Hedy Lamarr: Belleza + Inteligencia
Hedy
Lamarr (1914-2000), actriz norteamericana de origen austriaco (nacida Hedwig
Eva María Kiesler) ocultó una extraordinaria mente científica tras su
legendario físico: inventó un sistema de comunicación que es la base del WiFi,
el Bluetooth y otras tecnologías actualmente en uso. Durante años, a Hedy
Lamarr se la conoció únicamente como «la mujer más bella de la historia del
cine». Sus padres fueron judíos exiliados. La madre, húngara, fue concertista
de piano y su padre, ucraniano, director de un banco. Antes de los once años
tocaba el piano, bailaba y hablaba cuatro idiomas. A los dieciséis años empezó
sus estudios en la escuela de arte dramático berlinesa del director de cine y
teatro Max Reinhardt (1873-1943) y apareció en sus primeras películas de
directores como Georges Jacoby, Granowsky o Boese en 1930 y 1931. Pero su fama
mundial fue por aparecer desnuda (entre sus escenas «tórridas› corriendo
completamente desnuda por el campo o fingiendo un orgasmo con su rostro en
primer plano) en la película Éxtasis (1933) del checo Gustav Machaty
(1901--1963). Apunta la actriz que este director le prometió que las cámaras la
filmarían desde lo alto de una colina, y la engañó. Pero lo cierto es que causó
un gran revuelo y fue condenada por las Ligas de la decencia y por el papa Pío
XI. Era la primera vez que un film comercial abordaba los desnudos integrales,
si bien existe el precedente de la actriz americana Audrey Munson en la
película muda Inspiración (1915) dirigida por George Foster Platt
(1886-1923) y guion de Virginia Tyler Hudson (1886-?). En ella posaba como
modelo cubierta por una capa de barro. Fue la primera película estadounidense
no porno que ofrece un desnudo completo femenino.
Respecto
a este género (el Porno), remontándonos a sus orígenes, ya en 1896 Eugéne Pirou
y Albert Kirchner rodaban Le Coucher de la mariée, película dirigida por
un tal Léar (nombre real Albert Kirchner), donde aparece una mujer que se
desnudaba completamente (se estrenaría en 1903). Sobre este asunto, en España, destacamos
a los hermanos Ricardo y Ramón Baños quienes, según varias fuentes, realizaron
varias películas en los años 20, a través del conde de Romanones, encargadas
por el rey Alfonso XIII. Se han conservado El consultor, Consultorio
de señoras y El ministro. Sus protagonistas eran habitualmente
prostitutas y rufianes.
Volviendo
a nuestra actriz biografiada, se casó en 1933 con Friedrich Alexander María
Fritz Mandl (1900-1977), proveedor de municiones, de aviones de combate y de
sistemas de control para Adolf Hitler y Benito Mussolini. En sus memorias (Éxtasis
y yo Hedy Lamarr, 2017)[1], la actriz cuenta que el marido era
amigo personal de ambos. El marido, muy celoso (intentó hacerse con todos los
ejemplares de la película en la que su esposa aparecía desnuda), la obligaba a
acompañarle en todas las cenas y viajes de negocios. Sigue narrando Lamarr que
fue encerrada en casa y sometida a un estricto control, por lo que tuvo que
abandonar su carrera cinematográfica y conformarse con ser la señora «de››[2]. Sin embargo, este
enclaustramiento supo aprovecharlo muy bien para ahondar en sus estudios de
ingeniería y las ocasiones en las que acompañaba al marido en sus reuniones con
los nazis, también las supo aprovechar sonsacando información a los clientes o
proveedores. Una vez libre del verdugo vendería sus conocimientos a los EE.UU.
En
1937 decidió huir a París, disfrazada de doncella, en una escapada digna de un
buen guion de cine. Fue una rocambolesca huida, ayudada por su criada, con la
que mantenía una relación sentimental, lo que posibilitó urdir su fuga de
Alemania en un periplo que la llevaría de París a Londres hasta el salto
definitivo a los EE. UU. Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, junto al
compositor norteamericano George Antheil (1900-1959) desarrollaron la patente
de un sistema de guía por radio para torpedos.
Instalada
ya en Hollywood, entre varias decenas de películas, dio vida a algunas heroínas
como Dalila (Sansón y Dalila, 1949), Elena de Troya (La manzana de la
discordia, 1954), la Emperatriz Josefina (I cavalieri dell'illusione,
1954) o Juana de Arco (La historia de la humanidad, 1957). Sus últimas
apariciones en pantalla fueron al final de la década de los años 50, si bien
rechazó varias propuestas en década de los 70. Fue también guionista y productora de cine.
En 1953, con treinta y
ocho años, se convirtió en ciudadana estadounidense. Finalmente, su vida fue un
tanto turbulenta, fue arrestada en varias ocasiones por cleptómana y se casó en
cinco ocasiones más (con una media de 1 a 7 años), siendo el más duradero con
W. Howard Lee. Con John Loder, actor con quien estuvo casada entre 1943 y 1947,
tuvo una hija y un hijo y también adopto otro niño durante su breve matrimonio
con el guionista estadounidense Gene Markey. Se retiró de la vida pública y se
instaló en Miami Beach, en 1981. Lamarr murió en Florida y sus cenizas
trasladadas a Viena, como era su voluntad.
Rosa M.
Ballesteros García.
Vicepresidenta del Ateneo
Libre de Benalmádena.
“benaltertulias.blogspot.com”
[1] Publicada en inglés en 1966, no
sin cierta polémica.
[2] Cuenta en su autobiografía que
su futuro marido, un magnate de la industria armamentística, atraído por esa
película, arregló con sus padres su boda, todo en contra de su voluntad. Lamarr
se refirió posteriormente a esa época como de auténtica esclavitud.
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