MARY
HARRIS JONES: “La abuela de todos los agitadores”
Mary, de origen irlandés, nació en Cork
en 1837. Debido a la “Gran Hambruna”[1]
que padeció Irlanda a principios de los años 40, su familia, una más entre el
millón de familias que tuvieron que emigrar, empujadas por el hambre, se
trasladó a América buscando una nueva vida (como consecuencia, se estima que la
población de Irlanda se redujo aproximadamente entre un 20-25%). La familia se
asentó en un primer momento en Canadá y allí Mary, que llegó adolescente, se
educó en la Escuela Normal de Toronto, que era gratuita, formándose como
maestra, profesión que ejerció durante unos años. Desmotivada, abandonaría esta
profesión para trabajar como costurera.
Al parecer, la estancia
en aquel país no le resultó nada fácil a la familia debido a su status de
emigrantes, además católicos, mal vistos en aquel país anglosajón, de forma
que, a los 23 años, Mary emigró a los Estados Unidos, estableciéndose primero
en Michigan y después en Chicago y Memphis, ciudad en la que abrió un taller de
costura y donde conoció y se casó con un sindicalista de nombre George G. Jones
en 1861. Desgraciadamente, en 1867 Mary se quedó viuda al perder a toda su
familia (el marido y cuatro hijos, todos menores de 5 años) durante la epidemia
de fiebre amarilla. Tenía 30 años. Pocos años después, en 1871, otro golpe
fatal: el gran incendio de Chicago, ciudad a la que se había trasladado tras
quedar viuda, destruyó su taller de costura, que era su medio de vida. Se tardó
varios días en sofocar el incendio en el que murieron cientos de personas y quedaron
sin hogar unos 100.000 residentes. Jones, como buena ciudadana, ayudó a
reconstruir la ciudad y, según su autobiografía[2],
esto la llevó a unirse a los Caballeros del Trabajo[3], y
así comenzó a organizar huelgas. Cuando esta asociación se disolvió en 1886, Mary
Jones se involucró en el sindicato de los Trabajadores Mineros Unidos (UMW), de
forma que en varias ocasiones lideró sus huelgas, formando parte en los
piquetes, y motivando a los trabajadores para que la administración, con sus
rompehuelgas, no se salieran con la suya.
Como resultado de todo
lo relatado, Mary se volcó en el activismo social que le haría famosa, no sólo
en Estados Unidos, sino a nivel internacional, hasta ser conocida como “Mother
Jones” o “Ángel de los mineros” entre la clase trabajadora; para los
gobernantes y reaccionarios fue reconocida como “la mujer más peligrosa de
Norteamérica”, debido a su éxito en la organización de los trabajadores mineros
y sus familias y a sus luchas en contra de los dueños de las empresas mineras.
En 1903, con más de 60 años, organizó una marcha para protestar por la falta de
aplicación de las leyes sobre el trabajo infantil en las minas de Pensilvania y
las fábricas de seda, liderando la que se conoce como “Marcha de los Niños
contra el trabajo infantil”. La marcha, iniciada en Filadelfia, finalizó ante
la residencia del presidente Theodore Roosevelt en Nueva York. Durante toda su
vida ayudó a coordinar importantes huelgas y fue cofundadora de la organización
Trabajadores Industriales del Mundo.
Sobre esta cuestión, y
desde la otra orilla del Atlántico, el periódico español El Socialista se
hacía eco en un artículo, publicado en julio de 1886, con el sugerente título
de “Hechos, no palabras”, en el que se dan datos tan tremendos como que, por
ejemplo, en algunas fábricas algodoneras de Massachussets el personal lo
constituían sólo mujeres, en su mayoría, y niños (desde los 9 años en jornadas
de 10 a 14 horas), por lo que se pensaba
que los distritos de manufacturas de dicho Estado terminarían siendo todos
“ciudades de mujeres”[4].
Mary fue muy activa
como organizadora y educadora en las huelgas a lo largo del país en ese tiempo,
particularmente vinculada con los Trabajadores Mineros Unidos y el Partido
Socialista de los Estados Unidos. En uno de sus tantos juicios, uno de los
miembros del jurado dijo de ella: “Ahí se sienta la mujer más peligrosa de los
Estados Unidos”, y llegó a ser denunciada en el senado estadounidense por
encarnar a la “abuela de todos los agitadores”.
Por otra parte,
ideológicamente siempre defendió, en contra de la opinión de muchas activistas
que luchaban por el voto femenino, el que las mujeres no debían tomar parte de
la vida política porque: “una maternidad descuidada era la principal causa de
la delincuencia juvenil”. Sin embargo, a pesar de estas disensiones, coincidiendo
con el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2010 el ayuntamiento de
la ciudad de Cork aprobó que se erigiera una placa en su ciudad natal. Esto se
llevó a cabo en 2012, en conmemoración del 175 aniversario de su nacimiento.
Declaradamente agnóstica,
despreció a sacerdotes y ministros, refiriéndose a ellos como “pilotos del
cielo”: “El trabajo debe ser la propia religión”, solía decir. Quizás,
influenciada por la mala relación mantenida con un hermano suyo sacerdote. Su
vida y su obra se han mantenido en la memoria colectiva de los trabajadores
concienciados. Por ejemplo, durante una huelga de mineros de Virginia y
Kentucky (1989-1990) las esposas e hijas de estos, organizadas en piquetes y
equipos de información se autonombraron como “Hijas de Mother Jones”. En los
años 70 se fundó una revista: Mother
Jones.
A nuestro entender, que su fama se basase en
el radicalismo se contradice con aspectos tales como cuando acusó públicamente
a ciertos funcionarios sindicalistas de vender a sus colegas a los
capitalistas, o el no apoyar a los movimientos de mujeres que pedían el voto e,
incluso, negociar con John D. Rockefeller. Jr., tras la sangrienta huelga
de 1914. No fue en esencia una radical,
sino una individualista que, a modo de apóstol laica dedicó unas cuantas
décadas de su vida a la causa obrera.
Murió
a los 93 años en Silver Spring (Maryland) y está enterrada en la Union Miners
Cemetery.
Rosa María Ballesteros García
Vicepresidenta del Ateneo Libre de
Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”
[1] La catástrofe se produjo a causa
de la plaga que contagió al cultivo de las patatas, alimento fundamental de la
dieta de los irlandeses. Se estima que murieron alrededor de 1 millón de
personas.
[2] En 2018 se publicó el libro Mother
Jones. Una historia de la lucha obrera en Estados Unidos.
[3] Sociedad surgida en 1869, aunque
nació como sociedad secreta para evitar la represión. Sus fundadores fueron los
sastres de Filadelfia.
[4] Para ampliar el tema remitimos
al capítulo de Marianne Debouzy, “El movimiento socialista en los Estados
Unidos hasta 1918”, incluido en Historia General del Socialismo, editada
en España por Destinolibro, en 1979, con varias ediciones posteriores.
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