Ayudas a una recuperación. 1/09/2020
"LA VUELTA AL COLE"
El inicio de la actividad escolar
en este año o curso de 2020-21 pasará a la historia como el de la reiniciación
de las actividades habituales en “la nueva normalidad”, un concepto tantas
veces mencionado y en el que hemos depositado innúmeras esperanzas e ilusiones
de mejoras que sus expectativas corren el riego de superar en mucho a la
realidad.
Esperamos ver unos colegios más
limpios, recién blanqueados de paredes impolutas. Una limpieza más dinámica que
estática porque se limpiarán las clases todos los días con especial hincapié en
mesas y sillas. Y los servicios se limpiaran más de una vez al día. Igualmente
se mantendrán limpios los espacios y enseres de juegos o recreo de forma
continua.
Los propios alumnos se habituarán
a limpiar su calzado, se limpiaran
asimismo las manos al llegar y al
abandonar el colegio e incluso al abandonar los espacios de recreo, al entrar y
salir de los servicios en los que además no faltará nunca papel higiénico ni
material de desinfección. Aprenderán a
limpiar y a llevar limpios sus materiales didácticos, a comer con pulcritud y a
tratar los residuos de las comidas. Y se les enseñará a ser amistosos en el
trato sin efusividad excesiva.
Todas las medidas que traten de
impedir la inevitable contaminación entre los alumnos son de gran importancia
porque ellos pueden llevar la epidemia a sus casas y contaminar a sus padres y
familiares y lo que es peor contaminar a sus abuelos que por su edad son
personal de riesgo.
Pero la base fundamental de los
cambios estriba en la necesidad de mantener una distancia de seguridad entre
alumnos. Este par de metros salvadores obliga a disminuir la ratio de
alumnos-profesores ampliando las clases, doblando el número de turnos o
readaptando las instalaciones para obtener nuevos espacios, y sobre todo
ampliando el número de profesores. Es aquí donde posiblemente el dinero
destinado a salvar el déficit propiciado por la pandemia debe de proporcionar
sus mejores frutos.
La falaz división entre educación
presencial y educación telemática puede dar lugar a nuevas distorsiones
sociales no deseables en ningún caso en
nuestro tejido educativo basadas en las posibilidades económicas familiares de
adquisición y manejo de material informático que en todos los casos deben de
estar a cargo de la enseñanza pública. Y no será suficiente con inhibirse de
las responsabilidades porque quienes se benefician de los cargos deben de estar
para asumirlas.
La mejora integral de la
enseñanza en todos sus aspectos debe de ser la consecuencia lógica de un estado
preocupado por combatir la expansión de la pandemia y la posible aparición de
futuras invasiones víricas. Nada puede justificar la dejadez e inacción de
nuestras autoridades a este respecto, pues nada es tan importante como la
educación.
Jesús Lobillo Ríos
Presidente del Ateneo Libre de
Benalmádena
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