¿Quién dice que el feminismo está obsoleto?
Rosa M. Ballesteros García
rosaballesterosgarcia@gmail.com
Inicio este artículo desde una profunda reflexión e
intentando salir del shock que me causan las terribles noticias que, a través
de los medios de comunicación, nos están llegando desde Afganistán.
Supongo que no soy yo sola la que se encuentra en este
estado y que, a cualquier demócrata, estoy segura, se le revolverán las tripas
cada vez que encienda la televisión y vea las espeluznantes escenas en las que
la ciudadanía rabiosa, suplicante y aterrorizada intenta abandonar el país.
Hasta el punto es su desesperación que no dudan en entregar a sus bebés a las
tropas que custodian el aeropuerto para salvarlos. Sin embargo, no es mi
intención hacer consideraciones de tipo político, ni intentar polemizar sobre
el porqué se ha llegado a esta situación, doctores tiene la Iglesia, y cada
cual tendrá sus ideas al respecto.
Decía al principio de estas líneas que las noticias que
estaban llegando desde aquel país me movían a reflexionar sobre todas las
posibles víctimas y sobre el negro futuro que se les presenta a las mujeres afganas
en particular, que es donde quiero centrar mi objetivo. Era casi una obligación
el que yo expresara mi inquietud sobre este aspecto, y digo obligación tanto
por mi condición de mujer y feminista, como en calidad de responsable del área
de la mujer del Ateneo Libre de Benalmádena. Ya conocen quienes asistían
regularmente a las sesiones, antes de la maldita pandemia, y también a través
de los artículos que, semanal y regularmente se envían como testimonio de que
nuestro Ateneo sigue vivo y comprometido con la cultura de nuestro municipio,
que mis aportaciones suelen ir generalmente en esa línea; es decir en tratar de
explicar las causas y los orígenes del movimiento feminista, de la necesidad de
que lo conozcamos en profundidad y, lo que es más importante, de que somos unas
privilegiadas al pertenecer a esto que llaman “Primer Mundo”, con todos sus
defectos.
Pienso que tendrían que ser suficientes las noticias y
las imágenes con las que desayunamos, comemos y cenamos mientras vemos la
televisión o escuchamos las noticias de la radio, pero no soy tan ingenua.
Sólo me resta llamar la atención sobre quienes piensan
que las feministas somos unas insensatas radicales, que vivimos en un mundo
justo y equilibrado y que nuestras demandas están desfasadas. Como muestra de
la que se avecina, los argumentos que los islamistas esgrimen en su diseño de
mujer ideal y que la convierte en mero vientre para concebir, porque: si no
pueden ir a la escuela, si no pueden moverse fuera de casa como no sea
acompañadas de un hombre, si pueden ser azotadas o lapidadas, si hasta se les
prohíbe reír en voz alta o cantar, por no extenderme en otras prohibiciones…
¿De qué estamos hablando?
Aventuro una fantástica hipótesis: ¿Qué pasaría si a
partir de ahora las afganas sólo concibieran hijas?
EL ATENEO LIBRE DE BENALMÁDENA
“benaltertulias.blogspot.com”
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