EL ATENEO LIBRE DE BENALMÁDENA
Franca Rame: «Alter ego» de Darío Fo
Rosa M. Ballesteros García
rosaballesterosgarcia@gmail.com
La protagonista, María, es el ama de
casa por antonomasia, que lo tiene todo en el interior de su familia, menos lo
más importante: ser tratada por los hombres de la casa como una persona, un
individuo, y respetada como tal, y no sólo utilizada como objeto sexual o como
asistenta sin sueldo. En el caso de María, el controlador marido la mantiene
encerrada mientras está en el trabajo y, no contento con esta medida, la llama
continuamente por teléfono para asegurarse que está en casa. La infeliz descubre
un día que en la terraza de enfrente hay una vecina nueva y, viendo el cielo
abierto, como se suele decir, la toma como confidente contándole su vida con
toda clase de detalles. Todo ello de una forma cómica y grotesca que hace reír
constantemente al auditorio, aunque al final te deja un sabor amargo cundo
reflexionas sobre la situación que, desgraciadamente, sufren tantas mujeres. No
obstante, la directora propuso finalmente un desenlace, optativo, como
conclusión al coloquio que se estableció al final con la participación del
público… Con final feliz, en este caso, porque la mujer toma conciencia y se
decide, con la ayuda de la vecina, a denunciar al marido maltratador.
Hasta aquí, ninguna objeción. Sólo una
sutil cuestión: se había obviado que el texto había sido escrito por Franca
Rame y… Darío Fo. Con ello lo que quería destacar es la omisión y el
ocultamiento que con demasiada frecuencia se ven envueltas las mujeres
creadoras, sea cual sea la disciplina. El monólogo se titula “La mujer sola”, y
forma parte de la obra Ocho monólogos,
publicada en 1977 y escrita, como buena parte de la obra del Nobel, al alimón
con su mujer, Franca Rame, de la que hacemos un breve currículo.
Franca Rame (1929-2013), fue una actriz
teatral, escritora, dramaturga y política italiana. Procedía de una familia con
una larga y extensa tradición teatral. Debutó en el teatro en 1951. Poco
después, conoció a Dario Fo y se casaron en 1954. En los años 70 participó en
el movimiento feminista interpretando sus propios textos como: Tengamos el sexo en paz (puesto en
escena en nuestro país por Charo López, Esperanza Roy). Actrices como Rosa
María Sardá (“La voz humana”), Anabel Alonso (“Un día cualquiera”), Magüy Mira
(“Pareja abierta”), Petra Martínez (“La madre pasota”), entre otras, han dado
vida a sus personajes literarios. En marzo de 1973, y por causa de sus
implacables críticas, fue secuestrada por un grupo de extrema derecha y
violada, sufriendo múltiples e importantes heridas. Posteriormente escribió el
monólogo Lo stupro (La violación), inspirado en su
experiencia personal.
En las elecciones generales de Italia de
2006 fue elegida senadora del partido político “Italia de los Valores” y ese
mismo año, Antonio Di Pietro la propuso al cargo de Presidenta de la República.
Dejó el Senado en 2008 y en 2009, junto a su marido Dario Fo escribió su
autobiografía Una vita all'improvvisa.
Por otra parte, hay que destacar que cuando Franca conoció a Fo, este era un
actor principiante y pintor, mientras que ella era una reconocida actriz. La
pareja siempre estuvo comprometida social y políticamente y amigos y conocidos
admiten que la vida de Fo no tiene sentido sin su mujer. Cuando le concedieron
el Nobel en 1997, insistió e insistió en que su mujer lo acompañara, argumentando
que su obra no sería la que era sin la mujer con la que tantas obras había
escrito. A instancias de Franca, el dinero del premio (150 millones de pesetas)
se utilizó para crear una fundación llamada “El Nobel de los Desvalidos”, para
ayudar a los discapacitados que, finalmente terminó mal por mala praxis de los
administradores. Son legendarias las campañas que la pareja llevó a cabo
destinando el dinero de las taquillas en ayudar a los obreros en huelga: “La
taquilla de cada noche era para comprarles arroz, vino, todo lo que
necesitaban”.
Durante más de dos décadas (entre 1963 y
1977) la pareja estuvo vetada por la televisión de su país como consecuencia de
su programa Canzonissima. Se convirtieron durante décadas en azote de los
poderosos y sobre todo de la Iglesia, el ejército, la policía represiva y
Berlusconi, siendo procesados cuarenta veces por delitos de opinión. Como
confesó en una entrevista: “Sigo en esta profesión porque a través ella puedo
difundir los discursos en los que creo. A mí, ser actriz por ser actriz no me
interesa, me interesa el discurso político que hago circular”.
Su entierro, como ella quería, fue
seguido por una multitud de mujeres, vestidas de rojo y cantando el “Bella ciao”,
el más conocido canto partisano italiano.
Sirva como homenaje a esta mujer
valiente en unas fechas en que se intenta acallar al movimiento de mujeres.
“benaltertulias.blogspot.com”
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