunfante para la crítica y los espectadores. Como curiosidad adicional, no deja de resultar cuanto menos curioso el hecho de que el director de la versión española no supiera una sola palabra de español y, por ello, no le extrañase esa especie Torre de Babel hispanoamericana en la que se entendían los actores, con muy distintos acentos. Varios años después, Villarías daría vida a otro personaje oscuro, Nostradamus (1937), película dirigida por Juan Bustillo Oro. Como resultado final, fue este actor español el primero en protagonizar el personaje del famoso conde en una película hablada, si bien hay una versión alemana anterior, muda, basada en el mismo personaje creado por Bram Stocker, dirigida por F. W. Murnau bajo el título de Nosferatu (1922)[2], con el actor alemán Max Schreck como protagonista. Drácula, junto con Frakenstein, es uno de los dos mitos literarios más potentes y visionarios del siglo XIX, donde se funden «lo ancestral, el pasado, lo oculto, el ansia de eternidad y el progreso y los miedos al futuro y la ciencia».

Después de aquel hito, Carlos Villarías seguiría actuando durante muchos años. Su filmografía incluye casi un centenar de películas en las que aparece acreditado. Falleció en Los Ángeles en 1976, con 83 años.

                                            Rosa M. Ballesteros García

                              Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                       “benaltertulias.blogspot.com”



[1] En ella actuaba como protagonista femenina la valenciana María Conesa (conocida como «La gatita blanca») quien desarrolló su carrera en México y se convirtió en un mito.

[2] Más de 200 filmes se han rodado alrededor de este mito literario a cuyos pies han caído directores como Francis Ford Coppola. Nosferatu fue prohibida, algunas cintas se salvaron y se convirtió en obra de culto.


domingo, 31 de agosto de 2025

Ignacio Bolivar

                                                   IGNACIO BOLIVAR Y URRUTIA

        INVESTIGADOR, TAXÓNOMO, ENTOMÓLOGO Y POLÍTICO REPUBLICANO

 

Fue un biólogo de fama internacional como entomólogo y un decidido y eficaz impulsor de la investigación científica y la renovación pedagógica en España, gestor capaz y resolutivo que alcanzó  un prestigio similar al de Ramón y Cajal con el que colaboró en el funcionamiento de la Junta de Ampliación de Estudios (JAE), el más poderoso instrumento con el que contó España para su modernización el pasado siglo, y que al ser derogado por la barbarie franquista, le obligó a exiliarse, a pesar de su avanzada edad, en México en donde falleció olvidado de sus compatriotas.

Nació en Madrid en 1850, en donde realizó sus estudios universitarios licenciándose en Derecho por iniciativa familiar pero dedicándose a las Ciencias Naturales por inclinación personal al entrar en contacto con el Museo de Ciencias Naturales y con el Jardín Botánico en donde se impartían la mayoría de las asignaturas. En 1871 en pleno sexenio democrático fue uno de los catorce fundadores de la Sociedad Española de Historia Natural. En este mismo año participa en la fundación del Ateneo Propagador de Ciencias Naturales y dos años después en 1873 publica su trabajo: “Ortópteros de España, nuevos o poco conocidos”, culminando su licenciatura en ciencias. Sus excursiones pedagógicas por la sierra de Guadarrama y Gredos le permiten profundizar y aumentar sus conocimientos alcanzando en 1874 su doctorado en Ciencias, publicando en 1876 la “Sinopsis de los ortópteros de España y Portugal”, un trabajo de trescientas treinta y tres páginas que hacen avanzar las especies conocidas de poco más de cincuenta a ciento ochenta y una, pertenecientes a setenta y seis géneros.

En 1875 gana por oposición una plaza de ayudante de Zoología en el Museo de Ciencias Naturales y en 1877, a los veintisiete años, consigue la cátedra de Articulados de la Universidad Central. Está inmerso en los años más productivos de su labor investigadora. En 1901 es nombrado director del Museo que tras una serie de adversidades es trasladado en 1910 a un espacio adecuado en el paseo de la Castellana de Madrid en donde se siguen organizando y publicando sus colecciones.

