domingo, 9 de abril de 2023

Los orígenes del humanismo médico

                                       LOS ORÍGENES DEL HUMANISMO MÉDICO

La práctica de la medicina comienza en el inicio mismo de la existencia de los homínidos en la tierra, puesto que las enfermedades ya existían antes de su aparición, y su primer médico fue el hombre mismo que atendió a  su supervivencia tratando sus heridas instintivamente, lamiendo, chupando, apretando, frotando y soplando. La ritualización de estas medidas quedaron en manos de los shamanes y de los magos, que se arrogaron poderes sobrenaturales para justificar sus habilidades, asimilándose con los sacerdotes, cuando la medicina se refugió en los templos.

Un primer reflejo escrito de estas prácticas lo encontramos en el Código de Hammurabi (1750 a. c.), pero las primeras recopilaciones de recomendaciones médicas aparecen en los papiros egipcios, entre los que destaca el de Ebers (1500 a. c.). No obstante fueron los hebreos los que más contribuyeron al conocimiento médico a través de sus aportaciones a la Biblia y al Talmud, hasta la llegada de los filósofos griegos con los que comienza a reconocerse al enfermo antes que a la enfermedad y a desarrollar un camino racional para su estudio que hizo su asiento en las bibliotecas.

Hipócrates (460 a 370 a. c.) escribió 72 textos y 42 historias clínicas. Claudio Galeno (129 a 201 a. c.), griego también, fue una figura de la medicina romana, en donde, tras reconocer como un arte el curar, abre camino a la salud pública desde la creación de los hospitales militares, embrión de los civiles. Roma legó sus conocimientos a Bizancio que los vertió al árabe.

El iraní Rhases o Al Rasis (864-925) fue un gran conocedor de la medicina griega, gran observador y racionalista. Inventó el alambique y descubrió el ácido sulfúrico, el etanol y obtuvo el queroseno. Escribió 184 libros y opúsculos científicos.

Ibn Sina, latinizado como Avicena, nació en Bujara y falleció en Hamadan (980-1037). De los trescientos libros que escribió uno de los más destacados es el “Kitab Al Quanun fi Al Tibb” o “Libro de las leyes médicas”, que son cinco libros, más  conocido, como el “Canon de Avicena”,  una compilación sistematizada de los conocimientos griegos y romanos, fundamentalmente de Hipócrates y de Galeno, que influyeron fuertemente en la cultura occidental.

Los musulmanes cordobeses reunieron y transmitieron los conocimientos médicos y su aplicación. Entre sus figuras más importantes destacan Albucasis el cirujano (936 a 1009), nacido y fallecido en Córdoba, dedicó toda su vida a la medicina escribiendo entre otras obras “Kitab Al Tasrif”, una enciclopedia médica en 30 volúmenes siendo considerado el fundador de la cirugía moderna,  Avenzoar, nombre latinizado de Abu Marwan Ibn Zhur, el clínico (1094 a 1162), sevillano que redactó un excelente manual para la utilización del médico práctico, Averroes el filósofo, nacido en Córdoba y muerto en Marraquech (1126 a 1198), procedente una familia de jurisconsultos, es famoso como el comentador de las obras de Aristóteles, fue así mismo un excelente médico, y Maimónides el humanista hebreo, nacido en Córdoba y fallecido en El Cairo (1138 a 1204), asentó la teología judaica sobre los principios de la razón y escribió diez obras sobre medicina.

 El quehacer médico pasa ahora a ser el objetivo de las órdenes mendicantes y militares y a  refugiarse en las iglesias, siendo concebido como una obra de caridad que trata a pobres y enfermos. La enseñanza de la medicina se realiza de maestro a discípulo ajeno a la existencia de centros docentes capacitados o reconocidos.

El primer intento de fiscalización y control de la práctica médica se encuentra en la creación del Real Tribunal del Proto Medicato, en 1477 por los Reyes Católicos, un cuerpo técnico encargado de vigilar el ejercicio de las profesiones de los médicos, cirujanos y boticarios, con capacidad para sancionar su calidad y prohibir su ejercicio a los que no pasaran el examen exigido.

