IMPERIO ARGENTINA
En Octubre de 2022, el
ayuntamiento de Benalmádena situó en un lugar preeminente de la Casa de la
Cultura, el cuadro que pintara Antonio Montiel, por encargo del municipio en
1999, de la artista Imperio Argentina (en el que luce el manto que le regalara Miguel
de Molina), radicada en el pueblo
costasoleño desde hacía 25 años, y en donde había fallecido en 2003 a los 92 años
de edad. Es momento por tanto de recordar la figura y merecimientos de esta
artista acreedora de tal atención consistorial.
Magdalena Nile del Río, nació en
Buenos Aires en 1910, hija de una bailaora malagueña de Monda, que llegó a
Argentina como polizón en un barco, y de un mecánico gibraltareño, cuya afición
a la música le había llevado a emigrar, y luego a llevar a su hija a los cafés
y tablaos donde actuaba, en uno de los cuales, el Café Armonía, debutaría con
solo cuatro años. Recibió algunas clases gratuitas que Ana Pavlova daba en el
Teatro Colón y luego de su asistente Nemanoff, y continuó con su familia
viajando y dando conciertos por las provincias argentinas y por los países
sudamericanos hasta que en Lima asombró, al dramaturgo Jacinto Benavente que le
aconsejó el nombre artístico de Imperio Argentina porque la consideró una
mezcla de Pastora Imperio y de Antonia Mercé “la argentina”, recomendándole que
volviera a España.
Llegó a España en 1923, con 13
años, en donde tuvo como representante a Juan Carceller, y consiguió sustituir ocasionalmente
a “la niña de los peines” en el Teatro Romea en el que debutó en 1924 con 14
años. Tres años después, a los 17 años, la contrataron para rodar la película
“La hermana San Sulpicio” que dirigió Florian Rey con el que se casó civilmente
y tuvo un hijo que se suicidó joven, y con el que rodó más películas como “Los
claveles de la Virgen” y “Su noche de bodas”, “Nobleza Baturra” y “Morena
clara”. También trabajó a las órdenes de Alexander Korda (“Lo mejor es reír”) y
con Maurice Chevalier (“El cliente seductor” en 1931, “La casa es seria” y
“Melodía de arrabal” en 1932). Todo ello le proporcionó una enorme popularidad,
dentro y fuera de España.
En 1937, en pleno auge del
nazismo con el que ella simpatizaba, fue contratada en Alemania en donde Hitler
que se interesó por conocerla personalmente, le dio todo tipo de facilidades
para que se quedara en el país, en donde al fin rodó “Carmen la de Triana” bajo
la dirección de Florian Rey, rodaje que se simultaneó con “Andalusische nachte”
con el mismo argumento pero con equipo e idioma alemán, basados en la Carmen de
Merimé. Ambas películas fueron cómicamente parodiadas en 1998 por Fernando
Trueba en “La niña de tus ojos”.
Su escarceo con el nazismo le
acarreó un boicot con abucheos y piquetes de los teatros más importantes del
mundo y la limitó a trabajar solo en España donde su aproximación a la falange
y al mismísimo general Franco, necesitado de éxitos, le permitió rodar a las
órdenes de Benito Perojo (“Goyescas”, “Bambú”, “La maja de los cantares” y “Lo
que fue de la Dolores”).
Al término de la dictadura, con
la muerte del dictador, su pasado falangista sepultó su carrera artística que apenas
se recuperó levemente con José Luis Borau (“Tata mía” en 1886, cuando tenía 76
años) y Javier Aguirre (“El polizón del Ulises” en 1987). Por último a los 81
años, en 1992, participó en un gran espectáculo musical sobre la “Historia de
la Copla” celebrado en el Auditorio “La Cartuja” en Sevilla.
Al fallecer en 2003, Benalmádena
le dedicó una calle con su nombre y ahora ha recuperado su retrato que la
anterior corporación, netamente conservadora, había sufragado para perpetuar su
memoria. Sus canciones más populares como “Los piconeros”, “Falsa moneda”,
“Coplas de Luis Candelas”, ”La muerte de Vargas Heredia” y sobre todas “Échale
guindas al Pavo” siguen retratando fielmente la actualidad cotidiana.
Jesús Lobillo Ríos
Presidente del Ateneo Libre de Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”
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