Se mantuvo siempre muy unido a la Institución Libre de Enseñanza y en 1907, a la creación de la Junta de Ampliación de Estudios, es nombrado vocal de la misma. Fue así mismo Decano de la Facultad de Ciencias y miembro del Consejo de Instrucción Pública desde el que pudo reordenar los estudios de las carreras de ciencias, e impulsor de la Comisión de Estudios del Noroeste de África consiguiendo la publicación de las Memorias de la Real Sociedad Española de Historia Natural.

En 1921, recién jubilado, fue nombrado director del Jardín Botánico, cargo que mantuvo hasta 1930 y en donde llevó a cabo una modernización similar a la que había hecho en el Museo de Ciencias Naturales. En 1905 había fundado la revista “Eos” y en 1928 recibió la Medalla Echegaray que se otorgaba cada tres años, y la Sociedad Española de Historia Natural le preparó un homenaje con un tomo especial de sus Memorias.

Su prestigio nacional e internacional subió aún más en la década de los años treinta al ser nombrado académico de número de la Real Academia Española, y poco después, presidente de la JAE a la muerte de Cajal en 1934, y en 1935   presidió en Madrid el VI Congreso Internacional de Entomología.

Con el inicio de la guerra civil comienza la evacuación de las actividades docentes hacia Valencia primero y Barcelona después. Fue desposeído de su título de académico y se exilió con su hijo, también un reconocido entomólogo, a México, a los casi noventa años de edad, y, con el convencimiento de que no podría volver, manifestó: “voy a morir con dignidad”.

En México dirigió la sección de la Unión de Profesores Universitarios Españoles (UPUEE) y la publicación de “Ciencia. Revista Hispanoamericana de ciencias puras aplicadas” que se convirtió en la referencia simbólica del exilio científico republicano. Fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de México.

Falleció en 1944 recibiendo amplias demostraciones de reconocimiento y afecto por parte de sus colegas internacionales y apenas ninguna mención en España donde había sido convertido en un desconocido.

En Enero de 2019 el Gobierno Español reconoció la ilegitimidad de la actuación franquista, devolviéndole el diploma de académico numerario.

 

                                                                  Jesús Lobillo Ríos

                                        Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                       “benaltertulias.blogspot.com”

 

Bibliografía.-

Gomíz Blanco A. Real Academia de la Historia.

Martínez C.-MNCM.csic.es


domingo, 24 de agosto de 2025

Lo que podría pasar

                                LO QUE PODRIA PASAR

 

“Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar” nos decía nuestro maestro y poeta Antonio Machado.

Ahora que todo está lleno de gente alborotada y alborotadora, de gente que quizás le falle la memoria, si es que le queda o es que la tiene, y se tira a la calle a liarla, como en muchas ocasiones, porque piensan que es lícito saltarse a la torera una convivencia a la que no podemos desatender.

Podemos pensar que, a pesar de todo, pendemos de hilos endebles y que la memoria es quebradiza.

Podemos recordar que el Congreso puede encontrarse con sorpresas de última hora.

Podemos tener en cuenta que, hace muy poquitos años, cuando el PSOE obligaba a los suyos a abstenerse para favorecer el mandato de Rajoy, que sabía más de fútbol que de política, algunos socialistas no siguieron la votación abstencionista mandada desde Ferraz al Congreso.

Es saludable que podamos rememorar la gran gesta de Pedro Sánchez de renunciar a su escaño, para no seguir la disciplina de partido.

Así, podemos tener presente, para que no se nos vaya la olla, que lo hizo para no ser castigado por no abstenerse ante la candidatura del candidato del PP.

Podemos evocar de pasada, que Pedro necesitaba aquella ocasión para reconvertir las miradas de las bases socialistas para que le fueran más propicias las sedes básicas del Partido.

Podemos aludir que la jugada, tan básica, lo encumbró de manera “clara y distinta” como luego pudimos ver.

Podemos desmemoriarizarnos, si cabe, de la promesa de Sánchez, la misma noche de las elecciones de aquel diciembre, con que “los votantes de la izquierda no serían defraudados”.

Podemos suponer que el gran jefe socialista había apoyado a Sánchez para que sacara mayoría absoluta, pero que al no realizarse sus sueños, se metió el palo de Ciudadanos entre la ruedas y Podemos con sus votantes quedaron orillados y por tanto estos compañeros de viaje dijeron que nanay.

