LA INCOMUNICACIÓN
Sí, es cierto que el teléfono nos
ha dado una libertad de movimientos impensable hace apenas unos años. Ahora las distancias no existen, todos nos
podemos ver en cualquier momento y lugar a través de su ventana mágica.
Familias y amigos formamos un coro de conversaciones y todo eso al momento sin
tener que desplazarnos.
Ahora bien, esta maravilla trae consigo un peaje. Ya no se
hace necesaria la cercanía pero desaparece el lenguaje de los gestos, la mirada, la entonación de la voz, nos vamos
acostumbrando a unas cortas frases en el whatsapp o unos minutos por video.
Incluso el personal se relaciona por móviles estando sentados en una misma
terraza (a los jóvenes les chifla). El teléfono desinhibe y es más atractivo
Los adelantos informáticos van dejando por el camino los
trastos viejos. La pandemia nos ha empujado definitivamente a todos a ésta
nueva realidad, los escolares en institutos o también universitarios realizan
telemáticamente los trabajos. Incluso realizan reuniones de amigos en internet.
La adición que ha creado es un problema en todos los ámbitos de la sociedad.
Todo esto empezó con
alevosía incluso mucho antes de la aparición de los móviles. Cuando se pusieron
de moda las discotecas, los chicos dejaron de comunicarse, el alto voltaje de
la música se lo impedía. Ya no hablaban de su futuro o de cómo funcionaban las
universidades, si se sentían manipulados o no por el sistema.
En los bares se instalaron grandes televisores que daban a
todas horas partidos de futbol a todo volumen con lo cual se acabaron las
tertulias entre vecinos. Todas las conversaciones han cesado solo se oyen
gritos y gruñidos al compás de la voz del locutor que les va diciendo lo que
está bien o mal y con el que hacen piña.
En la actualidad a los individuos les ha crecido un nuevo
apéndice ¡un móvil! , con la necesidad
creada de no apartar los ojos de su pantalla, da igual si cruzan una calle o
embisten a otra persona cuando no a una farola.
Y en estos momentos que hasta los bebés están enganchados al
móvil de mamá o a la tablet. Es muy socorrido les das el artilugio en el restaurante o durante unas horas en
casa y ya no hay niños. ¡Que felicidad! Pero, ¡ah! cuando comprobamos con
horror cómo los niños prefieren la tablet a salir a jugar con la bici, o
reunirse con amigos, ya es tarde
Los niños se comunican con los demás mediante el juego. Es
importante que se reúnan y que aprendan por sí mismos la analítica de la vida
con la observación de lo que hacen los
demás, aprendizaje que tan valioso ha
sido para la humanidad durante nuestra
vida en el planeta tierra.
Se ha creado la incomunicación entre el personal. Ya nadie se
reúne para cuestionar lo que nos pasa al colectivo y esto es grave, así la manipulación está
servida. Los medios campan a sus anchas y entre bulos y futbol ¡nadie se entera
de nada! Y todos tan contentos con las cuestiones ya deglutidas por otros y sin
tener que molestarnos en pensar por sí mismos ni cuestionar nada
Hoy día todo lo recibimos procesado así es más cómodo y
podemos seguir el pensamiento de otros sin pararnos a analizar toda la
desinformación que nos entra a través del móvil. Se ha convertido en un
instrumento muy eficaz, capaz de mover a las masas que como rebaño obediente se
desplazan al sitio que las convoquen muchas veces sin plantearse las
consecuencias, tanto da si para un botellón o para hacer bulto en una
manifestación. El móvil manda y ordena. Se ha creado todo un sistema de control
que además es aplaudido y amado.
Si analizamos el resultado nos damos cuenta que la
comunicación que nos han vendido no es tal, incluso en los hogares cada sujeto
está con la nariz pegada al móvil o al PC.
Han logrado sin violencia ninguna la total incomunicación, es
decir, la anulación de la personalidad.
Lola Recio Barba. Diplomada en
Artes. Pintora.
El Ateneo Libre de
Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”
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