EL COLLAR DE LA PALOMA
Se han cumplido mil años desde
que esta preciosa elegía andaluza, que rezuma nostalgia de su tierra perdida,
fuera publicada por Ibn Hazm de Córdoba en 1022, mientras se encontraba en
Játiva refugiado tras un intento rechazado de restaurar el califato cordobés
para un omeya, dinastía a la que profesó lealtad toda su vida.
“El collar de la Paloma”, junto a
otras obras del periodo califal, es la indiscutible obra maestra de la prosa arábigo-andaluza
y una de las cumbres de la literatura
española. Es una obra culta, arabizante, salida de la mano de un escritor y
filósofo educado y formado en las madrazas y la Mezquita cordobesa que
destacaba en todo el mundo por la calidad de sus enseñanzas.
Ibn Hazm de Córdoba procedía de
una familia muladí, indígena española convertida al islam, oriunda de Huelva en
donde poseía tierras en un lugar que hoy se denomina Montíjar, y desde donde su
abuelo decidió trasladarse a Córdoba, lugar en el que su hijo y padre de
nuestro escritor, destacó como hombre ilustrado, hábil e influyente, ganándose
la confianza del valido Almanzor que lo llevó a vivir a la proximidad de su
ciudad palatina de “Al zahira” haciéndolo visir y situándolo en el nivel más
alto de la vida cordobesa.
Abü Muammad Alï Ibn Hazm nació en
Còrdoba en 994, en pleno periodo amirí, disfrutando de una infancia
privilegiada, como hijo de un visir que era, y educándose asistiendo a la
clases de los más celebres profesores de la capital del Califato de Occidente,
formando grupo selecto con otros jóvenes de la alta sociedad cordobesa que son
aristocráticos y filoárabes y que beben de todas las novedades literarias que
llegan de Bagdad.
Esta idílica y envidiable
situación es alterada por la “fitna” o guerra civil cordobesa que se declara a
la muerte de Sanchuelo, segundo hijo de Almanzor en 1009, y provoca la
desgracia familiar, su domicilio en el barrio cordobés de los altos
funcionarios (Balat Mugit) es destruido y nuestro protagonista huye a Almería
en 2013 a los 18 años de edad, huérfano ya de padre fallecido el año anterior, y en donde
teóricamente sigue gobernando el repuesto Hixam II, cuya caída provoca un nuevo
destierro de nuestro legitimista omeya que no duda en apuntarse a colaborar en
la posible reposición de un biznieto del gran Abd al Rahman III, aventura que
termina en derrota y exilio en Játiva donde escribe “El collar de la paloma” en
1022 a los 28 años de edad.
Todavía la fortuna va a depararle
un gran triunfo. En 1023 Córdoba se permite el lujo de elegir en la Mezquita
Mayor a su propio candidato omeya a Califa que resulta ser el quinto Abd al
Rahman, un hombre joven y cultísimo que elige para su equipo de gobernantes a
los jóvenes cultos del grupo de Ibn Hazm que es nombrado visir, reconocimiento
que solo duraría mes y medio y que termina con la ejecución del Califa y la
cárcel de nuestro escritor.
Al salir de su encierro es
perseguido y descalificado por todas las sectas religiosas, y condenado e
injuriado por sus adversarios ideológicos, pero obstinadamente se dedica por completo a la ciencia, al
derecho y a la teología, realizando un gigantesco esfuerzo que nos proporciona
la cifra de 80.000 folios escritos en 400 volúmenes. Entre estas obras se
encuentra “Fisal” (historia crítica de las ideas religiosas), “Chamara” (el
mejor repertorio genealógico árabe del occidente musulmán) y “La epístola
apologética de España y sus sabios” (la primera historia literaria de
al-Andalus reivindicadora de las glorias españolas).
En los últimos años de su vida se
convierte en un agrio intelectual que defiende su ortodoxia contra viento y
marea, deambulando por los reinos de taifas en continuas y acerbas disputas con
todas las escuelas religiosas a las que rebate y que le acosan, hasta que
vencido se retira a la casa solariega de Montija en donde fallece en 1063, a
los 69 años de edad.
“El collar de la paloma” es, como
reza su subtítulo, un tratado sobre el amor y los amantes que responde en su
exposición a una planificación muy exacta y exhaustiva del problema. Comprende
30 capítulos, diez versan sobre los fundamentos del amor, doce sobre los
accidentes y cualidades del amor, seis sobre las calamidades que sobrevienen en
el amor y los dos últimos son ascéticos, uno sobre la fealdad del pecado y otro
sobre la excelencia de la castidad. Nos habla de la esencia del amor, las
formas de enamorarse, las formas de
comunicarse los enamorados, el mensajero, el mensaje (su guarda y divulgación),
el espía, el calumniador, la unión amorosa, la ruptura, la traición, la
separación y el olvido.
Esta risala rememora
nostálgicamente los tiempos cordobeses de Almanzor, en un estilo aristocrático
y elegante que elimina cualquier giro vulgar. Es absolutamente personal, ya su
autor nos advierte que solo habla de lo que él ha vivido o ha conocido por
personas de su entorno, y así nos refiere sus propios recuerdos, amigos,
fiestas, amores, maestros y referencias a sucesos reales históricos. Sus
versos, muestran erudición y
conocimiento aunque, en la traducción, la versión en prosa resulta superior a
la poética.
Está escrito en árabe y en prosa
con muchos versos, pese a que éstos
fueron duramente podados según confesión
del copista protagonista del único
códice existente en la Universidad de Leiden en la que fue descubierto por
R.A.Dozy en 1841. Es posible que debido a la aversión personal que cultivó su
autor y, sobre todo, a estar escrito en árabe, sean la causa de su extravío y
tardío hallazgo, aunque esta última circunstancia es común a otras muchas obras
de la época andalusí, que por similares razones no llegaron al descubrimiento
de la imprenta.
No obstante su influencia en la
literatura posterior se deja sentir según las investigaciones de Américo Castro,
en obras como “El libro del buen amor” escrito por el arcipreste de Hita, tres
siglos más tarde.
Jesús Lobillo Ríos
Presidente
del Ateneo Libre de Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”
Bibliografía.-
Ibn Hazm de Córdoba. “El collar
de la paloma”. Traducido por Emilio García Gómez. 2ª edición. Sociedad de
Estudios y Publicaciones. 1967.
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