Podemos mencionar que Sánchez no podía dormir tras las siguientes elecciones y que sabemos que no era por el calor del verano aquel.

Podemos recapitular que “a la tercera va la vencida”, porque no le salió “redonda” a Sánchez la tan empeñada asesoría, con la que no “iba” a ninguna parte, y la esperada “victoria” había hecho mutis por el foro de la ciudadanía.

Podemos idear que, tras el desgaste de Podemos por la infamia de los medios de desinformación, por el ninguneo político, por el cambio de “pareceres” de muchos y por los vetos de algunos, a Podemos no les queda más que, por aquello del “que avisa no es traidor”, votar negativamente, en su justa medida; en la primera vuelta y abstenerse, igualmente, en la segunda.

Podemos recapitular que la dejadez pueda ser el campo abierto para que quiebre la atención a lo público, con tantas privatizaciones, que ya no solo dan que pensar, sino que hay que evitar.

Podemos añadir también que los flecos, dejados atrás por la anterior legislatura, no pueden impedirnos poder respirar con más limpieza y tranquilidad.

                                                                                                            

                                                         José María Barrionuevo Gil

                                                     El Ateneo Libre de Benalmádena

                                                        “benaltertulias,blogspot.com”                                                                                           


domingo, 17 de agosto de 2025

Cinéfilos versus cinéfobos

                     EL CINE: CINÉFILOS VS CINÉFOBOS

 

 

Como ocurre con todo lo nuevo, este nuevo invento, el cine, elevado a la categoría de «Séptimo Arte» por el crítico italiano Ricciotto Canudo en su Manifiesto de las Siete Artes, en el que interpreta el cine como la suma final de la ciencia y el arte, y lo trata como la unión entre máquina y sentimiento. Este nuevo invento suscitó entre los críticos contemporáneos un apasionado debate de filias y fobias. Escribe Rafael Utrera que este nuevo hecho científico, desde un «simple objeto curioso, pasa a ser espectáculo de público ingenio y posteriormente fenómeno artístico». Los ‹‹cinéfobos››, como Miguel de Unamuno, ningunearon aquellas «fotografías en movimiento», desdeñándolo abiertamente, hasta tal punto de predecirle una corta vida. La reacción lo acusó de pervertir a la juventud y de producir efectos nocivos entre la infancia, como así lo expresaba en alguno de sus artículos la escritora Concha Espina (aunque sin embargo accedió a que varias de sus propias obras se llevaran al cine). Entre otras se llevaron al cine: Vidas rotas, Altar Mayor, La esfinge maragata o Dulce nombre.

La aparición del cine, en ello coinciden unánimemente los críticos, significó un choque estético y cultural sobre todo con el mundo del teatro, una lucha entre el viejo y el nuevo arte. Sin embargo, personajes como León Tolstói o Blasco Ibáñez fueron notables ‹‹cinéfilos››. Tolstói escribía: ‹‹Ya verán cómo este pequeño y ruidoso artefacto provisto de un manubrio revolucionará nuestra vida, la vida de los escritores››. Por su parte Blasco declaraba abiertamente: ‹‹Yo admiro el arte cinematográfico, llamado con razón el séptimo arte, por ser producto legítimo y noble de nuestra época››. De ambos se han llevado algunas de sus obras al cine, entre ellas destacamos: Guerra y Paz, Ana Karenina, Los Cosacos (Tolstoi); Entre Naranjos, Los cuatro jinetes del Apocalipsis, Sangre y arena (Blasco).

Los cinéfilos vanguardistas dedicarían poemas a este nuevo arte, entre otros Vicente Aleixandre en su poema «Cinemática»: «Venías cerrada, hermética, a ramalazos de viento crudo, por calles tajadas»; otros más, como J. Rivas Panedas y su «Poema cinemático»; Pedro Salinas y su «Cinematógrafo» o Pedro Garfias y Guillermo de Torre que coinciden con su poema «Fotogenia». Por su parte, Manuel Machado en su poema «Vagamente» afirma: «En el cinematógrafo de mi memoria tengo cintas medio borrosas... ¿Son escenas de verdad o de sueño?» y José María Morón dedica el suyo a la «Divina» Greta Garbo: «La va inventando en pérfido relieve, sola presencia iterativa y muda, el lento luto amanecido en nieve que su inviolada intimidad desnuda».