 La obra del valenciano Juan Luis Vives (1492-1540), “De subvencione pauperum” (Brujas 1526), introduce un cambio radical en la concepción de los servicios sociales y sanitarios. Incluye la necesidad de formación, mediante la cual el fraile pasa a ser enfermero, el físico a ser médico, el barbero a cirujano y el boticario a ser controlado. La enfermedad deja de ser un castigo divino o demoniaco para convertirse en algo inherente a la persona. Los enfermos ingresan en el hospital para ser curados y devueltos a la sociedad pero no para concluir allí sus días de existencia.

El estudio, la formación y la adquisición de la técnica fueron los elementos fundamentales que en el siglo XVI asentaron el humanismo en la práctica médica y cuya base llegó implícita de la mano de las Universidades. En 1499 el Cardenal Jiménez de Cisneros funda la Universidad de Alcalá de Henares base del humanismo científico. En su programa docente para ser médico había que ser primero Bachiller en Artes, lo que obligaba a saber latín y griego y cuya formación podía durar entre dos y cuatro años, y a continuación otros tantos años para ser Bachiller Médico que ya permitía ejercer, teniendo en cuenta que dos de ellos eran de práctica médica con doctores, y los que pretendían ser doctores debían seguir estudiando otros cuatro años más.

La Universidad de Alcalá se formó por la adhesión de sucesivos Colegios al primitivo que fundara Cisneros como Colegio Mayor de San Ildefonso, al que todos acataban disciplinariamente. Los más conocidos fueron, aparte del mencionado, el de San Pedro y San Pablo (Teología y Artes), el de San Eugenio o de los gramáticos, San Isidoro (Gramática y Retórica donde Nebrija enseñó) etc., formando una auténtica ciudad universitaria.

Los estudiantes de Medicina se alojaban en el Colegio Madre de Dios o de los Teólogos. En las cátedras de Prima y Medicina se leían y estudiaban a los grandes médicos clásicos y a los grandes médicos medievales, y se traducían sus obras al latín. Las clases de práctica médica  de las cátedras de Anatomía y Cirugía, se llevaban a cabo en el Hospital de San Lucas y San Nicolás, que fundara el propio Cisneros para estudiantes pobres

Las cátedras en Alcalá se renovaban cada cuatro años. Entre las figuras médicas que alumbraron este arranque humanístico debemos recordar a Andrés Laguna (1510-1559), segoviano, que estudió Artes en Salamanca y Medicina en París, volviendo a dar clases en Alcalá y siendo médico de Carlos V. Se dedicó a la Farmacología y a la Botánica siguiendo las enseñanzas de Dioscórides.

Cristóbal de Vega (1510-1573), nacido en Alcalá pero también estudió Artes en Salamanca y luego Medicina en Alcalá, donde desempeñó la Cátedra de Prima.

Fernando de Mena (1520-1585), estudió en Alcalá consiguiendo los títulos de bachiller, licenciado y doctor en Medicina, para pasar a ser Catedrático de Prima, traduciendo obras de Galeno. Fundó un Colegio Mayor (de San Cosme y San Damián) para sus familiares y vecinos.

Francisco Díaz (1527-1590), alcalaíno, famoso cirujano que escribió el primer tratado de urología que lo ha reconocido como el padre de la urología universal.

Francisco Vallés (1524-1592) el “Divino Vallés”, estudió en Alcalá iniciándose en el Colegio Trilingue (griego, latín y hebreo), para continuar estudiando medicina, llegando a ser catedrático de Cirugía, considerándosele como el precursor de la anatomía patológica.

Juan Huarte de San Juan (1529-1588), estudió arte en la Universidad de Baeza y Medicina en Alcalá. Famoso en toda Europa por su obra “Examen de ingenio para las ciencias” en donde afirmó que las capacidades del alma tenían una base en la morfología y fisiología cerebral y que también podían enfermar, por lo que es considerado el iniciador de la psicología moderna.

Las bases del humanismo médico se extendieron al resto de las universidades, haciendo inferir que el médico no solo era un conocedor experto de esa máquina maravillosa que es el cuerpo humano, también entendía la enfermedad y al enfermo sin cuya comprensión no es posible conseguir una curación, ni un alivio o un consuelo.

 

                                                                    Jesús Lobillo Ríos

                                              Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena

                                                          “benaltertulias.blogspot,com”

Bibliografía.-

Félix Martí Ibáñez. (1911-1972). “La epopeya de la medicina”.

Gonzalo Gómez García. “Sanar cuerpos y guardar almas”. Fund. Banco de Santander, 2022.

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