DE SUMAR SE TRATA
De todas las cuentas habidas y
por haber, se trata, ahora más que nunca, de sumar voluntades perdidas y
abandonadas a su destino particular y reconvertirlas en sus dimensiones
colectivas por el bien de la mayoría silenciosa que hemos soportado tanto
malestar colectivo, que solo beneficiaba a una
minoría levantisca que nunca está satisfecha con sus reales cuotas de
respaldo social.
Ahora más que nunca la mayoría
silenciosa tenemos que acercarnos a ejercer el único derecho que nos está permitido,
sin molestar a nadie, pero sí para beneficio de la mayoría, que es la que tiene
que aprovechar este único recurso de acercarnos a decir lo que queremos y que
vamos necesitando ya de verdad.
Podemos ver claro, con las
manifestaciones engañosas de siempre, que nos provocan el hastío para hacernos
desistir de la participación, que no podemos dejar nuestra responsabilidad en
manos de los demás. La libertad de votación se ha consagrado, porque beneficia
a los que tienen más poder real y mediático. Si no, ya nos obligarían, porque a
la fuerza nos llevarían de calle.
Aunque la abstención fuera
mayoritaria, el sistema electoral sería desacreditado, teóricamente, pero no
ilegalizado. En la realidad contaría la fuerza de los porcentajes de los votos
de hecho. Sabemos de elecciones en que la participación no llega al 40% y gana
cualquiera que pueda sacar mucho menos del 50% de esa participación, y que en
realidad no representa ni al 20% del total del electorado. La ley electoral
manda, la abstención no manda nada.
Siempre nos causa satisfacción,
por nuestra humildad y sencillez participativa, que la policía, que se
encuentra en los colegios electorales, nos sonría, y no se muestre incómoda ni
molesta ni, incluso, agresiva, como nos pasa, muchas veces, en las manifestaciones,
porque no somos de la clase privilegiada. Todo el mundo es igual ante las
urnas, pero nos parece que no lo somos en otras circunstancias. Tenemos que
aprovechar estos pequeños favores de la democracia, tan moderna ella. La
libertad bien entendida es “el bien más preciado” que, inconscientemente, cubre
de bienestar y hasta de agradecimiento hasta los rostros de la poli, cuando nos
acercamos a las urnas.
Ante el odio declarado de
algunos, incluso con caras desencajadas, ofrecemos nuestros secretos y
silenciosos afectos de la mayoría silenciosa y educada, sin ruidos ni
estruendos, y que no levantan la más mínima polvareda de malestar. “La verdad
os hará libres” y no precisamente el tropel de mentiras y de falsas promesas y
de falta de programas que solo se alimentan de la ignorancia, cada vez mayor,
de los españoles de a pie, que cada día saben menos del lugar donde pisan.
Podemos decir que es hora de que
el partido mayor y más fuerte de la coalición tenga el espacio y el tiempo
suficiente para aportar verdades a esta campaña electoral, aunque no cuente con
tantos favores como se les han concedido a los más mimados por los medios de
comunicación, que no de información. Podemos pensar que todavía deben tener
espacios para demostrar que no está todo perdido, animando a los que están
molestos por los vetos, porque el conductismo de “la acción-reacción” no nos
puede llevar a que, durante cuatro años, nuestro malestar sea mayor y además
irreparable. Podemos, ahora, ver con claridad que “la caja negra” de Skinner
o Watson no puede cegarnos, porque a una
acción no siempre corresponde una sola reacción como respuesta. En nuestras
escuelas, usando el “role playing”, incluso con el alumnado de Primer Ciclo de
Primaria, quedaba más que patente la riqueza de nuestra mente a la hora de
responder a cualquier acción o provocación que no pudiera estar en nuestros
archivos de inteligencia y educación. Podemos incluso experimentar que, a
veces, somos más fuertes y mejores, cuando sabemos controlar hasta el fuego amigo,
capaz de quemar nuestras naves, porque sabemos nadar en aguas turbulentas.
Podemos levantar la cabeza y ver
que no podemos esperar, por cuestión de efemérides centenarias, ni al
abril del 2031 y, mucho menos, al
febrero del 2036, porque puedan votar hasta los de CNT. Ahora es cuando podemos
levantar la voz que tantas veces han silenciado o ignorado y contribuir a la
campaña de estos días, desde los mítines hasta el boca a boca tan entrañable y
tan nuestro.
Podemos participar de mil formas
a que, con mejores resultados que nunca, “la Paz” deje de ser vetada y podamos
considerar que era solo una cuestión in pectore el que se le devuelva la
función que tanto trabajó y a la que no cejará en aportar esfuerzos en bien de
la dignidad de todas y todos.
José
María Barrionuevo Gil
El
Ateneo Libre de Benalmádena
“benaltertulias.blogspot.com”
No hay comentarios:
Publicar un comentario