Finalmente, García Lorca (1898-1936) dedica su poema a un inolvidable cómico; «El paseo de Buster Keaton», actor al que la gracia popular rebautizó como «Cara de palo». Por su parte, Francisco Ayala dedica tres capítulos a Janet Gaynor, Josephine Baker y Greta Garbo, célebres divas de finales de la época muda y el maestro Azorín, a través de sus artículos publicados en la prensa madrileña o bonaerense, expresó su opinión sobre este nuevo arte. Ya septuagenario, Francisco Ayala escribirá dos libros que apoyan definitivamente su cinefilia: El cine y el momento (1953) y El efímero cine (1955).

No nos resistimos a un último ejemplo: Carmen de Burgos, más conocida por su nom de plume: «Colombine», además de ser maestra, escritora, periodista y activista feminista fue también una moderna cinéfila. A pesar de que no había nacido «con el cine», como presumía Alberti, sino unos años antes de su aparición, la «Colombine» se puso de su parte, desde los primeros momentos, escribiendo numerosos artículos de crítica cinematográfica en la prensa; novelas como La (sic) mejor film (1918), publicada en la colección La Novela Corta, y dando a la luz, a su vez, otras como Confesiones de artistas (en dos tomos) que se publicaron en Madrid hacia 1916. Tras la Guerra Civil y la victoria del régimen franquista, su nombre fue incluido en la lista de autores prohibidos y sus libros desaparecieron de las bibliotecas y las librerías. Por cierto, su hija María fue actriz de teatro y cine durante la época del cine mudo en películas como Mefisto y El protegido de Satán (1917) o Codicia (1918).

También en las filas de los adeptos militaron escritores como Gerardo Diego, Luis Buñuel, columnista de noticias de Hollywood en La Gaceta Literaria, y autor y guionista de un buen número de títulos, por citar algunos nombres. Otro ejemplo, de la escritora vallisoletana Rosa Chacel quien, en su novela Desde el amanecer escribe al respecto: «El cine, antes de inaugurarse ya era esperado por nosotros con ansiedad. Ya me habían explicado en qué consistía, cómo había surgido en Francia y se había extendido a otros países, y todo lo que se podía esperar de él cuando adquiriese mayor perfección››.

Ciertamente, sobre la utilidad del cine como catalizador de masas no se deja de escribir. Javier Cercas en un artículo, escribe que «la utilidad del cine y la literatura consiste en parte en que nos muestran la complejidad inabarcable de lo que somos y nos enseñan a manejarla». En palabras del escritor almeriense Federico Utrera ‹‹los posicionamientos de modernistas y noventayochistas se hicieron evidentes desde los comienzos››, ejemplo de ello es el ya citado Miguel de Unamuno, firme ‹‹cinéfobo››, que escribió sobre este arte en numerosos artículos de prensa, adjetivándolo de «hórrido, molesto, antiartístico, parlamentario, trágico, fatídico o revolucionario» y lo enjuicia como «teatro sin literatura sólo capaz de dar el movimiento de una figura por cuanto su objeto estético era representar las cosas que ocurrían sin palabras»

 

                                Rosa María Ballesteros García

                   Vicepresidenta del Ateneo Libre de Benalmádena

                                  “benaltertulias.blogspot.com”


domingo, 10 de agosto de 2025

El patronato de protección a la mujer del franquismo

                           EL PATRONATO DE PROTECCIÓN A LA MUJER DEL FRANQUISMO

El Patriarcado es un sistema social basado en la sobrevaloración del varón en detrimento de la mujer, mantenido por la presión ejercida en connivencia entre el Estado y la Iglesia a través de instituciones indiscutibles e indiscutidas como son el derecho, el matrimonio, la familia y la educación androcéntrica. Se define como un sistema de dominación masculina que oprime y subordina a la mujer.

Todos los intentos históricos concebidos para proteger o liberar a la mujer de los peligros ambientales, en especial de la prostitución, se han basado sin excepción en su reclusión y aislamiento para evitar que su maldad potencial intrínseca pudiera extenderse porque en ningún caso, en una interpretación ginope, se consideró al varón causante o culpable de ninguna de las causas de vulneración social de la mujer.

