LOS DESECHABLES
La palabra
desechable es ambigua, se puede referir a cualquier cosa, algo que ya no te gusta y lo sustituyes
por otra que te agrada más. Esto en cuanto a cosas de usar y tirar, pero el arco
de ésta palabra es muy extensa.
Siempre que
pensamos en algo desechable lo visualizamos como algo físico , objetos de usar
y tirar pero también se desechan sentimientos que nos incomodan, noticias que
nos alteran, personas que con su sola presencia nos suponen un estrés añadido
al que nos brinda la sociedad a diario .
Tirar algo
del hogar o hacer una limpieza de armario supone algo más que lo meramente
físico. Con ese acto pretendemos liberarnos sin darnos cuenta de algo más que
solo está presente en nuestro yo interior.
El tema es
muy complejo. Se desecha en las empresas cuando los empleados ya no gustan, por
edad, intereses económicos o simplemente por el físico y en incontables
ocasiones por motivos de género.
En los
hogares actuales generalmente tan poco espaciosos, todo está medido para
familias reducidas, ahí no caben cosas superfluas, ni siquiera los abuelos
están libres de ese “ya son mayores, ya no se enteran de nada”. Pero se
equivocan, los mayores tienen acumulada una sabiduría que les ha sido dada por
la experiencia de los años vividos y que podrían trasmitir a los nietos, como
el encarar la vida sin la violencia que observamos en la sociedad. ¿Se pueden
considerar a los abuelos como “algo” que ya no te sirve?
De hecho, así ocurre. Pero acaso, en ese mismo
espacio reducido ¿han sobrado los niños?
No, pero los abuelos sí. Que si tienen mal genio, que dan mucho trabajo, un
sinfín de pretextos para deshacerse de ellos y rápidamente les buscamos una residencia donde
los aparcamos como los coches viejos en el desguace.
Es triste
contemplar esos auténticos morideros, con residencias pésimas donde a éstas
personas se les ha quitado toda su autonomía. Sí que habrá de todo, los que han
ingresado por propia voluntad y disfrutan de una residencia tipo hotel donde
sus vidas transcurren plácidamente y pueden reunirse con amigos en la calle,
con lo cual no pierden el contacto social.¿ Pero cómo hacer en ésta sociedad donde
a la mayoría apenas les llega la pensión para costearse una residencia medio
decente donde escasean los cuidados
sanitarios como hemos podido comprobar en ésta pandemia que estamos
padeciendo?.
La sociedad burocrática
ha sido muy dura e insensible con estos mayores que estuvieron a por todas en
la lucha social para que sus hijos y su
patria tuvieran un futuro mejor. No se merecen que este problema que es de
todos se vea de perfil como que no nos atañe porque aún no estamos en esa
tesitura, pero queridos lectores, el tiempo pasa muy rápido, entre criar a los
hijos el trabajo y el estrés no te das cuenta que tú eres el próximo residente.
Ya sabéis:¡
cuando las barbas de tu vecino veas cortar por las tuyas a remojar!
Lola Recio Barba. Diplomada en Artes.
Pintora
El Ateneo Libre de
Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”
No hay comentarios:
Publicar un comentario