domingo, 21 de febrero de 2021

Aprender un idioma a cierta edad.

EL ATENEO LIBRE DE BENALMÁDENA

 

 APRENDER UN IDIOMA A CIERTA EDAD

 

Aprender un idioma siempre es un reto y más si ya se tiene una edad. Cumplí hace poco 61 años. Se da la circunstancia que un hijo mío está trabajando en Irlanda desde hace unos años y piensa construir su futuro allí. Cuento esto por que ante mí se presentó una motivación para entender el inglés de una vez por todas. Como otros de mi generación, aprendí mal en la escuela el inglés. Aprendí mucha gramática y a traducir, pero aprendí poco o nada el lenguaje hablado, salvo frases simples, así que decidí volver a estudiarlo y puse todo mi empeño en la tarea. Me ilusionó la aventura.

 Siempre había pensado que el español era una lengua mucho más rica, con más vocabulario que el inglés, pero estoy empezando a dudarlo. Me reía de la simplicidad de sus formas verbales en comparación con la difícil conjugación de los verbos en español. Pero cuando profundizo en la lengua inglesa me doy cuenta que hay muchas palabras para expresar lo mismo o parecido, como en español y que los verbos no son tan simples pues los complican añadiendo preposiciones que le cambian el significado, una y otra vez. Aparte, me gustan sus expresiones hechas, pues son divertidas y tienen un significado que no es el literal, dándole alegría al idioma. Por otro lado, si pensamos en el lenguaje inglés hablado, es como si fuera otra lengua ya que hay que aprenderse los sonidos; lo hablan contrayendo muchas expresiones, por lo que tengo que estar muy concentrado para entenderlo y que no se me escape nada, lo cual es bastante difícil a veces. A mi edad el oído ya no es el que era, así que es un reto para estar más despierto y de paso trabajar la audición.

 El conocer un idioma extranjero, en este caso el inglés, abre la mente. Trabajar las áreas del lenguaje en el cerebro hace que este funcione de modo más eficiente. Una vez voy entendiendo más, se abren ante mí muchas posibilidades, como escuchar y entender canciones que antes simplemente tarareaba sin más (hay canciones en inglés bellísimas), poder leer libros en su versión original o ver películas donde los actores tienen su propia voz, con lo cual la película adquiere más calidad. También puedo leer periódicos de otros países, que me dan otro punto de vista de lo que pasa en el mundo. Conozco así otra cultura que me enriquece. Además, viajar se vuelve mas atractivo, pues la comunicación con las personas es mejor, pudiendo hacer amistades en otros países. En definitiva, comprendo que el mundo no se acaba en el ombligo de mi propio país.

 Así las cosas, aprender otro idioma es divertido y útil, sin importar la edad. Es cierto que se me resiste el idioma y aún no entiendo muy bien cuando me hablan en inglés, pero donde todo era antes neblinoso, ahora veo zonas en el discurso que entiendo y tengo la esperanza que alguna vez pueda entender con claridad sin tener que fruncir el ceño y los ojos para saber qué me dicen. La experiencia creo que merece la pena. A mí me sirve de estímulo, ocupa parte de mi tiempo, y está siendo una aventura refrescante.

 

Francisco Marín Urrutia

   Médico Rehabilitador

 

                                           “benaltertulias.blogspot.com”

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