Fuera del matrimonio y la familia se toleraron las mancebías como aceptación de las relaciones entre un hombre y una o varias mujeres (nunca al revés) hasta que en 1623 Felipe IV instigado por los jesuitas ordenó el cierre de todos los prostíbulos dado que los pecados que en ellos se cometían eran asimilados a delitos.

Pero ello no significó la abolición de la prostitución que doscientos años más tarde vemos regulada de nuevo, avivada en este caso por la polémica médico-sanitaria desatada como con secuencia de sus secuelas. La disyuntiva regulación-abolición se inclina por la tolerancia como un mal menor, dada la imposibilidad de reprimir la apetencia sexual del varón al que no obstante se le exime de toda culpa en la propagación de las enfermedades venéreas.

Las primeras instituciones que se encargan de paliar estos estragos sociales son las Casas de Recogidas que encierran a las mujeres caídas y descarriadas, para proteger el honor de padres y esposos, y que se parecían a instituciones carcelarias por su carácter correccional. A cárceles sin ambages se enviaba a las mujeres incorregibles, a Galeras o cárceles para mujeres, aunque en definitiva eran indistinguibles en su trato de los hospicios y orfelinatos, de las cárceles propiamente dichas. Todas estas instituciones estaban atendidas por personal religioso de la Iglesia católica cuya presencia es inseparable de estas prácticas.

A principios del siglo XIX se crea en España el “Real Patronato para la Represión de la Trata de Blancas”, primer organismo oficial destinado a combatir la prostitución siguiendo el movimiento europeo desatado por la británica Josephine Butler, partidario, en última instancia, del abolicionismo y que contó con el decidido apoyo de las feministas españolas, Clara Campoamor, Elisa Soriano, María Lejárraga, Luis Jiménez de Asúa, Margarita Nelken e Hildegart Rodriguez, que criticaron abiertamente su excesiva orientación católica.

Con la II República la mujer pasa a ser una ciudadana de pleno derecho, al abolirse las diferencias legales por la riqueza, la clase social, el sexo o la religión, legislándose el derecho al voto, a la educación mixta, a la protección de la maternidad, al divorcio y al aborto. Disuelto el Patronato de trata de blancas, se crea un Patronato de Protección de la Mujer con ideas de vigilancia y tutela de las mujeres que se desenvolvieran en medios nocivos y peligrosos, que a su vez es disuelto previamente a que en 1935 el gobierno  apruebe el decreto que pone fin a la reglamentación de la prostitución con un enfoque más humano basado en la igualdad entre sexos y no en la culpabilización, desarrollando las bases de la lucha antivenérea y la cultura sanitaria, eliminando los registros de prostitutas.   

La II República le proporciona por tanto a la mujer un estatus de ciudadana y una equiparación con los hombres, que les permite superar la situación de Patriarcado alcanzando un ajuste social moderno y un futuro prometedor.

El Patriarcado fue restaurado totalmente a la entrada en acción de los golpistas antigubernamentales, sublevados contra el gobierno legítimo, en Julio de 1936, que no tardaron, ni dudaron un momento, en reemprender la lucha contra la mujer. En fecha tan temprana como septiembre de 1936 se prohibió la enseñanza mixta y poco después, en marzo de 1938 se anularon todos los matrimonios civiles de los años anteriores y por fin en 1939 se anuló la ley del divorcio, y poco después el aborto. El Fuero del Trabajo devolvió a las mujeres a sus casas “liberándolas” de la fábrica y sometiéndolas al yugo doméstico.

Todas estas disposiciones convirtieron a muchas mujeres en delincuentes de la noche a la mañana, perseguidas, abandonadas y desahuciadas. Sin trabajo, sin tutelas familiares, viudas o sin maridos (muertos o encarcelados) y con hijos a su cargo. Y para “recoger” a tanta descarriada se crea, en 1941, como complemento de las cárceles, “El Patronato de Protección a la Mujer”, para dignificarla y reeducarla con arreglo a la religión católica, pero no para luchar contra las causas de esta plaga de inmoralidad de la que se culpabiliza en exclusiva a las mismas mujeres, pues ningún putero o proxeneta es molestado, ni, así mismo, la miseria, la represión, la tortura y los fusilamientos fueron tenidos en cuenta.

