ATENEO LIBRE DE BENALMÁDENA
EL REY SE DIVIERTE
“El Rey se divierte” es el título
de una composición teatral escrita y estrenada en 1831 por Víctor Hugo. Los
acontecimientos están situados en un año indefinido de la década de 1520.
Francisco I reina en Francia y Triboulet es su bufón.
En el año 1851, Giuseppe Verdi,
dejándose seducir por la obra del genial maestro galo, con apropiadas
adaptaciones al sentir y exigencias italianas compone RIGOLETTO. En el guión,
sustituye al Rey Francisco I por el Duque de Mantua, y a Triboulet por
Rigoletto, inmortalizando al paso la afamada aria “La donna e mobile”.
“El Rey se divierte” apenas tuvo
una sola puesta en escena, sucedió el día del estreno, el 23 de noviembre,
durante años no hubo más. Aún así, opino que calamitosa no debía ser cuando
Verdi se inspiró en ella inmortalizando una de sus famosas óperas. ¿Entonces?
Se preguntará el lector, acaso desconocedor de las causas. Veamos.
Víctor Hugo nos muestra un
monarca altivo, inmoral y libertino. Sin el más mínimo pudor se acuesta con la
primera mujer de la que se encapricha, sea noble o plebeya, esposa o hija de
miembros de la corte, o incluso de sus ministros; el Rey no tiene límite. De
entre las jóvenes plebeyas, con ayuda de una celestina se encapricha de
Blanche, hija de Triboulet. La pobre, ingenua y pobrecita ella, llega a
enamorarse de Su Majestad. El bufón padre de la criatura a la que adora y
considera el mayor de sus tesoros, en venganza planea el asesinato del
Rey-aquí, para el espectador llegará el cenit de la tragedia-. La joven,
deseando salvar a su amado monarca se interpone resultando herida de muerte. El
desgraciado Triboulet, llorando y acariciando a la niña moribunda, morirá de
tristeza.
Así, a modo esquemático es el
cuerpo principal del drama romántico escrito en cinco actos por Víctor Hugo.
Al día siguiente del estreno en
el Theâtre Française de Paris, el 23 de noviembre de 1831, por orden judicial
dictada desde el ministerio, y con la acusación de atentar contra la moralidad,
es prohibida su representación. Tras el pleito presentado por el autor y perdido,
“El Rey se divierte” quedará proscrita durante cincuenta años.-La censura,
siempre la censura-. Reinaba por entonces Luis Felipe de Orleans.
A pesar de ser persona influyente
y de gran prestigio en los ámbitos culturales y políticos, incluso entre los
sectores conservadores, Víctor Hugo no tiene una vida fácil en su tierra natal.
De apoyar en la elección presidencial a Luis Napoleón Bonaparte (en dos
ocasiones fue elegido diputado), su actividad política le lleva a realizar una
dura oposición contra los sectores más reaccionarios. Se enfrenta a estos
reprobando una ley que desea restablecer la enseñanza a favor de la Iglesia
Católica; lucha por el sufragio universal, por la libertad de prensa, por los
derechos de las mujeres, por una redistribución de la riqueza… Con premonición
acaso visionaria, defiende en sus discursos lo que él mismo da en llamar Los
Estados Unidos de Europa.
En 1852 con una duración de
diecinueve años da comienzo su exilio en Bélgica, después en Inglaterra, en la
pequeña isla de Guemsey en el Canal de la Mancha. En estos largos años escribe
su obra maestra “LOS MISERABLES”. Su lanzamiento editorial en varios países provocó
largas colas en las librerías. Un éxito de ventas equivalente al actual de
“Harry Potter”.
Tras la derrota militar de
Napoleón III en la Batalla de Sedán y su captura por el ejército prusiano, el
creador de Nuestra Señora de París y su universal Quasimodo, regresa a Francia
siendo recibido en multitudes por los parisinos. Años después, el 22 de mayo de
1885 fallecerá el creador de obras literarias inolvidables. Desde el Arco del
Triunfo donde el ataúd es expuesto unas horas, la comitiva, con cientos de
miles de parisinos acompañándole hacia el panteón, se prologará varios
kilómetros. Sus restos reposan junto a Émile Zola y Alejandro Dumas.
Ubicado en la misma casa en que
Víctor Hugo residió en los meses de verano del año 1843, la portuaria y bella
localidad de Pasajes de San Juan en Guipùzkoa, posee un pequeño e interesante
museo del escritor. Allí con sus hermosos ventanales abiertos a la bahía,
escribió en su cuaderno de viaje “Los Alpes y los Pirineos”.
También, acaso en Pasajes de San
Juan, acaso en cualquier otro lugar, nos dejó escrito que: “Aprender a leer es
encender un fuego, cada sílaba que se deletrea es una chispa”.
Vladimir Merino Barrera
“benaltertulias.blogspot.com”
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