A este patronato, de extensión nacional, llegaban todas las mujeres que eran remitidas por los Tribunales de Menores, preferentemente entre los 16 y los 21 años, o detenidas en la calle por la policía por cualquiera de los muchos motivos que autorizaban a ello, como ir de la mano con un chico, llevar la falda corta, marcar escote, bailar agarrados o besarse, etc., o bien las que eran  entregadas por sus familias que evitaban así su convivencia por su díscolo comportamiento, o a la labor “altruista” de las muchas organizaciones católicas y religiosas que se prestaban a ello con el visto bueno de la Iglesia y del Vaticano.

El Patronato tenía su propia red de celadoras y asistentes sociales que enjuiciaban in situ las situaciones públicas dudosas, y contaba con centros de ordenación y clasificación de educandas en los que lo primero que se hacía era el examen ginecológico que determinaba actuaciones posteriores. Una vez ingresadas el régimen de vida era carcelario y humillante, estaba censurada la correspondencia y no podían llamar por teléfono ni comunicarse con compañeras, siendo sometidas a un duro adoctrinamiento religioso con cuartos de aislamiento y celdas de castigo para las indóciles. Corrientes fueron las torturas y todo tipo de tratamientos vejatorios.

Así mismo contaba con sus propias maternidades en cuyo seno se desató la más amplia red de robos de bebés conocida en el país con la colaboración de monjas, personal sanitario, autoridades eclesiásticas y civiles y el silencio cómplice de la población. En ocasiones se las enseñaba en talleres al efecto, costura, elaboración de dulces, etc., por el que no cobraban pero que producían ganancias a la institución en clara competencia desleal con los establecimientos dedicados del ramo.

Por increíble que parezca este Patronato continuó funcionando tras la desaparición de la dictadura hasta 1985, en el que la muerte de una reclusa en un intento de fuga propició una inspección judicial que puso al descubierto las condiciones infames de salubridad obligando a su vez a revisar las condiciones legales de los establecimientos terminando con su increíble invisibilidad pese a que por él habían debido de pasar miles y miles de mujeres, caídas o en peligro de caer, para proteger la moral del régimen franquista en una connivencia perfecta entre el estado y la Iglesia.

                                                                      Jesús Lobillo Ríos

                                               Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                        “benaltertulias.blogspot.com”

Bibliografía.-

Iglesias Aparicio P.-“Políticas de represión y punición de las mujeres” Círculo Rojo, 2021

Gómez Arcos A.-“María República”. Cabaret Volter 2014

Ramos Palomo y cols.- “Control social, represión y otras violencias sobre las mujeres en las

                                           Dictaduras Ibéricas (1933-1975).  Dykinson 2024.

Lafuente I.-“Clara Victoria”. Editorial Planeta 2023.


domingo, 3 de agosto de 2025

La utilidad de la creatina

UTILIDAD DE LA CREATINA EN LA ACTIVIDAD FÍSICA

 

El músculo es una máquina que transforma la energía que proporciona la comida en movimiento. Parece casi milagroso que del bocata pueda salir la potencia que te mueve y que te permite pensar, pero en eso consiste el metabolismo o conjunto de reacciones químicas mediante las cuales las células realizan sus funciones. Como es de esperar el tejido muscular es muy complejo. Simplificando mucho se puede decir que está compuesto, entre otras estructuras, por dos tipos de fibras que resbalan la una sobre la otra como las hojas de una puerta corredera sostenidas por enganches parecidos a los de las cremalleras. Cuando ambas hojas se superponen el músculo se contrae aumentando de grosor y cuando se separan el músculo se relaja disminuyendo su volumen. En última instancia la fuerza para el desplazamiento de las fibras lo proporciona el Adenosín Tri Fosfato o ATP, molécula no demasiado compleja en la que recae la responsabilidad de activar el músculo. Es decir, el ATP es el combustible que alimenta el motor que hace que las fibras musculares se acorten (contracción) o alarguen (relajación) y que resulta ser el destino final de la energía que contenía el bocata. El ATP es una molécula muy inestable y como sucede con la electricidad no se puede almacenar. Su estructura está formada por adenina (A) que es una base nitrogenada unida al azúcar ribosa y a tres (T) unidades de fosfato (P). Los nombres no importan, lo importante es conocer que cada P aporta dos cargas positivas (+) libres que se repelen, por lo que se necesita energía para forzarlas a mantenerse unidas, energía utilizable cuando se separan. No hay que olvidar que el ATP al ser  muy inestable debe sintetizarse a medida que se necesita para contraer el músculo que es un motor que fabrica su propia gasolina al tiempo que la consume. Los pasos de su síntesis son:

 

i) A + P  → AP (2+); ii) AP + P → APP (4+); iii) APP + P → APPP o ATP (6+).

 

El APPP (ATP) funciona como un muelle que se va forzando en esos tres pasos a almacenar tensión (energía) al obligar a mantener unidas la carga (+) creciente del P; energía que se desprende al soltarse y que utiliza el músculo para contraerse. Las mitocondrias de las células musculares son las factorías que sintetizan el ATP que como se ha visto es muy inestable y se degrada si no es utilizado inmediatamente. Ya se ha dicho que el ATP no se acumula por lo que la maquinaria debe estar bien engrasada para sintetizarlo cuando se le necesite. ¿Pero qué ocurre cuando se está en reposo y hay necesidad de moverse? ¿Tienen los músculos motor de arranque? Lo tienen y ahí entra en juego la Creatina. Como los músculos necesitan ATP para ponerse en marcha, el motor de arranque deberá aportar de manera rápida energía para que el músculo pueda sintetizar ATP. Esto se consigue con un compuesto disponible en el músculo hecho de Creatina y P que se llama Creatín-fosfato o CP que es quien aporta la energía para sintetizar APPP (ATP). Hay que tener en cuenta que la CP (creatina + fosfato) no interviene más que en el arranque o iniciación del movimiento y que pasados unos segundos deja de funcionar. La cantidad de CP que almacenan los músculos no da ni para terminar una carrera de 100 metros ya que se agota en seguida. Otra cosa que hay que tener presente es que las rutas químicas que constituyen el metabolismo se producen paso a paso, reacción a reacción y que cada una de ellas está controlada por una enzima sin la cual no se produce la reacción. Así que hay una enzima que controla la reacción A + P  → AP; otra para AP + P → APP y otra para APP + P → APPP o ATP. La síntesis de CP también está controlada por su enzima específica, así como el desdoblamiento de CP en C y P cuenta con la suya.

Las enzimas son los magos del metabolismo que hacen que reacciones que tardarían siglos en producirse se activen con precisión en milésimas de segundo cuando ellas actúan. Lo interesante de su funcionamiento aparte de su eficacia es su exquisita especialización. Cada reacción es controlada por una enzima determinada a través de un mecanismo estéreo específico (ordenación espacial) de gran precisión. Actúan por el principio de la llave y la cerradura alcanzando una eficiencia extraordinaria: de la misma forma que para abrir la puerta de tu casa basta con tener una llave y de nada sirve llevar cien en el bolsillo cada reacción bioquímica necesita una sola enzima que actúa sobre sustratos concretos. Debido también a la alta eficiencia de estas moléculas organizadoras, los sustratos o reactivos deben estar ajustados a la concentración que demanda el metabolismo. De nada sirve atiborrar de sustrato una reacción que seguirá un protocolo determinado por la capacidad de la enzima: una llave abre una puerta. Debe quedar claro que por mucha Creatina sintética que se consuma no aumenta la producción de ATP de manera significativa ya que las enzimas que dirigen las reacciones de síntesis tienen una capacidad limitada que no aumenta porque aumente la oferta de sustrato.

Así que consumir Creatina no sirve para nada en el mejor de los casos (a no ser que tenga efectos secundarios) ya que si el depósito está lleno no se almacena y en cuanto ha llevado a cabo su acción de arranque no interviene en ningún paso metabólico más. Su aumento en el espacio extra celular puede que contribuya al aumento de peso por retención de agua dando la falsa impresión de aumento de masa muscular y como a la postre necesitará ser eliminada supondrá trabajo extra para hígado y riñón.

En el libro “El cuento chino de la nutrición” el maestro chino le dice a su discípulo: “Desconfía de quién te ofrezca soluciones fáciles para resolver problemas complejos”.

 

                                                                Salvador Peran Mesa

                                                         El Ateneo Libre de Benalmádena

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